La palabra más usada estos días en la comunidad internacional es «salvataje», en referencia a los multimillonarios paquetes de rescate para los vacilantes bancos de inversiones y compañías de seguros, en su mayoría de Estados Unidos y Europa occidental.
Ahora la Organización de las Naciones Unidas (ONU), temiendo que sus programas para la erradicación del hambre y de la pobreza pudieran verse afectados también por la propagada crisis económica, propone su propio paquete de salvataje: 300.000 millones de dólares para las naciones más pobres.
El pedido de fondos fue hecho a los líderes del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia), que participarán este sábado en Washington de una cumbre económica auspiciada por el presidente estadounidense George W. Bush.
Se trata de la cumbre económica del Grupo de los 20 (G-20), que también incluye a líderes de naciones en desarrollo como Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía, entre otros.
Según la Campaña del Milenio de la ONU, el paquete propuesto será de ayuda adicional y alivio de la deuda para compensar las pérdidas en el producto interno bruto (PIB) de las naciones más pobres como consecuencia de la crisis financiera, "en cuyas causas no tuvieron parte".
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"Los billones de dólares encontrados de un día para el otro para rescatar a los banqueros occidentales nos muestran que el verdadero problema que afrontamos en esta crisis no es la disponibilidad de dinero, sino la voluntad política", dijo el director de la Campaña del Milenio, Salil Shetty.
El principal mandato de la Campaña es luchar contra el hambre y la pobreza en todo el mundo.
Consultado sobre si realmente a los países ricos les interesa ayudar a los pobres, Shetty dijo a IPS: "Saben que cualquier revés en los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, que representan las necesidades más básicas para los pueblos más pobres, sería catastrófico no sólo para esos países, sino para la paz y prosperidad mundiales".
"Por eso, tanto por interés propio como por sentido de justicia y moralidad, el caso del paquete de salvataje es claro", dijo Shetty.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo el jueves que la actual crisis "también muestra cuán interdependientes nos hemos convertido todos, y cómo podemos ser tanto dañados como ayudados por las políticas de otros".
Pero es esencial que la reunión del G-20 indique en forma inequívoca una solución común a la crisis, para actuar juntos y con urgencia, y para mostrar solidaridad con los más necesitados, añadió.
"Una importante forma de hacer esto sería alcanzar los compromisos existentes sobre ayuda, para que se mantenga el progreso hacia los Objetivos del Milenio", sostuvo Ban.
Para las 1.400 millones de personas que sobreviven con menos de 1,25 dólares al día, tener menos poder adquisitivo es literalmente una cuestión de vida o muerte, pues hace la diferencia entre tener o no algo para darle de comer a sus hijos.
Los Objetivos del Milenio incluyen reducir a la mitad la extrema pobreza y el hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir dos tercios la mortalidad infantil y tres cuartos la materna, combatir la propagación del VIH/Sida, la malaria y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad ambiental y construir una alianza Norte-Sur para el desarrollo.
Los líderes mundiales se comprometieron en septiembre de 2000 a alcanzar estos Objetivos en 2015, teniendo como referencia los datos de 1990. Pero su puesta en práctica, inicialmente socavada por una caída en la asistencia para el desarrollo, ahora se ve cada vez más dificultada por la crisis económica mundial.
En una carta a los líderes del G-8 el jueves, el secretario general del foro mundial señaló que en un sesión informal de la Asamblea General a inicios de esta semana escuchó algunas de las preocupaciones de los estados miembros y de los problemas que afrontan debido a la crisis.
Además subrayó que algunos de esos países con "poderosas economías desarrolladas", así como naciones con emergentes motores de crecimiento, participarán de la cumbre de Washington.
"Pero más de 170 países no estarán en la mesa, y también afrontan graves dificultades", señaló. "Sus voces también cuentan, y trataré de trasladarlas" al encuentro.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) está actualmente en proceso de rescate a por lo menos tres países: Hungría, Islandia y Ucrania.
La economía de Islandia, considerada en un tiempo una nación industrial, está al borde de un colapso total.
En el informe 2007-2008 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Islandia se ubicó en el primer lugar entre 177 países en el Índice de Desarrollo Humano, por encima de Noruega, Australia, Canadá e Irlanda.
Islandia llegó al tope de la lista gracias a sus altos índices de PIB por habitante, expectativa de vida y alfabetismo adulto.
Según la Campaña del Milenio, el paquete propuesto de 300.000 millones podría ser una combinación de ayuda adicional del G-8, alivio de deuda y, si se necesita, ventas de oro por parte del FMI.
"Los gobiernos beneficiados deben en cambio asegurar que esos fondos serían destinados a significativos gastos en educación, salud y programas de protección social", indicó la Campaña.
Esos programas deberán estar particularmente destinados a los más pobres y excluidos de la sociedad, en especial mujeres y niños.