La reconciliación entre las dos facciones palestinas rivales, Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) y el partido Fatah, parece cada vez más difícil, ya que los dos grupos intercambian graves acusaciones de traición, tortura y asesinatos extrajudiciales.
La tensión se agravó en el marco de la ofensiva militar de Israel contra la Franja de Gaza, la Operación Plomo Fundido, que entre el 27 de diciembre y el 17 de este mes dejó más de 1.300 palestinos muertos, casi 5.000 heridos y la infraestructura diezmada en ese territorio costero.
Fatah, partido encargado de la administración de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania, acusa a Hamás de matar, torturar y golpear a varios de sus miembros en Gaza.
Por su parte, Hamás, que controla Gaza, acusa a miembros de Fatah de haber ayudado y asesorado a militares israelíes para que atacaran objetivos del movimiento islámico.
La Comisión Independiente para los Derechos Humanos (ICHR) en Gaza llamó el lunes a un cese de las ejecuciones y castigos extrajudiciales a palestinos, y aseguró tener evidencia documentada de los crímenes.
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Esta documentación incluye casos de disparos a quemarropa a las piernas de personas, así como severos golpes y arrestos domiciliarios. La ICHR no aclaró a qué partido u organización pertenecían las víctimas.
"Estamos muy preocupados por estas acusaciones, y las estamos siguiendo de cerca", dijo a IPS la portavoz del grupo de derechos humanos israelí BTselem, Sarit Michaeli. "Pero no hemos recibido todavía evidencia para respaldar estas afirmaciones".
"Tomará un tiempo antes de que pueda haber una verificación independiente del tema, considerando las condiciones actuales en el terreno", añadió.
Según informes locales, milicianos de Hamás convirtieron varios hospitales y escuelas durante la Operación Plomo Fundido en centros de detención, donde decenas de miembros y partidarios de Fatah fueron recluidos bajo sospecha de colaborar con Israel.
Testigos dijeron que un hospital infantil, un centro de salud mental en la ciudad de Gaza y varias escuelas en Khan Yunis y Rafah, en el sur de la Franja, estaban entre los lugares que Hamás convirtió en "centros de tortura".
Fawzi Barhoum, portavoz de Hamás, negó rotundamente las acusaciones. Dijo que Fatah hacía declaraciones falsas para disimular el hecho de que permaneció al margen durante la operación militar israelí, sin desafiar al Estado judío.
Taher al Nunu, otro portavoz de la organización islámica en Gaza, dijo que se investigaban unos pocos informes de ataques a partidarios de Fatah. Reconoció que hubo casos de abusos concretos, pero que no fueron avalados ni ordenados por Hamás.
"Quizás hubo algunos enfrentamientos entre familias. Investigaremos estos casos. No son muchos", afirmó.
Los portavoces del movimiento islámico Salah Bardaweel y Fawzi Barhoum dijeron que el presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, y sus "espías" habían informado a Israel de los movimientos del ministro del Interior de Hamás, Said Siam, asesinado en un ataque de la Fuerza Aérea israelí la semana pasada.
Un miembro de Fatah en Ramalah dijo que las acusaciones carecían de base y eran simplemente una excusa para atacar a miembros del partido en Gaza.
Samir Awad, del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Birzeit, en Cisjordania, dijo que era muy posible que las acusaciones de Fatah fueran exageradas y estuvieran políticamente motivadas.
"No hay evidencias para respaldar esas acusaciones. Mahmoud Abbas perdió mucha credibilidad y popularidad luego de que muchos palestinos vieran su fracaso al no adoptar una fuerte postura contra Israel durante la masacre en Gaza. Esto bien podría ser una forma de distraer la atención", dijo a IPS.
En 2007, se creía que una pequeña minoría de miembros de Fatah planificaba un golpe contra un eventual gobierno de unidad entre las dos facciones palestinas, luego de que Hamás ganara las elecciones legislativas en 2006.
Según varios informes de prensa, a miembros de Fatah en Gaza se les proveyó de armas, dinero y entrenamiento por parte de Egipto, Israel y Estados Unidos. Hamás previno esta estrategia realizando un golpe en Gaza y tomando el poder en el territorio en junio de 2007.