ISRAEL-PALESTINA: Mediación egipcia en la cuerda floja

Las sorpresivas exigencias de Israel para aceptar un cese del fuego con el partido islamista palestino Hamás, formuladas cuando el acuerdo parecía encaminado, dejan en el mediador, Egipto, una sensación de incómoda alarma.

La situación volvió a complicarse con la destitución este lunes del principal negociador de Israel en Egipto, Amos Guilad, quien había criticado la semana pasada, entrevistado por el diario Maariv, el cambio de condiciones entablado por el primer ministro saliente Ehud Olmert.

El día 18, Israel anunció abruptamente su negativa a firmar el acuerdo de cese del fuego propuesto por Egipto y prácticamente acordado a menos que incluyera, como condición para la apertura de los cruces de Gaza, la liberación del soldado israelí Guilad Shalit.

El 25 de junio de 2006, miembros de Hamás (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica) secuestraron a Shalit de una base militar israelí cerca de la frontera con Gaza. Desde entonces ha estado cautivo en una ubicación secreta dentro de la franja.

El acuerdo propuesto por Egipto y que parecía aceptable para ambas partes exigía la reapertura paulatina de las fronteras de Gaza.
[related_articles]
"No creo que necesitemos abrir los cruces hasta que el caso de Guilad Shalit esté resuelto", dijo Olmert a la prensa.

El abrupto cambio de posición tendrá "un efecto severo sobre la credibilidad de Israel" como negociador, afirmó el viernes un alto funcionario egipcio que reclamó reserva sobre su identidad al canal de televisión en idioma árabe Al-Hurra, financiado por Estados Unidos.

Un día antes, el jueves, El Cairo ordenó el regreso de una "delegación comercial" de Egipto que visitaba Jerusalén. La Embajada de Egipto en Israel informó al diario Haaretz que la medida se debía a la necesidad de "consultas profesionales".

"El retiro de la delegación fue en protesta y de expresión de molestia de Egipto por el repentino cambio de la posición israelí respecto del cese del fuego", dijo a IPS Abdelaziz Shadi, coordinador del Programa de Estudios Israelíes en la Universidad de El Cairo.

"Los negociadores israelíes actúan según sus consideraciones de política interna, sin tener en cuenta los efectos de sus decisiones sobre las gestiones regionales e internacionales para estabilizar Gaza", agregó.

En el mes transcurrido desde el fin de la guerra en Gaza, El Cairo fue anfitrión de varias rondas de negociaciones indirectas entre representantes de Israel y de facciones de la resistencia palestina, principalmente Hamás.

Las negociaciones se realizaron a través del jefe de inteligencia de Egipto, Omar Suleiman. No se supo de ningún contacto personal directo entre delegados israelíes y de Hamás.

Hasta hace poco, las conversaciones giraban en torno de lo que ambas partes consideraban sus principales demandas. Israel reclamaba el cese del lanzamiento de cohetes desde Gaza y Hamás exigía la reapertura de las fronteras de ese territorio.

Desde que Hamás tomó el control de Gaza en 2007, tras ganar las elecciones en 2006, Israel y Egipto han mantenido cerradas a cal y canto sus fronteras con ese conflictivo enclave costero.

El año pasado, la mediación egipcia logró establecer una tregua de seis meses, tras exponer a cada parte las exigencias de la otra: el cese de toda operación militar israelí en Gaza y el cese del lanzamiento de cohetes desde allí.

El cese del fuego también implicaba la reapertura gradual de las fronteras de la franja, la cual nunca se cumplió completamente.

El acuerdo se mantuvo, con ocasionales infracciones de ambas partes, hasta el lanzamiento de la Operación Plomo Fundido, que Israel desarrolló contra Gaza entre el 27 de diciembre y el 17 de enero.

El día 9, el presidente egipcio Hosni Mubarak anunció en París que era inminente un gran avance en la actual ronda de conversaciones en El Cairo. "Debería alcanzarse un acuerdo de cese del fuego la semana próxima", declaró.

El día 14, un funcionario egipcio no identificado y cercano a las negociaciones dijo al periódico independiente Al-Masri Al-Youm que era probable que se anunciara un acuerdo en un plazo de 48 horas.

El funcionario explicó que el pacto, que se extendería por 18 meses, suponía el cese de los cohetes lanzados desde Gaza a cambio de la reapertura paulatina de los seis cruces de frontera de ese territorio palestino con Israel.

En cuanto a Rafah, único cruce en los 14 kilómetros de frontera con Egipto, el informante señaló que se efectuarían "arreglos de seguridad para su reapertura" tras la conferencia internacional sobre la reconstrucción de Gaza que se realizará el 2 de mazo en El Cairo.

Pero Olmert declaró abruptamente ese mismo día que Israel no firmaría el acuerdo propuesto antes de la liberación del soldado Shalit.

El día 16, el máximo representante de Hamás en Líbano, Osama Hamdan, rechazó la insistencia de Israel en vincular el acuerdo de cese del fuego con la liberación de Shalit, señalando que se trataba de asuntos independientes.

"Las conversaciones de El Cairo no incluyeron ninguna mención de un canje de prisioneros. Los israelíes solo tratan de boicotear el acuerdo de cese del fuego propuesto" por Egipto, dijo Hamdan a la prensa.

Hamás había dicho antes que estaba dispuesto a considerar la liberación de Shalit, pero sólo en el contexto de un acuerdo de intercambio de prisioneros independient del acuerdo general de cese del fuego.

El día 17, Mubarak coincidió en que la cuestión de Shalit "constituye un tema separado que no puede estar vinculado a las conversaciones en curso sobre el cese del fuego".

No obstante, al día siguiente el gabinete de seguridad de Israel decidió formalmente no abrir sus fronteras con Gaza antes de la liberación del soldado secuestrado.

El ministro del Interior, Meir Sheetrit, dijo a la prensa que sería "inconcebible" que Israel aceptara una propuesta de cese del fuego sin la liberación de Shalit.

Los funcionarios egipcios reaccionaron con indignación, diciendo que esto era "un enorme revés" para las negociaciones.

También anunciaron que, a la luz de las nuevas circunstancias, tendrían que postergarse las conversaciones de reconciliación entre Hamás y el partido palestino moderado Fatah, programadas para el día 22 en El Cairo.

Se espera que los negociadores israelíes regresen a El Cairo para más conversaciones indirectas con Hamás. Pero Shadi tiene pocas esperanzas en un avance a corto plazo, dada la actual incertidumbre que reina en la política interna israelí.

"La intransigencia de Olmert es simplemente para ganar tiempo hasta que el nuevo gobierno esté formado. Tal como están las cosas, Olmert carece de poder —ya sea de la nación o de su partido— para firmar ningún acuerdo de peso", dijo Shadi a IPS.

"No se puede esperar que las conversaciones en curso en El Cairo arrojen ningún resultado a corto plazo. Hasta que Israel forme gobierno, Olmert perderá todo el tiempo que pueda haciendo reclamos nuevos y poco razonables", sostuvo Shadi.

Pero Shadi advirtió que no hay que atribuir demasiado peso a la supuesta molestia de Egipto con Israel.

"Egipto está frustrado por la obstinación israelí, pero no al grado en que lo está Turquía", dijo en referencia al reciente desaire del primer ministro turco hacia el presidente israelí Shimon Peres en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, por la ofensiva en Gaza.

"Turquía puede abandonar su rol como mediador árabe-israelí en protesta. Pero Egipto nunca abandonará el proceso de paz, dada la importancia de ese proceso en su propia seguridad nacional", agregó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe