Un influyente legislador de Estados Unidos responsabilizó al secretario del Tesoro, Henry Paulson, por el creciente número de ejecuciones hipotecarias, pero no se comprometió a tomar medidas de auxilio para los propietarios de viviendas en situación de riesgo.
El Congreso legislativo de Estados Unidos se encuentra oficialmente en receso, con la excepción de esta semana, y no tiene planes de tratar el problema de las familias que pueden perder sus casas hasta que reinicie sus sesiones el 20 de enero, cuando asuma el presidente electo Barack Obama.
Barney Frank, presidente de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Representantes, señaló durante una reunión con Paulson que debía encarar el tema de las ejecuciones hipotecarias y ayudar a los propietarios con parte de los 700.000 millones de dólares que tiene a su disposición para el rescate de los bancos en riesgo de quiebra.
"Es esencial que hagamos algo", afirmó Frank, quien agregó que estaba "decepcionado" por el hecho de que no se empleara parte de esos fondos para evitar que siga en aumento el número de desalojos.
Paulson, quien dejará el cargo cuando asuma Obama, subrayó que él sabe cómo emplear el dinero remanente de ese fondo y que la asistencia a los propietarios de viviendas o a la industria automovilística no figura en sus planes.
[related_articles]
El Congreso tiene amplia autoridad para decidir cómo se gastan esos 700.000 millones de dólares y podría haber ordenado a Paulson que actuara para auxiliar a quienes corren el peligro de perder sus casas.
Los legisladores aprobaron el 3 de octubre ese fondo de emergencia que, según Paulson, era imprescindible para evitar el colapso del sistema financiero y la economía en su conjunto. Aunque gran parte del público estaba en contra de la medida, Frank y otros líderes parlamentarios del Partido Demócrata dieron luz verde a la iniciativa.
Según la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, cinco millones de propietarios perderán sus viviendas en los próximos dos años si no se alivia la carga financiera que representa devolver los créditos que tomaron para comprarlas. Dos millones de casas ya han sido ejecutadas.
La representante Maxine Waters, quien integra la Comisión de Finanzas, expresó su desagrado porque ella había ayudado a obtener votos para aprobar el fondo de 700.000 millones de dólares con el convencimiento de que parte de esa suma sería empleada para evitar las ejecuciones hipotecarias.
Paulson ha empleado el dinero para rescatar a entidades financieras y destinó centenares de millones de dólares para contratar a consultoras que administren y hagan un seguimiento de ese dinero.
"Hemos estabilizado el sistema y evitado el colapso. Queda mucho trabajo por hacer, para que los mercados funcionen nuevamente", se defendió Paulson.
Los nueve mayores bancos recibieron 125.000 millones de dólares en efectivo, a cambio de acciones, y otros 148.000 millones de dólares fueron destinados hasta el momento a otras instituciones financieras menores.
"Usted, secretario Paulson, ignoró la autoridad del Congreso y las indicaciones que le dio. No podía creerlo cuando escuché que usted se desentendía del problema de las ejecuciones hipotecarias", afirmó Waters.
Paulson estima que antes de dejar su cargo habrá gastado 350.000 millones de dólares y que el remanente será empleado para auxiliar a las empresas de tarjetas de crédito y a las compañías que otorgan préstamos estudiantiles y para la compra de automóviles.
Ni los propietarios de viviendas ni las empresas automotrices figuran en sus planes, agregó.
"Siento una gran responsabilidad para mantenerme fiel al propósito del fondo de emergencia, que es estabilizar y fortalecer el sistema financiero. Las automotrices no encajan dentro de ese propósito", argumentó.
La representante Nydia Velázquez preguntó a Paulson por qué seguían en aumento las ejecuciones hipotecarias, a la luz de los 700.000 millones de dólares que se gastarán para estabilizar la economía y que constituyen dinero de los contribuyentes.
"Es difícil pensar que no tendremos un gran número de ejecuciones hipotecarias cuando se analiza por lo que hemos pasado y tomando en cuenta las condiciones en que se otorgaron esos préstamos", respondió.
La presidenta de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, Sheila Bair, tiene un plan para ayudar a los propietarios de viviendas. Dijo a Frank y Paulson que necesita 24.000 millones de dólares para ponerlo en práctica, pero al parecer no se tomará ninguna decisión hasta enero.
Waters expresó su frustración por la negativa de Paulson a financiar el plan de Bair. Los bancos que otorgaron los créditos hipotecarios no renegociarán voluntariamente las condiciones, agregó, fundamentalmente las altas tasas de interés.
Economistas estiman que si no se resuelve el problema de las ejecuciones hipotecarias y la expectativa de un derrumbe aún mayor en el precio de mercado de las viviendas no será posible reactivar la economía.
"La esperanza de evitar una seria recesión ya no existe", aseguró Alan Blinder, economista de la Universidad de Princeton.
A su juicio, si se destinan miles de millones de dólares para obras de infraestructura y otros proyectos, se podría mantener la tasa de desempleo en torno del ocho por ciento. Actualmente es de 6,5 por ciento.