R.D.CONGO: Mantener la paz con las manos atadas

Mientras las fuerzas rebeldes en la República Democrática del Congo (RDC) anuncian un repliegue para abrir un corredor humanitario, crece el debate sobre el papel que deben jugar en el conflicto las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU.

El rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) informó este miércoles en un comunicado el retiro unilateral de sus tropas en dos principales frentes de lucha con las fuerzas del gobierno de Joseph Kabila. El objetivo de los insurgentes, liderados por Laurent Kabila, es dar paso a la asistencia humanitaria de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Mientras, en los últimos días, Olusegun Obasanjo, ex presidente de Nigeria y nuevo enviado del foro mundial a la región de los Grandes Lagos, se reunió con Kabila y con Nkunda para intentar reactivar el proceso de paz.

Apenas horas después de esos encuentros, estallaron nuevos combates en Riwindi, localidad 125 kilómetros al norte de Goma, mientras soldados de la misión de paz de la ONU en la RDC (la Monuc) se replegaron a su base.

"No podíamos salir porque seríamos atrapados por el fuego cruzado", dijo Jean Paul Dietrich, portavoz militar de la Monuc.
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Muchos piensan que involucrarse en los combates es un deber de la Monuc, pero su mandato sólo le permite proteger a los civiles, explicó.

Cada vez más congoleños critican a la Monuc por no usar la fuerza ni contra los grupos rebeldes ni contra los soldados del gobierno, que se saben han cometido saqueos, robos y violaciones en aldeas.

Kamanzi Bigaragara es un refugiado en Kibati, campamento 15 kilómetros al norte de Goma.

"Desde que estamos aquí, la Monuc no ha venido a visitarnos. El CNDP puede venir a combatir a los soldados del gobierno aquí y matarnos en cualquier momento. La Monuc no nos protege para nada", señaló.

Dietrich indicó que los soldados de paz tienen prácticamente las manos atadas.

"El mantenimiento de paz no es un trabajo sencillo. Los soldados están donde nadie quiere ir. Pero no podemos hacer siempre lo que la gente cree que podemos hacer en términos de protección", señaló.

Leila Zerrougui, vicerrepresentante de la ONU en la RDC, está de acuerdo, y señaló que por lo general las fuerzas de mantenimiento de paz intervienen luego de que un conflicto ha sido resuelto.

"Los civiles ven autos de la Monuc, ven a la policía, ven al ejército, pero no hacen una diferencia", indicó.

La Monuc es la mayor fuerza de mantenimiento de paz en el mundo, con 17.000 soldados en todo el territorio de la RDC. Recibió en 2000 el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU de supervisar el proceso de paz tras la guerra civil (1998-2003), y actualmente opera con un presupuesto de casi 1,2 millones de dólares.

Ante estos datos, muchos congoleños no pueden entender por qué no están bien protegidos, pero Dietrich señaló que por lo general olvidan que la Monuc no es el único actor en el conflicto.

"Las estructuras gubernamentales son a veces débiles, y se frustran porque no podemos hacer más. Pero tampoco hay que olvidar que el Congo tiene el tamaño de Europa occidental sin caminos adecuados, y de que también tenemos muchos otros proyectos fuera de la provincia de Kivu del Norte", indicó.

Dietrich señaló que los 6.000 soldados estacionados en Kivu del Norte muchas veces se sienten frustrados porque ninguna de las partes se muestra comprometida con el proceso de paz.

"Las fuerzas del gobierno continúan con sus propias iniciativas, y el CNDP no respeta el cese del fuego. En el terreno tienes que ir y ponerte en medio para mediar. A veces no escuchan. Para este trabajo necesitamos un absoluto compromiso de todas las partes", explicó Dietrich.

También señaló que existen nuevas amenazas de seguridad desde las últimas semanas entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno, y por tanto el trabajo se hace cada vez más difícil.

"Después de tantos enfrentamientos y tantos ceses al fuego declarados, hay una suerte de confusión en la Monuc sobre cuál debe ser nuestro mandato y sobre cuáles serán los próximos pasos a tomar", dijo Dietrich.

El mandato debe ser renovado a fines de este año, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU decida el destino de la misión.

Alan Doss, jefe de la misión, pidió al Consejo de Seguridad que le concediera 3.100 soldados adicionales.

Mientras, la vicerrepresentante de la ONU se encuentra en Goma para evaluar lo que se necesita en el nuevo mandato. La funcionaria dijo creer que el éxito de la misión no depende de más tropas.

"No se trata del número de soldados, sino de qué tipo de fuerza desplegamos, y de cómo pueden esas fuerzas ser fácilmente desplegadas, rápidamente y a menor costo", sostuvo.

Zerrougui explicó que un rápido despliegue es casi imposible en la RDC debido a la carencia de rutas y caminos.

Además, señaló la importancia de que la Monuc tenga un mandato más claro.

"El Consejo de Seguridad debe saber que afrontamos una nueva situación en el terreno. Necesitamos una clarificación porque apoyamos un ejército que a veces saquea y dispara a la población. Cuando los soldados se enfrentan a esa situación, ¿qué deben hacer?", preguntó.

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