El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, quien asumirá el 20 de enero, está dejando en claro que los representantes del llamado «realismo» estarán a cargo de la política exterior del nuevo gobierno, al menos en sus comienzos.
Algunos de esos "realistas" están más identificados con el Partido Republicano y los militares que con el Partido Demócrata de Obama.
Aunque se espera que el presidente electo anuncie formalmente su gabinete el lunes próximo, los medios de prensa dan por seguro que el actual secretario (ministro) de Defensa, Robert Gates, permanecerá en el cargo por lo menos durante un año, la senadora Hillary Rodham Clinton será designada secretaria de Estado (canciller) y el general de infantería de marina retirado James L. Jones se convertirá en el nuevo asesor de Seguridad Nacional.
Asimismo, el almirante retirado Dennis Blair parece ser la opción de Obama para ocupar el puesto de director nacional de Inteligencia, y Susan Rice, quien formó parte del gobierno del ex presidente Bill Clinton (1993-2001) será la embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quizás con rango de miembro del gabinete.
Los cinco, además del vicepresidente electo Joseph Biden y el propio Obama, tienen en común el rechazo hacia el unilateralismo y al uso del poder militar, que fueron característicos del primer mandato del presidente saliente, George W. Bush. En cambio, su intención es negociar diplomáticamente con naciones rivales como Corea del Norte, Irán, Rusia y Siria.
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También coinciden en la importancia de restaurar y fortalecer las tradicionales alianzas de Washington, seriamente dañadas por la "guerra contra el terrorismo" de Bush y la invasión de Iraq, además de incrementar la cooperación con los mayores poderes emergentes, especialmente Brasil, China e India.
Los futuros funcionarios abarcan un amplio espectro ideológico. Gates es republicano, hizo su carrera como funcionario de inteligencia y ocupó puestos clave en el área de seguridad con los ex presidentes Ronald Reagan (1981-1989), George Bush (1989-1993) y el mandatario saliente. Rice es una "progresista intervencionista" y fue asesora de Obama en política exterior durante la campaña electoral.
Tanto Clinton como Biden, a quien Obama eligió como compañero de fórmula más que nada por su larga experiencia en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, están más inclinados hacia el costado progresista del espectro.
Sin embargo, el centro de gravedad político estará ocupado por los "realistas", particularmente si, tal como se espera, Jones se convierte en el coordinador de las políticas. Los representantes de esa línea de pensamiento han estado en ascenso desde el segundo mandato de Bush, sobre todo a partir del nombramiento de Gates y del almirante Michael Mullen como jefe del Estado Mayor Conjunto.
"Con Gates en Defensa y Jones como asesor de Seguridad Nacional los 'realistas' tendrán más poder", según Steven Clemons, de la no gubernamental Fundación Nueva América.
Si no se maneja el tema cuidadosamente, advirtió, se podría llegar a un enfrentamiento entre los "progresistas intervencionistas" y los "realistas", similar en algunas formas al que se produjo durante el gobierno de Bush entre estos últimos y los "halcones" encabezados por el vicepresidente Dick Cheney.
Jones pasó la mayor parte de su juventud en Francia y se retiró del servicio activo en 2006, luego de tres años como comandante supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Europa. Está considerado un "realista" en la línea del general retirado Brent Scowcroft, Asesor de Seguridad Nacional de los ex presidentes Gerald Ford (1974-1976) y Bush. Actualmente integra la junta asesora del Instituto Scowcroft en la Universidad A&M.
Jones se hizo eco de las reservas de Scowcroft sobre el plan de los "halcones" de derrocar al presidente iraquí Saddam Hussein antes de la invasión de ese país en 2003. Asimismo, rechazó en 2006 ofertas del gobierno de Bush para convertirse en subsecretario de Estado (vicecanciller) o jefe del Comando Central, con jurisdicción sobre Medio Oriente y Asia central.
El coronel retirado Lawrence Wilkerson, quien fue jefe de gabinete del también general Colin Powell, otro "realista", cuando se desempeñó como secretario de Estado (2001-2005) dijo a IPS que "como Powell, Jones es un hábil político que entiende que hay desafíos globales más allá de las amenazas convencionales a la seguridad nacional, que requieren que Estados Unidos trabaje estrechamente con otros países".
Luego de retirarse del servicio activo, Jones integró comisiones que estudiaron los progresos en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes y la situación en Afganistán. Sus advertencias acerca de que las fuerzas de la OTAN y sus aliados estaban perdiendo la guerra en ese país, formuladas el año pasado, tuvieron un gran impacto.
En 2007, fue nombrado por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, como enviado especial para promover una mayor cooperación en materia de seguridad entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina.
Mientras la carrera de Jones ha estado centrada fundamentalmente en Europa y Medio Oriente, la de Blair ha sido más orientada hacia Asia. Su último destino fue como jefe del Comando del Pacífico de la armada de Estados Unidos. Cultivó relaciones militares más estrechas con China, lo que le ganó la antipatía del antecesor de Gates como secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Luego de retirarse en 2002 fue presidente del gubernamental Instituto de Análisis de Defensa y se considera que es una figura cercana a Mullen.
Tanto Gates como Mullen se pronunciaron en contra del plan de Obama de retirar todas las tropas de combate de Iraq en un plazo de 16 meses. Pero la mayoría de los analistas creen que —al igual que Jones y Blair— comparten el objetivo estratégico del presidente electo de estabilizar la región y reducir la "sobrecarga" impuesta a las fuerzas de tierra estadounidenses.
Para lograrlo, la idea es acelerar el entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas e iraquíes, fomentar la reconciliación política entre los gobiernos de esos países y los insurgentes dispuestos a quebrar sus lazos con Al Qaeda y otros grupos "irreconciliables" e implementar una diplomacia regional apoyada por Europa, China y Rusia, para crear una estructura de seguridad más estable desde el mar Mediterráneo hasta India.
Esta agenda incluye negociar con Irán y Siria, además de intensificar esfuerzos para alcanzar un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. Scowcroft señaló que estos temas deben ser la máxima prioridad del nuevo gobierno, en una columna que escribió con Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del ex presidente Jimmy Carter (1977-1981) y publicada la semana pasada por el diario The Washington Post.
"Creo que Gates quiere una oportunidad para seguir ese curso, al igual que Jones. Mi impresión es que Clinton colaborará con ellos para alcanzar esos objetivos", dijo Clemons.
En cuanto a la fuerte presencia de militares en el nuevo equipo, agregó, "protegerá a Obama de los críticos que se están preparando para llamarlo 'apaciguador en jefe'".