La disminución real de emisiones de gases invernadero de la Unión Europea (UE) podría ascender apenas a cuatro por ciento para 2020, de acuerdo con el paquete de medidas aprobado este miércoles por el Parlamento Europeo.
El cuerpo legislativo aprobó el conjunto de medidas acordadas por los gobiernos del bloque la semana pasada.
Los 27 países de la UE se comprometieron a reducir 20 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono y otros gases invernadero para 2020 respecto de 1990.
Como parte de un objetivo conocido como el "triple 20 por ciento", la UE prometió aumentar en esa proporción la eficiencia energética y la energía procedente de fuentes renovables.
Sin embargo, la letra pequeña del paquete permite que el grueso de la disminución de dióxido de carbono sea "compensado" mediante proyectos de "desarrollo limpio", fuera de fronteras.
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Una parte integral del conjunto de medidas se conoce como "ley de esfuerzo compartido" y depende en especial de la compensación.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) calculó que el verdadero recorte de emisiones dentro de la UE puede ser de sólo cuatro o cinco por ciento para 2020.
La estimación se basa sobre datos de la propia agencia ambiental de la UE, según la cual en los países del bloque sólo se recortó ocho por ciento de las emisiones entre 1990 y 2006. El restante 12 por ciento necesario para llegar al objetivo 20 por ciento puede hacerse en el extranjero.
"La meta de 20 por ciento queda bien en los papeles", señaló la portavoz del WWF, Delia Villagrasa. "Pero son palabras sin base porque los países de la UE pueden cumplir con tres cuartas partes del esfuerzo fuera de fronteras."
WWF sostiene que ese compromiso no basta para cumplir con el objetivo declarado por la UE de evitar que la temperatura global aumente más de dos grados respecto de la época previa a la industrialización.
Si otras regiones toman el ejemplo de la UE, la capa de hielo de Groenlandia se derretirá y el futuro de muchas ciudades estará en riesgo a causa de la elevación del nivel del mar.
El experto en cambio climático Joris den Blanken, de la organización ambientalista Greenpeace, coincidió: "Compartir esfuerzo permite compensar fuera de la UE tantas emisiones que no creo que deba ser considerado como dentro de la legislación del bloque", sostuvo.
"Plantar árboles en África al azar para seguir emitiendo dióxido de carbono en Europa no es la solución al cambio climático. Compensación significa exportar la responsabilidad al Sur en desarrollo y eliminar el incentivo que tenía la industria para mejorar la eficiencia e invertir en fuentes de energía renovables", alegó.
"No ayudará a disminuir nuestra dependencia en los combustibles fósiles que son caros, como el gas de Rusia, ni hará bajar nuestras facturas", advirtió
Varios eurodiputados de peso pertenecientes a los principales partidos políticos consideraron que la votación fue una victoria para el ambiente.
El parlamento "dio un paso histórico en su lucha contra el cambio climático, que amenaza con volver insostenible la vida en el planeta", señaló Joseph Daul, líder del centroderechista Partido Popular Europeo (PPE).
También sostuvo que la medida contribuirá a los esfuerzos para forjar un nuevo acuerdo para contener el cambio climático en la próxima conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se realizará en Copenhague el año que viene.
"Gracias a este resultado, Europa se pone al frente de la lucha para preservar el ambiente", añadió.
"En un contexto de crisis económica, este paquete es un logro", señaló, por su parte, la eurodiputada liberal sueca Lena Ek.
"Las inversiones verdes crearán puestos de trabajo y dejarán a nuestra industria como protagonista. Con este paquete de medidas, confirmamos el liderazgo de Europa en la lucha contra el cambio climático", pronosticó.
Los eurodiputados de izquierda alegaron que la preocupación de Alemania, Italia y Polonia por evitar un dolor de cabeza a corto plazo a las industrias contaminantes debilitó el paquete de medidas.
La última versión aprobada no impulsará los cambios necesarios en el estilo de vida, como disminuir el uso de vehículos "4×4"(con tracción en sus cuatro ruedas) y su insaciable apetito por combustibles fósiles, alegó el alemán Daniel Cohn-Bendit, presidente del grupo en el Parlamento Europeo del partido Los Verdes.
"El compromiso alcanzado es débil debido al egoísmo nacional", protestó. "Los objetivos del triple 20 por ciento se diluyeron para legitimar una economía 4×4".
Otra de las medidas aprobadas por los eurodiputados es que los fabricantes disminuyan la cantidad de dióxido de carbono que emiten sus vehículos. Los nuevos automóviles liberan en promedio 160 gramos por kilómetro, y esa cantidad tendría que bajar a 130 para 2012.
Además, los ambientalistas se molestaron porque las multas para los fabricantes que no respeten el límite son considerablemente menores a las previstas originalmente.
Las empresas iban a tener que pagar 20 euros (unos 28 dólares) por cada gramo adicional, según lo previsto por la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE. Pero el intenso lobby de la industria automotriz y de gobiernos afines, como el de Italia, llevaron esa cifra a cinco euros (poco menos de siete dólares).
La multa es tan baja que no obligará a los fabricantes de automóviles a respetar los máximos de contaminación, señaló Jos Dings, de la Federación Europea de Transporte y Ambiente.
"Una ley es sólo una ley si tiene un régimen de conformidad efectivo", señaló. "El que tenemos es bastante risible."