Quizás nunca en la historia la esperanza de tantas personas por un cambio positivo en las relaciones internacionales descansaron en una sola persona como hoy en Barack Obama, quien asume este martes como el presidente número 44 de Estados Unidos.
Esa es una forma de leer una nueva encuesta realizada en 17 países por el servicio mundial de la cadena británica BBC, en vísperas de la asunción. De las más de 17.000 personas encuestadas, un promedio de dos de cada tres y mayorías en 15 de las naciones dijeron esperar que las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo mejoren con el nuevo mandatario.
Eso reflejó un claro aumento en el optimismo sobre Obama, comparado con el verano boreal pasado, cuando todavía competía con el candidato del Partido Republicano, John McCain. Entonces, un promedio de 47 consultados dijeron que si Obama llegaba a la presidencia mejoraría los vínculos de Washington con el resto del mundo.
"Son realmente números muy grandes, y muestran una significativa tendencia", dijo Steven Kull, director del Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales de la Universidad de Maryland, que ayudó a diseñar y analizar la encuesta de la BBC, junto a la consultora GlobeScan Incorporated, con sede en Londres.
"Como fenómeno global en el que tantas personas observan a una persona, esto probablemente no tiene precedentes", dijo a IPS.
[related_articles]
Casi tres de cada cuatro consultados (72 por ciento) en la encuesta, que incluyó a países de Europa occidental, Asia oriental, América Latina, el oeste de África y el mundo islámico, así como Rusia, India y el propio Estados Unidos, señalaron que la crisis financiera mundial debería ser la "primera prioridad" de Obama.
La mitad de los consultados también señalaron que "retirar la tropas estadounidenses de Iraq" estaba entre las prioridades, mientras que 46 por ciento agregaron "tratar el cambio climático" y 46 por ciento incluyeron la promoción de un acuerdo de paz entre Israel y Palestina. Una significativa proporción de 29 por ciento subrayó la necesidad de que Obama apoye al gobierno de Afganistán en su lucha contra el movimiento islamista Talibán.
La encuesta refleja el firme aumento de optimismo sobre una presidencia de Obama en Estados Unidos desde que fue electo el 4 de noviembre, a pesar de que la crisis financiera que estalló en septiembre parece agravarse.
En una encuesta elaborada por el diario The New York Times y la cadena CBS News, divulgada el domingo, cerca de cuatro de cada cinco consultados (79 por ciento) dijeron que eran optimistas sobre los próximos cuatro años bajo la administración de Obama. Se trata del mayor nivel de optimismo sobre un nuevo presidente desde que se comenzó hacer esta encuesta en 1977, sobre el presidente Jimmy Carter (1977-1981).
Mientras, en otra consulta realizada por The Washington Post y ABC News, divulgada el lunes, más de la mitad de los entrevistados dijeron que tenían "grandes esperanzas" sobre Obama, casi tres de cuatro expresaron apoyo a su programa de recuperación económica y ocho de 10 dijeron que tenían una opinión favorable de él como líder.
No hay dudas de que las dos encuestas en Estados Unidos, así como la de la BBC, reflejan también la impopularidad del saliente mandatario George W. Bush, cuyos ocho años de gobierno, marcados por la guerra en Iraq, el abandono de las Convenciones de Ginebra sobre el trato a los prisioneros, así como otros tratados mundiales, y su agresiva política unilateralista, le dieron a Washington la peor imagen internacional de su historia.
La encuesta concluyó que sólo 22 por ciento de los estadounidenses consultados tenían una opinión favorable de su presidencia.
De hecho, Kull sostuvo que gran parte de los resultados en la investigación de la BBC se puede atribuir al contraste entre el unilateralismo de Bush y el repetido énfasis de Obama en la diplomacia, el multilateralismo y el derecho humanitario, marcado recientemente por sus promesas de cerrar la prisión en la base militar de Guantánamo, Cuba, donde están recluidos sospechosos de terrorismo, y de prohibir la tortura.
"La decisión de cerrar Guantánamo probablemente ha contribuido como señal de cambio, una muestra de que Estados Unidos acepta someterse a las normas internacionales. Mostrar disposición a actuar bajo las reglas es algo muy importante para la población mundial", agregó.