CAMBIO CLIMÁTICO: Paños fríos a indígenas en ambiente recalentado

Los esfuerzos contra el cambio climático serán en vano mientras los pueblos indígenas sigan quedando fuera del debate sobre medidas paliativas, según activistas que participan en la conferencia de la ONU que se realiza esta semana en la ciudad polaca de Poznan.

"Las comunidades indígenas se adaptan a los cambios ambientales desde hace siglos y pueden contribuir a diseñar las estrategias que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) pretende incluir en el nuevo tratado", señaló Mark Lattimer, de la organización Minority Rights Group International, con sede en Londres.

Con vistas a la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, que comenzó el lunes, MRG divulgaron un estudio en el que concluyeron que un nuevo tratado quedará "seriamente comprometido" si los gobiernos siguen silenciando a los más afectados por el fenómeno.

Unos 800 delegados participan en esa conferencia, que terminará el 12 de este mes, según la ONU. En las diferentes reuniones se discuten estrategias para combatir el cambio climático y cómo financiarlas.

La semana pasada, funcionarios de la ONU describieron las reuniones como un "hito por el camino del éxito", respecto del proceso de negociación lanzado en las conferencias anteriores.
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Defensores de los derechos de los pueblos indígenas tienen gran escepticismo al respecto.

"El proceso de la ONU está viciado porque las comunidades que padecen directamente los efectos del cambio climático no participan en él", remarco Lattimer. "Es incomprensible que los gobiernos se pongan de acuerdo sobre objetivos sin contar con la opinión de los que sufren las consecuencias del fenómeno".

La Conferencia de Poznan tiene previsto fijar objetivos de restricción en las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, pero los líderes indígenas que viven en la selva se quejan de que no fueron consultados en las discusiones sobre los planes y estrategias con vistas de futuro.

"Sufrimos las peores consecuencias del cambio climático sin haber contribuido" con el fenómeno, escribió por correo electrónico Ben Powless, activista canadiense por los derechos de los indígenas, desde Polonia, donde observa el desarrollo de la conferencia.

Según él, las estrategias y los planes tendientes a mitigar el problema no son más que "soluciones falsas".

"Ponen en riesgo nuestros derechos y nuestra existencia misma", alegó, y añadió que varios proyectos para producir combustible vegetal, promovidos por gobiernos y el sector privado, se impulsan sin "el consentimiento previo, libre e informado de los indígenas".

La mayoría de los proyectos de desarrollo realizados en la selva apuntan, de hecho, a robar los recursos de los indígenas para obtener réditos comerciales, más que contribuir a la preservación del ambiente, según Lattimer y Powless.

Varios estudios realizados en los últimos años muestran que la mayoría de los 370 millones de indígenas del mundo viven en áreas de gran diversidad ecológica y que dependen totalmente de los recursos naturales. Pero la aceleración del cambio climático disminuye las fuentes sobre las que se basa su sustento.

"Se ha prestado mucha atención al daño que el cambio climático ocasiona al ambiente y sobre la pérdida de especies de plantas y animales, pero no se reconoce la verdadera dimensión del perjuicio sobre las personas", subrayó Farah Mihlar, quien escribió el estudio del MRG.

"Las soluciones, metodologías y tecnologías ‘científicas’ para mitigar y adaptarse a los cambios climáticos que discuten los políticos no reflejan el conocimiento ni concepción ancestral" de los indígenas, agregó.

"Violan o amenazan con violar nuestros derechos humanos", arguyó Powless. "Tendremos que discutir en algún momento la deuda ecológica que, en especial, las naciones industrializadas tienen con nosotros. Las consultas que nos hacen suelen tomar la forma de simple información."

La investigación del MRG muestra que aborígenes de todo el mundo suelen constituir las poblaciones más pobres y marginadas y con más probabilidades de ser discriminadas cuando ocurre algún tipo de desastre natural.

"Comunidades enteras pueden perderse", reza una declaración de Mihlar. "Culturas, tradiciones y lenguas pueden ser borradas de la faz de la Tierra."

En la anterior Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático, realizada en la isla indonesia de Bali en diciembre de 2007, activistas en defensa de los indígenas protestaron por su exclusión de las negociaciones oficiales.

En estas actividades participaron muchos representantes de comunidades selváticas de todo el mundo.

En la conferencia se mostraron preocupados por los planes de gobiernos e instituciones financieras internacionales para controlar la degradación de las selvas, en especial una iniciativa del Banco Mundial que ofrece incentivos a gran escala para reducir las emisiones liberadas por la deforestación.

En las selvas tropicales y subtropicales, en las que se concentra la iniciativa del Banco Mundial, viven unos 160 millones de indígenas, considerados guardianes y administradores de su biodiversidad por muchos científicos.

"Puede ser una buena iniciativa, pero por nuestra experiencia negativa nos preocupa cómo funcionará", señaló Victoria Tauli-Corpuz, presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU.

La Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada por la ONU reconoce la potestad de las comunidades de controlar sus territorios y recursos, incluidas las selvas, pero muchos gobiernos y corporaciones siguen transgrediéndolas.

"Seguimos en una situación muy vulnerable, porque muchos gobiernos desconocen nuestros derechos sobre las selvas y los recursos que hay en ellas", dijo Tauli-Corpuz.

Entre los países donde gobiernos y corporaciones violan más los derechos indígenas figuran Botswana, Brasil, Estados Unidos, Malasia, Nueva Zelanda, Paraguay y Perú, evaluó el año pasado la organización Survival International, con sede en Londres.

A diferencia de lo que sucede en el proceso de negociación sobre cambio climático, las comunidades indígenas gozan de un papel relativamente importante en las discusiones en materia de biodiversidad.

La secretaría del Convenio sobre Diversidad Biológica de la ONU creó, incluso, un grupo de trabajo para garantizarlo.

Los representantes indígenas que participan en la Conferencia de Poznan expresaron su deseo de que la ONU incluya a las comunidades afectadas por el cambio climático en el proceso de negociación de medidas para contener el fenómeno.

"Reclamamos una participación total en la implementación de medidas en todo lo que respecta al cambio climático y a las selvas", señaló Powless.

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