En la Copa Mundial de los Sin Techo de este año, realizada en esta ciudad australiana, los 56 equipos desplegaron un fútbol aguerrido y veloz. Pero los goles no hacen desaparecer sus problemas de falta de vivienda.
"En Liberia necesitamos mucha ayuda, en especial para los sin techo", señaló Dehkontee Sayon, de 20 años, tras anotar cuatro goles para su país, que le ganó por 16 a 1 al equipo femenino de Camerún en la Copa Mundial de los Sin Techo, que por primera vez se realiza en Australia.
Sayon, desempleada y técnicamente sin hogar, pues vive con una amiga en Monrovia, comenzó estudios universitarios de contabilidad. "Los abandoné por falta de recursos económicos", dijo a IPS.
La joven participa en el torneo, que comenzó el lunes y terminará este domingo, en el que por primera vez hay equipos femeninos, de Australia, Camerún, Colombia, Kirguistán, Liberia, Paraguay, Uganda y Zambia.
La primera Copa Mundial de los Sin Techo se realizó en Gaz, Austria, en 2003.
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Los equipos de mujeres se unieron a los masculinos en esta meridional ciudad australiana para competir por los siete trofeos en disputa. Los partidos se realizan en tres estadios.
Los partidos, de dos tiempos de siete minutos cada uno, con cuatro jugadores por cada equipo, se disputan con toda energía y reúnen a habilidosos deportistas, fanáticos del fútbol con sus cánticos y a la prensa nacional e internacional.
El clima nada tiene que envidiarle a un torneo de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) o cualquier otro campeonato mundial.
La cadena de televisión australiana SBS transmitirá la final en vivo para todo el territorio nacional.
Los equipos de la Copa Mundial de los Sin Techo, al igual que los profesionales, festejan y no les gusta perder, pero el objetivo de este torneo no es sólo vencer al contrincante.
Un ideal mayor está en juego: mejorar la vida de la gente.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó en 2005 que unos 100 millones de personas carecían de hogar en el mundo y que más de 1.000 millones residían en viviendas precarias.
La situación es insostenible, remarcó el presidente de la Copa Mundial de los Sin Techo, Mel Young, un escocés que fundó el torneo con el austriaco Harold Schmied.
"Tenemos que juntarnos y hacer algo al respecto", señaló en la inauguración del campeonato en Melbourne. "Este es un momento histórico muy importante."
La Copa tiene consecuencias positivas, según los organizadores. En la evaluación del torneo anterior, realizado en Copenhague el año pasado, 71 por ciento de los participantes dijeron que sus vidas habían cambiado de forma significativa: consiguieron trabajo, casa y lograron dejar de consumir drogas y alcohol.
"Eso es lo que nos motiva y lo que importa: que los sin techo se revigoricen y disfruten del sentimiento de comunidad, amistad, amor, se diviertan y experimenten cambios positivos", señaló Young en el prólogo del informe.
Esos mismos sentimientos expresaron los jugadores y demás personas que llegaron a Melbourne desde distintos países.
Los jugadores zimbabwenses están contentos de participar en el torneo de Australia, donde se juega algo más que un partido de fútbol, señaló su director técnico, Tawanda Karasa.
Los esfuerzos de Karasa para ayudar a los marginados a mejorar su calidad de vida gracias al fútbol, tramitarles el pasaporte y hacer los arreglos para viajar fueron motivo de un filme documental, "Street Soccer Zimbabwe" ("Fútbol callejero en Zimbabwe").
"Es una señal de esperanza para ellos. El hecho de estar aquí con otras personas, hacer amigos y compartir ideas y experiencias les servirá de inspiración para el futuro. Tendrán nuevas motivaciones", añadió Karasa.
La directora técnica del equipo femenino de Paraguay, Anahí Duarte Sckell, conversó brevemente con IPS tras la sonada derrota de su país contra Colombia.
Las paraguayas, que en su mayoría hablan guaraní y no español, estaban decepcionadas con las tres derrotas sufridas, pero Duarte Sckell trató de inculcar a sus jugadores el verdadero sentido del torneo.
"Hoy les decía que esta experiencia no tiene por qué terminar aquí. Cuando regresen tienen que evaluar las consecuencias que esta experiencia tuvo sobre ellas y sobre su comunidad", señaló al contar que el viaje a Melbourne es una de esas oportunidades que se dan "una vez en la vida" de las jóvenes de entre 16 y 18 años.
Las paraguayas son compañeras de una escuela agraria de su país. También las camerunesas residen en áreas rurales.
"Las jóvenes que están aquí viven en condiciones desfavorables. En Camerún mismo, nunca fueron a la capital. Ésta es la primera vez que tienen pasaporte y que viajan en avión, así que es una gran experiencia", relató Gisèle Yitamben, miembro del equipo de ese país africano.
Yitamben observó cambios en las jugadoras, cuyas experiencias, como estar en otro país y tener contacto con otras culturas y lenguas, mejoraron su confianza en sí mismas.
"En los primeros tres días de competencia ya observé que cambiaron", señaló. "Estaban muy tímidas cuando llegaron. Ahora se están abriendo."
La Copa Mundial de los Sin Techo motivó la creación de programas vinculados al fútbol en más de 60 países, en los que participan unas 30.000 personas sin hogar y marginadas, al año.
Pero la capacidad de ese popular deporte de sortear las barreras y llevar esperanza a millones de personas desfavorecidas quizá se vea mejor reflejada en el comentario del jugador portugués Humberto Spranger: "Futebol é vida" (el fútbol es vida), dijo en su lengua natal.