COMERCIO: La contradictoria y débil corriente Sur-Sur

El renovado énfasis de la comunidad internacional en el comercio y la cooperación Sur-Sur como medio para contrarrestar los efectos de la crisis económica mundial despiertan escepticismo.

Avanzar en la cooperación económica y el comercio entre los países en desarrollo, "muy ampliados recientemente", fue uno de los puntos altos en la agenda de la última sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) celebrada en febrero en Ginebra.

"Una crisis financiera mundial ha sacudido los cimientos económicos del Norte y amenaza con bloquear el crecimiento y las aspiraciones de desarrollo del Sur", dijo entonces el secretario general de la Unctad, Supachai Panitchpakdi.

"Éstos son tiempos adecuados para explorar de qué manera una mayor cooperación Sur-Sur podría ayudar a los países en desarrollo a contener la crisis", añadió.

Pero Esperanza Durán, directora de la intergubernamental Agencia de Cooperación y de Información para el Comercio Internacional (Acici), acotó que "eso no nos sacará de la crisis económica y financiera".
[related_articles]
"Cada vez que hay problemas, se producen llamados a aumentar la cooperación y el comercio en el Sur. El principal obstáculo es la falta de crédito, esencial para exportar, lo cual afecta al comercio tanto en el Norte como en el Sur", explicó.

"El crédito es el combustible necesario para mantener el motor en funcionamiento. En teoría, aumentar el comercio Sur-Sur podría mitigar los efectos de la crisis actual. Pero, en la práctica, no ve cómo", agregó..

Mariarosaria Dorio, de la Red Internacional de Género y Comercio (IGTN, por sus siglas en inglés), también cuestiona el énfasis de la Unctad. "En África, el comercio ha significado, en gran parte, la exportación de materia prima, como minerales, que alimentó el auge económico de China", sostuvo.

"Pero para que el comercio depare beneficios reales, debería incluir bienes manufacturados, con valor agregado", consideró.

Desde esa óptica, un crecimiento del comercio Sur-Sur con beneficios para la población de los países involucrados tendría que prever una reorientación de la capacidad de producción del sector primario a la industria manufacturera.

Pero también un nuevo equilibrio de las reglas del comercio internacional y una participación más activa de los representantes de países del Sur en el proceso mundial de toma de decisiones económicas, según Dorio.

Por su parte, Mark Halle, del centro de estudios e investigaciones Instituto Internacional para el Desarrollo Sustentable (IISD, por sus siglas en inglés), consideró que la cooperación Sur-Sur "es una buena idea, pero el comercio Sur-Sur aún es limitado".

"Esto sucede porque el principal motivo para promoverlo tiende a estar políticamente motivado: la intención de reemplazar las relaciones no equitativas de mercado entre Norte y Sur con otras más justas entre países del Sur", sostuvo.

El problema, según Halle, es que el comercio Sur-Sur no necesariamente es más justo: los empresarios de los países en desarrollo también persiguen el lucro y el comercio opera en todas partes basado sobre el mercado, y no de acuerdo con criterios políticos.

"Allí donde hubo flujo, como entre países como India, China, Brasil y Sudáfrica, fue por las usuales razones comerciales, no por razones políticas", agregó.

Iorio, en tanto, apuntó a problemas estructurales. "Los países en desarrollo afrontan desafíos como los monocultivos, lo esmirriado de sus mercados internos, la débil capacidad industrial, las altas tasas de interés y el bajo poder de compra" de los consumidores, dijo.

"Aumentar el comercio Sur-Sur requiere fortalecer la capacidad local y la inversión, la infraestructura dedicada a la actividad comercial y la asistencia", aseguró.

Y la asistencia es una condición difícil de lograr que nunca en el contexto de una crisis financiera. Durán recordó que en la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en Hong Kong en 2005, la Unión Europea prometió aumentarla a 2.000 millones de dólares anuales. "¿Dónde está ese dinero?", se preguntó.

Aileen Kwa, del intergubernamental instituto de investigaciones Centro del Sur, coincidió en que la cooperación Sur-Sur, más que el comercio, constituye una ruta de salida de la crisis.

"El comercio debe beneficiar a los pequeños agricultores y a las pequeñas industrias", dijo. "Siempre apoyamos a los países africanos en la búsqueda de la integración regional, pero ésta debe ser real", ejemplificó.

"No se trata sólo de abrirse al mundo exterior, sino de usar un mercado más amplio para crear sinergias entre mercados pequeños", explicó.

Kwa también postuló un tipo diferente de comercio, "no basado sobre el mismo criterio antiguo de usar las oportunidades de acceso a los mercados", porque resulta inconveniente que "un país grande domine el mercado de un país vecino más pequeño".

"Debería, más bien, prestarle asistencia y ayudarlo a producir bienes complementarios. El mercado debería usarse para facilitar la equidad de ingresos dentro de una región", concluyó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe