Israel se proclamó triunfador de su ataque contra el territorio palestino de Gaza, pero muchos analistas entienden que ese país no logró sus objetivos. La brutalidad de la agresión no hizo más que reflotar y validar la noción de resistencia armada entre los árabes.
"La tenacidad de la resistencia en Gaza frente al poder militar israelí resucitó la idea de resistencia armada", dijo a IPS Gamal Fahmi, politólogo y editor responsable del semanario opositor Al-Arabi Al-Nassiri.
Israel golpeó objetivos en Gaza por tierra, aire y mar por 21 días desde el 27 de diciembre, en una ostensible represalia por los cohetes lanzados por facciones de la resistencia palestina, liderada por Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica).
En sus últimas dos semanas, la ofensiva israelí sin precedentes chocó con una férrea resistencia dentro y en torno a numerosos centros poblados.
La operación casi llega a su fin, aunque éste es incierto, tras el anuncio de Israel de un cese del fuego unilateral el 17 de enero. Al día siguiente, la resistencia palestina también informó de un cese temporal de las hostilidades, no sin antes lanzar varios cohetes en territorio israelí.
[related_articles]
En las semanas siguientes, Israel retiró de forma gradual sus fuerzas terrestres de la franja de Gaza con un saldo de más de 1.300 palestinos muertos, en su mayoría mujeres, niños y niñas, además de varios miles de heridos.
Altos oficiales israelíes se apuraron a anunciar el triunfo de su operación militar. Pero algunos analistas egipcios consideran que, a pesar del gran número de víctimas civiles y daños a la infraestructura, el conflicto fue una victoria estratégica para la resistencia palestina.
"La victoria en una guerra no está determinada por la cantidad de víctimas, sino por el logro de los objetivos trazados previamente", sostuvo Abdelhalim Kandil, politólogo y editor responsable del semanario independiente Sout Al-Umma en una columna publicada el 26 de enero.
"E Israel no logró cumplir las metas que se había propuesto en las tres semanas de castigo a Gaza", remarcó.
El cese del fuego unilateral de Israel, por el que no recibió nada a cambio de la resistencia encabezada por Hamás, no tiene precedentes en la historia guerrera de Israel, explicó.
"La resistencia proclamó su propio cese del fuego un día después, pero no sin antes demostrar que su capacidad para lanzar cohetes hacia Israel permanece intacta", subrayó Kandil.
Gamal Mazloum, ex general del ejército egipcio, señaló que los objetivos de la guerra declarados por Israel cambiaron más de una vez durante la campaña militar.
"En el transcurso de la ofensiva, militares israelíes pasaron de decir que el objetivo de la operación era 'remover' a Hamás, luego 'distorsionar' su capacidad para lanzar proyectiles hasta 'dar una lección'" al movimiento islámico, dijo a IPS Mazloum.
"Pero la inesperada tenacidad de la resistencia los obligó a concluir la agresión sin lograr ninguno de esos objetivos. Ahora Israel dice que su principal propósito era 'terminar con el contrabando de armas' a Gaza", apuntó.
Según dirigentes de Hamás, el verdadero objetivo de Israel estuvo claro desde un principio.
"La razón de la agresión israelí es sacar a Hamás del gobierno en la franja de Gaza", declaró su líder, Musa Abu Marzook, el 13 de enero. "Esa es su intención desde que el movimiento islámico ganó las elecciones".
No es la primera vez que trata de derrocarlo por la fuerza.
Poco después de la sorpresiva victoria de Hamás en las elecciones legislativas de enero de 2006, Estados Unidos armó y entrenó en forma encubierta a elementos del partido secular Fatah, rival del movimiento islámico, con el objetivo de eliminar a éste de una sola vez.
Desde Cisjordania, Fatah controla la Autoridad Nacional Palestina (ANP), presidida por Mahmoud Abbas con respaldo de Occidente.
El plan, coordinado por el general estadounidense Keith Dayton y el hombre fuerte de Fatah Mohamed Dahlan, se conoció luego como Plan Dayton.
Tras enterarse de la conspiración a mediados de junio de 2007, Hamás expulsó de forma preventiva a sus adversarios de Fatah y tomó el control de Gaza por la fuerza, el que mantiene desde entonces. Eso motivó el embargo contra ese territorio palestino a partir de enero de 2008, que sumió en una grave crisis humanitaria a sus 1,5 millones de habitantes.
Dirigentes de Hamás sostienen que la Operación Plomo Fundido fue simplemente otro intento de Israel por terminar el trabajo que Fatah, con su apoyo y el de Estados Unidos, no pudo lograr en 2007.
"Trataron de que Fatah enfrentara y combatiera a Hamás, pero los derrotamos en la franja de Gaza", señaló Marzouk en alusión al Plan Dayton. "Por lo que Israel tuvo que encargarse del asunto por sí mismo".
Numerosos analistas coinciden en que ambas operaciones tenían el mismo objetivo: destruir al movimiento islámico. "Tanto el Plan Dayton como el último ataque israelí pretendieron, y fracasaron, en sacar a Hamás de Gaza", señaló Mazloum.
El Plan Dayton es significativo en la cronología del conflicto palestino-israelí, sin embargo rara vez se lo menciona en las coberturas periodísticas de los grandes medios de comunicación.
"El asunto Dayton es ampliamente ignorado, además de que varios hechos vinculados a Palestina siempre son objeto de engaños y de desinformaciones en la prensa occidental", remarcó Fahmi.
"Además, rara vez mencionan que Hamás ganó elecciones legislativas de 2006 de forma democrática ni hacen referencia a la gran corrupción en la ANP", añadió.
Además de que Israel no pudo conseguir sus objetivos, algunos analistas mencionan que las espeluznantes imágenes de la guerra difundidas en todo el mundo resultaron un desastre para el Estado judío en materia de relaciones públicas.
"La guerra reveló la criminal forma de actuar de Israel al mundo entero", remarcó Fahmi. "También sirvió para revivir la causa palestina en la conciencia de la comunidad internacional".
"La imagen pública de Israel alcanzó su punto más bajo", señaló Mazloum, refiriéndose a las manifestaciones de solidaridad con Gaza en todo el mundo. El Estado judío "ya se vio afectado por las consecuencias de esta crisis política, económica y social".
Mazloum atribuyó el inusitado cese del fuego unilateral declarado por Israel al creciente malestar de todo el mundo por su ataque contra la población de Gaza, en su mayoría civiles indefensos.
"Hubo una explosión de rabia popular en el mundo árabe sin precedentes que puso a los gobiernos bajo una tremenda presión y pudo causar una grave escalada regional", apuntó Mazloum.
"La flagrante carnicería también llevó a la comunidad internacional a presionar a Israel para que pusiera fin a su ataque", añadió.
Hamás ya estaba cosechando los frutos de lo que resultó ser una victoria política, tanto en el ámbito local como en el regional.
"En Gaza como en Cisjordania, controlada por Fatah, la gente se alió en torno a Hamás, en tanto que defensor de la causa palestina", explicó Mazloum. "En el ámbito regional, el movimiento de resistencia islámica probó que puede permanecer en el poder y mostró que no se lo puede sencillamente eliminar de la ecuación".
"Egipto, por su parte, no tendrá otra opción que lidiar con Hamás en tanto que actor político", añadió.
El resultado más notable, según Fahmi, es que resurgió el concepto de resistencia armada contra Israel, tras 30 años de negociaciones infructuosas.
"La resistencia no significa violencia irracional desprovista de consideraciones políticas, como sus detractores pretenden hacer creer", explicó. "En cambio, en el contexto de la brutal ocupación, es la única opción lógica".