En Indonesia, muchos conocen al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, como «Barry». Para otros es «Menteng kid», por la escuela primaria a la que asistió cuando vivió en ese gran país de Asia sudoriental.
Indonesia tuvo más razones que sus vecinos para celebrar el triunfo de Obama el martes. Entre los que se alegraron estaba Israella Dharmawan, una de sus maestras de Yakarta.
"Recuerdo que escribió dos ensayos: Mi madre, mi ídolo y Quiero ser presidente", relató la maestra, según un artículo publicado el jueves en el periódico Jakarta Post.
Obama tenía seis años cuando llegó a Indonesia en 1967 con su madre, Ann Dunham, y su padrastro indonesio, Lolo Soetoro.
"Espero que sea un buen presidente y cumpla con sus promesas de campaña", señaló la maestra de tercer grado, quien describió al presidente electo como "un niño bueno, alegre y de trato fácil".
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Mucha gente en Indonesia piensa que los ciudadanos de Estados Unidos hicieron historia al elegir a un afro-estadounidense para el cargo más poderoso del mundo. En este país, dominado por la mayoritaria comunidad javanesa, la posibilidad de que un integrante de una minoría sea presidente es remota.
"Este hecho nos enseña a todos que cuestiones étnicas, de raza, entre otras, no son importantes. Lo que importa es nuestra capacidad", dijo el vicepresidente indonesio Jusuf Kalla a la agencia de noticias nacional Antara, tras el triunfo de Obama.
Kalla es el líder del mayor partido político del país, Golkar. Pero las posibilidades de que sea elegido presidente en los comicios de 2009 son pocas, según la prensa, porque pertenece a la minoría bugis, de la isla montañosa de Sulawesi Sur.
El ejemplo de Obama tampoco pasó desapercibido en Malasia, donde la mayoría malaya mantiene un férreo poder político en detrimento de las minorías, las más numerosas las de chinos e indios.
Incluso en Singapur, cuyas políticas apuntan a preservar la igualdad racial, la cultura política favorece a los miembros de la dominante comunidad china para el cargo de primer ministro.
"Las elecciones de Estados Unidos llevaron a muchas minorías de la región a pensar que es posible", señaló Phil Robertson, presidente de Demócratas en el Extranjero Tailandia, una organización de ciudadanos estadounidenses que hicieron campaña por el candidato del Partido Demócrata.
También "expande las ideas de la gente respecto de que una persona de una minoría puede postularse para un cargo de poder político basándose sobre las ideas que representa", añadió. "La victoria de Obama es inspiradora".
Las elecciones estadounidenses también enseñaron otra lección: el abismo existente entre las democracias de esta región y el sólido sistema político de Estados Unidos.
Eso fue patente en Filipinas, ex colonia del país norteamericano, con un sistema político similar.
"Nuestra propia democracia y proceso electoral pueden verse enriquecidos por las lecciones, modelos y ejemplos dados por los comicios presidenciales de Estados Unidos, en especial respecto de la primacía de asuntos y programas de gobernanza, así como la eficiencia y la integridad mediante la cual se resguardó la voluntad de los votantes", señaló Gabriel Claudio, asesor político del presidente de Filipinas.
Las elecciones en las jóvenes democracias de Asia sudoriental están plagadas de fraudes, candidatos cuestionables y tensiones que, a veces, terminan en hechos de violencia, antes y después de la votación.
La cultura electoral de esta región también se caracteriza por las restricciones a la libertad de la prensa y la prohibición de debates abiertos y libres.
Para los 10 países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), el triunfo de Obama llega justo cuando sentían que el gobierno de George W. Bush perdía interés en el bloque regional, integrado por Birmania, Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Bush describió a Asia sudoriental como el segundo frente en su "guerra contra el terrorismo", tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
"Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la principal prioridad del gobierno de Bush fue combatir el terrorismo y obtener resultados inmediatos, para lo cual no estaba pensada la Asean. Los asuntos de defensa no son su fuerte", dijo a IPS Robert Fitts, ex funcionario estadounidense que trabajó en tres países de la región.
Por lo que optó por "inclinarse por las relaciones bilaterales y trabajar directamente con los ministros de Defensa y la policía, y no gastar tanta energía en un bloque regional como la Asean", explicó.
Con la doctrina de Bush hecha añicos, cabe esperar una mayor relación con la Asean, teniendo en cuenta la tendencia de Obama hacia el multilateralismo.
El presidente electo "quiere reimpulsar el multilateralismo y eso incluye a la Asean", subrayó Fitts.
"Obama dará un nuevo ímpetu a la política Asean-Estados Unidos", coincidió Kavi Chongkittavorn, editor y columnista de asuntos regionales del periódico tailandés en inglés The Nation.
"Muchos líderes de la Asean quieren tener vínculos más fuertes con el nuevo gobierno de Estados Unidos porque saben que de esa forma ganan más", añadió.