El orgullo nacional parece ser un importante factor en las disputas geopolíticas del siglo XXI. Pero una encuesta demostró que las poblaciones de varios países no necesariamente creen que sus gobiernos sean moralmente superiores a los otros.
La mayoría de los encuestados en 19 de los 21 países elegidos no creen que sus respectivos gobiernos tengan una política exterior cuya moralidad esté por encima del promedio, según el estudio presentado el 22 de este mes por WorldPublicOpinion.org, proyecto del Programa sobre Actitudes respecto a la Política Internacional (PIPA, por sus siglas en inglés) de la estadounidense Universidad de Maryland.
Apenas alrededor de la cuarta parte de los consultados dijeron que sus países tenían una política exterior con una integridad superior al promedio, mientras que alrededor de 20 por ciento opinaron que era inferior.
"Sin duda, los gobiernos están preocupados por incrementar el poder de sus estados, y eso fluye a través de una ideología nacionalista", dijo a IPS Steven Kull, director del PIPA y de WorldPublicOpinion.org.
Sin embargo, Kull señaló que los resultados de la encuesta demuestran que, mientras los gobiernos actúan bajo premisas nacionalistas, sus poblaciones ven más allá a la hora de evaluar cómo sus políticas exteriores afectan "al mundo como un todo".
Kull fue rápido en advertir que eso no significa que las poblaciones se hayan vuelto en contra de la política exterior de sus países.
"No están diciendo que (actuar en base a intereses de Estado) sea una cosa terrible. Aquí no se ve una crítica dura", dijo.
De hecho, aproximadamente 40 por ciento de los encuestados opinaron que sus países tenían política exterior de moralidad promedio, lo que supone un punto de vista bastante moderado sobre las gestiones de sus gobiernos en el escenario mundial.
Cuarenta y nueve por ciento de los estadounidenses consultados sostuvieron que la política exterior de su país era de una integridad media, porcentaje mayor que el total mundial. Pero el guarismo de quienes la consideraron por encima del promedio fue el mismo que en el plano global: 24 por ciento.
Rusia apenas sobrepasó las cifras mundiales: 27 por ciento de los consultados en ese país dijeron que su política exterior es moralmente superior en comparación con el resto del planeta.
Los países donde la mayoría de los consultados se consideraron moralmente superiores fueron Jordania (44 por ciento), India (40 por ciento), Azerbaiyán (39 por ciento) y China (38 por ciento).
Donde la mayoría de las encuestados respondieron que la política exterior de sus países mostraba una moralidad inferior al promedio fue en México (54 por ciento) y en Argentina (39 por ciento).
Entre las principales potencias mundiales, los británicos fueron los que registraron valores más bajos en sus opiniones. Casi la cuarta parte de los entrevistados se pronunciaron por un promedio inferior. Aunque casi una mayoría (49 por ciento) respondieron que la política exterior de su país era de una moralidad promedio.
Contrariamente a las tendencias nacionalistas, las poblaciones de los países investigados también mostraron tener una buena imagen de la moralidad de otras naciones.
En este sentido, China obtuvo los peores resultados entre las principales potencias. Esto no sorprende considerando la mala imagen que tuvo su actitud con Tíbet y lo que se consideró como un bloqueo a las resoluciones de conflictos en Sudán y Birmania. Los encuestados percibieron que los intereses económicos de Beijing eludieron las consideraciones morales.
Los consultados en seis países dijeron que la política exterior de China era moralmente inferior: Alemania, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia.
Rusia también tuvo un número similar de críticas en cinco países, mientras que Estados Unidos mostró los resultados más erráticos del estudio. Cinco naciones sostuvieron que la política exterior de Washington está por debajo del promedio, pero dos dijeron que estaba por encima.
Gran Bretaña fue la nación que obtuvo la clasificación más positiva. Aunque apenas alrededor de un quinto de los consultados (sin incluir a los británicos) dijeron que la política exterior de Londres era superior al promedio, ese fue el único país para el cual ese número fue mayor que la cantidad de gente que sostuvo que era inferior al promedio (17 por ciento).