SOMALIA: Piratas agravan el hambre

Los secuestros piratas en aguas del oriente africano desbaratan la ayuda alimentaria a Somalia. Con millones de vidas en juego, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) espera que la flamante misión europea de escolta naval permita regularizar la asistencia.

La piratería es un problema alrededor de Somalia al menos desde fines de los años 90, pero no fue sino hasta este año que los corsarios ampliaron su campo de acción por el golfo de Adén y el océano Índico, poniendo en peligro importantes rutas navieras internacionales.

Los piratas han secuestrado alrededor de 40 buques de gran porte desde enero. La campaña humanitaria dirigida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a Somalia —una de las mayores del mundo— es la principal víctima de este fenómeno.

Este año el PMA se las vio difíciles para hacer ingresar alimentos por mar al país en momentos en que, paradójicamente, la asistencia alimentaria crece.

El portavoz del PMA, Peter Smerdon, dijo que la cantidad de somalíes que dependen de la asistencia alimentaria aumentó este año a 3,25 millones, alrededor de 40 por ciento de la población, lo que supone un incremento de 75 por ciento respecto de 2007.
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Los enfrentamientos del ejército etíope, que se apostó en el territorio a fines de 2006, y sus aliados somalíes contra organizaciones insurgentes islamistas causaron la muerte de miles desde la invasión etíope de fines de 2006.

Los combates alteraron la agricultura y desplazaron a cientos de miles de personas.

Para eludir los 300 puestos de guardia controlados por rebeldes en Somalia, 90 por ciento de las aproximadamente 150.000 toneladas de alimentos que envió el PMA al país este año se dirigieron por mar hacia los puertos de Mogadiscio o Merka, según la ONU.

Y para mantener los costos bajos, la ONU prefirió enviar los alimentos mensualmente en grandes embarcaciones de hasta 10.000 toneladas de carga de capacidad en lugar de aumentar la frecuencia de los viajes en buques más pequeños.

Pero los grandes cargueros son premios más valiosos para los piratas, que pueden obtener un millón de dólares o más de rescate por una nave y su tripulación.

«Los propietarios de grandes barcos no estaban muy dispuestos a venir a Mombasa a traer alimentos del PMA a Somalia», dijo Lemma Jembere, jefe de logística de esa agencia en esa ciudad, la segunda de Kenia. «No querían arriesgarse a un ataque pirata.»

Para mitigar la amenaza, la ONU cuenta desde fines de 2007 con la escolta de barcos de guerra aportados por Dinamarca, Francia, Canadá, Holanda, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la UE.

Sin embargo, en ocasiones el PMA ha pasado por dificultades para lograr este tipo de colaboración militar.

La expiración del compromiso de Canadá con la misión escolta disparó un pequeño pánico en junio. El funcionario del PMA Peter Goossens advirtió entonces: «Sin escolta, toda nuestra ruta de suministro marítimo será amenazada.» Holanda envió, finalmente, una fragata para que se hiciera cargo de la situación. La OTAN hizo lo mismo luego.

El 14 de diciembre, la UE asumió la responsabilidad de la escolta. Se prevé que esa misión dure varios meses. Ningún barco del PMA fue secuestrado bajo escolta militar.

Pero incluso sin escolta disponible, el alimento igual debía llegar a Somalia. En esos casos, sólo los dueños de barcos pequeños aceptaron contratos del PMA, según Jembere. «Los buques más pequeños asumen riesgos», dijo.

Además, por estos días, los piratas a veces pasan por alto a los barcos pequeños, para concentrar su atención en los más grandes, rápidos y valiosos, y en aguas más profundas, agregó.

Al depender solamente de esos pequeños navíos, se redujo la cantidad de asistencia.

El carguero Semlow, con una capacidad de apenas 800 toneladas, es un veterano del circuito de Somalia. Mientras estuvo contratado por el PMA en 2005, fue atacado por piratas y retenido durante 110 días.

Juma Mvita, de 50 años, es el principal ingeniero del Semlow. Estaba a bordo del carguero en el momento del secuestro. Lo primero que hizo cuando lo liberaron, dijo, fue ir a su mezquita a rezar. «En ese momento decidí que nunca volvería al mar. No sé como volví a involucrarme», sostuvo.

Mientras la OTAN asumía la responsabilidad por la escolta en noviembre, el PMA y sus habituales socios se sintieron más confiados. Así, dijo Jembere, los propietarios de grandes buques volvieron a ofrecer sus servicios.

Pero el contrato de los barcos más pequeños, entre ellos el Semlow, se mantuvo «como capacidad adicional», explicó Jembere.

El 14 de este mes, el buque de guerra británico HMS Northumberland, con bandera de la UE, escoltó al Semlow de Mombasa a Mogadiscio, cargado con varios cientos de toneladas de arvejas y otros alimentos.

Edward Kalendero, capitán del Semlow, dijo que trabajar para el PMA en aguas infestadas de piratas le despertó dudas, incluso con el HMS Northumberland a cargo de la custodia. «Si podemos conseguir otro trabajo que no sea éste, lo hacemos», señaló.

Pero el trabajo escasea, explicó Kalendero, así que él continúa viajando a Somalia.

Jembere, por su parte, dijo ser optimista en que, con la escolta de la UE y los grandes barcos regresando al circuito de Somalia, será más fácil en las próximas semanas mantener un flujo estable de asistencia alimentaria para millones de hambrientos.

Pero su mayor preocupación es que, por alguna razón, el PMA pueda perder la custodia y vuelva a ser presa fácil de los piratas somalíes. «Eso sería una pesadilla logística», opinó.

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