Las maniobras políticas del presidente estadounidense Barack Obama y sus comandantes sobre la retirada de Iraq dieron un giro repentino, al filtrarse una crónica sobre una reunión que mantuvo en la Casa Blanca el día después de su asunción. Pero ahora esa versión debió tomarse con pinzas.
La versión que filtró el jefe del Comando Central estadounidense (Centcom), general David Petraeus, sugirió que en esa ocasión Obama requirió tres planes diferentes para la retirada de tropas, entre ellos uno a 23 meses.
El relato de Petraeus, recogido por los periódicos de la editorial McClatchy el 5 de este mes y, al día siguiente, por The Associated Press, parece indicar que el presidente se está apartando del plan de 16 meses que durante la campaña había dicho que implementaría si resultaba electo.
Pero al examinarse más de cerca, se ve que no necesariamente se refiere a ninguna acción de Obama o a nada que haya ocurrido en la reunión del 21 de enero.
La historia real de la filtración por parte de Petraeus es que la figura más poderosa en el ejército estadounidense intentó dar forma a la cobertura periodística de Obama y de la retirada de tropas de combate de Iraq para hacer avanzar su agenda política. Y, muy probablemente, también sus intereses políticos personales.
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Este analista fue consciente del esfuerzo de Petraeus por influir en la cobertura de la política de Obama sobre la retirada cuando una fuente militar cercana al general, que insistió en mantenerse en el anonimato, ofreció la crónica del comandante el 4 de este mes.
El funcionario militar estaba respondiendo al artículo de IPS "IRAQ-EEUU: Generales contra plan de retirada de Obama", publicado dos días antes.
La nota informaba que, en la reunión, Obama había rechazado los argumentos de Petraeus contra una opción de retirada a 16 meses y pedido un plan de retirada en ese plazo, y que el comandante había quedado descontento con el resultado de la reunión.
También señaló que el general Ray Odierno, máximo comandante de Estados Unidos en Iraq, y el general retirado del ejército Jack Keane, cercano aliado de Petraeus, habían formulado declaraciones públicas exigiendo que Obama abandonara el plan de 16 meses.
El funcionario dijo a IPS que, contrariamente a lo dicho en el artículo, Petraeus había quedado "muy complacido" con la dirección de las discusiones. Aseguró que Obama no había tomado ninguna decisión durante la reunión y que no había ninguna señal de que el presidente prefiriera una opción por sobre otra.
La fuente militar proporcionó la siguiente declaración, cuidadosamente elaborada: "Se nos pidió específicamente que brindáramos proyecciones, presunciones y riesgos para el cumplimiento de objetivos asociados con las opciones de retirada a 16, 19 y 23 meses".
Ésa fue la frase exacta publicada por McClatchy al día siguiente, excepto por la palabra "específicamente".
La fuente también dijo que Petraeus, Odierno y el embajador en Iraq, Ryan Crocker, ya habían llegado a una "evaluación unificada" sobre las tres opciones de retirada y la habían reenviado a la cadena de comando.
Pero un funcionario de la Casa Blanca dijo el lunes a IPS que la versión de Petraeus no era cierta. "El presidente no solicitó las evaluaciones de las tres fechas de retirada", dijo el funcionario, que insistió en no ser identificado porque carecía de autorización para formular declaraciones al respecto.
"Él nunca dijo denme tres planes de retirada", agregó.
La periodista Nancy Youssef, de McClatchy, publicó un relato similar proporcionado por asistentes de Obama.
"Poco después de asumir el cargo, Obama dijo a sus consejeros que seguía comprometido con el marco temporal de 16 meses, pero les pidió que le presentaran los pros y contras de de ésa y otras opciones, sin especificar fechas", escribió Youssef.
Eso sugiere que el único plan específico para el cual Obama pidió una evaluación de riesgos fue el de 16 meses, pero que accedió a considerar otros planes también.
Las declaraciones ofrecidas a este analista, así como a McClatchy, ostentan una clave obvia en cuanto a que el pedido de las evaluaciones de los tres planes no procedió de Obama: la frase usó la voz pasiva. Tampoco logró establecer de modo explícito que la solicitud en cuestión fue hecha durante la reunión con el presidente.
Petraeus no respondió al pedido a través del intermediario para decir quién solicitó los estudios y si habían sido propuestos por los propios comandantes militares. Youssef observó que "no está claro quién planteó la idea" de los planes de retirada a 19 y 23 meses.
Insinuando que Obama había pedido los tres planes sin decirlo explícitamente, la frase que filtró Petraeus parece haber sido calculada para crear un artículo engañoso.
Uno de los objetivos de Petraeus parece haber sido contrarrestar cualquier percepción de que está buscando debilitar a Obama en su política para Iraq. El militar quiere permanecer fuera del foco de atención respecto de cualquier conflicto vinculado con la retirada de Iraq.
"Él ha sido muy cuidadoso en mantener un perfil muy bajo, porque éste es un gobierno nuevo", dijo el oficial militar cercano a Petraeus.
Pero la filtración de Petraeus también sirve para promover la idea de que Obama se está apartando de su compromiso electoral de un repliegue a 16 meses, que ya ha sido el tema dominante en la cobertura periodística del tema.
Esa idea también justificaría las continuas críticas militares al plan de 16 meses de Obama, por considerarlo demasiado riesgoso.
En el libro, "The Gamble" ("La apuesta"), publicado este martes, el periodista Tom Ricks, de The Washington Post, confirmó un informe anterior en cuanto a que en su primera reunión con Petraeus, ocurrida en julio en Bagdad, Obama no hizo ningún esfuerzo por ocultar sus serias discrepancias con los puntos de vista del comandante.
Según Ricks, Obama interrumpió una intervención de Petraeus para dejarle en claro que, de ser elegido presidente, debería adoptar un punto de vista estratégico más global que el del comandante en Iraq.
Ricks, quien entrevistó al militar a propósito de la reunión, escribió que los comentarios de Obama "probablemente insultaron a Petraeus". Eso sugiere que el comandante expresó a Ricks cierta irritación con el presidente por el incidente.
Además del interés de Petraeus y otros altos oficiales en mantener a las tropas estadounidenses en Iraq por el mayor tiempo posible, el jefe del Centcom tiene intereses políticos personales en juego en la lucha por la política sobre Iraq: se lo considera un posible candidato presidencial republicano para 2012.
Evidentemente, Petraeus creyó que la Casa Blanca divulgaba informes a la prensa que lo hacían parecer el perdedor de la reunión del 21 de enero.
"Imagino que la Casa Blanca no está demasiado feliz de que esta información esté allí afuera", dijo la fuente militar, refiriéndose a la versión que Petraeus había brindado a IPS.
Obama se está conduciendo con cautela en el manejo de Petraeus. Su preocupación por las ambiciones políticas del general pueden haber sido un factor en la decisión de nombrar al general James Jones, ex comandante de la armada, como su consejero de Seguridad Nacional.
"Un par de personas me dijeron que una de las razones para que Jones fuera elegido fue tenerlo allí como un cuatro estrellas para contrarrestar a Petraeus", dijo una fuente del Congreso legislativo.
* Gareth Porter es historiador y experto en políticas de seguridad nacional de Estados Unidos. "Peligro de dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam", su último libro, fue publicado en junio de 2005 y reeditado en 2006.