Los enormes sumas de dinero que Estados Unidos y los países europeos están destinando al rescate de los bancos en riesgo de quiebra podrían tener consecuencias desastrosas para los esfuerzos que apuntan a reducir la pobreza y los efectos del cambio climático, alertaron expertos.
Un informe del no gubernamental Instituto para Estudios de Políticas, con sede en Washington, destaca que se emplearán para el auxilio de las instituciones financieras más de cuatro billones de dólares, un monto cuarenta veces superior al que se invierte para combatir la pobreza y el cambio climático.
Los autores del estudio, difundido el lunes, señalan que los gobiernos de los países ricos muy probablemente usarán la excusa de los costos del salvataje de los bancos para no cumplir sus compromisos en materia de ayuda para el desarrollo y financiamiento de acciones contra el recalentamiento global.
El trabajo se hizo público en vísperas de dos reuniones auspiciadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el propósito de avanzar en su agenda sobre ambiente y desarrollo.
Este fin de semana, en Doha, se iniciará la conferencia de tres días sobre financiamiento para el desarrollo, mientras que la cumbre sobre cambio climático comenzará la próxima semana en la ciudad polaca de Poznan, con la presencia de más de 8.000 delegados.
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Se espera que durante las deliberaciones, que se extenderán por más de una semana, se llegue a nuevos compromisos para combatir el cambio climático, incluyendo la asistencia financiera a los países en desarrollo para que implementen medidas con ese fin.
Funcionarios de la ONU tienen la esperanza de que la reunión constituya un "hito en el camino al éxito" para el proceso de negociaciones lanzado en conferencias anteriores. Tiene la misión de establecer la agenda para las conversaciones finales sobre el tratado que sucederá al Protocolo de Kyoto, que estableció en 1997 metas de reducción de emisiones de gases invernadero, y que se desarrollarán en Dinamarca el año próximo.
Pero analistas señalan que dada la preocupación de los gobiernos de Estados Unidos y los países europeos por la crisis económica es altamente improbable que se logren grandes avances en materia de financiamiento para mitigar el cambio climático.
Con independencia de lo que hagan las naciones ricas en esta materia, destaca el estudio, la crisis financiera está golpeando a todos los países por igual.
"La pobreza en aumento y la desocupación en el mundo en desarrollo llevarán a una competencia aún más brutal que la actual por el empleo", dijo John Cavanagh, principal autor del estudio. "El cambio climático pone en peligro el futuro del planeta", agregó.
A su juicio, las naciones más ricas "tienen la fijación de responder sólo a la crisis financiera y, específicamente, de sostener a sus propias instituciones financieras".
Según los autores del estudio, los 152.500 millones de dólares invertidos por el gobierno de Estados Unidos para el rescate de una sola compañía, AIG, supera por lejos a los 90.700 millones de dólares que ese país y los europeos destinaron a ayuda para el desarrollo en 2007.
El año pasado, Washington destinó a la asistencia de todas las naciones en desarrollo 23.000 millones de dólares, pero gastó 29.000 millones para salvar al banco de inversión Bear Stearns.
La suma empleada por los gobiernos europeos y de Estados Unidos para rescatar a las instituciones financieras es más de 300 veces superior a los 13.000 millones de dólares en nuevos compromisos asumidos para ayudar a los países pobres a enfrentar el cambio climático en los próximos años.
Los investigadores destacaron que el gobierno suizo destinó 60.000 millones de dólares para apuntalar al tambaleante banco de inversión UBS, cinco veces más que la suma comprometida por el conjunto de los gobiernos europeos en 2007 para financiar acciones contra el cambio climático en los países pobres.
El estudio señala que Estados Unidos no financia ningún proyecto relacionado con el cambio climático en el mundo en desarrollo y jamás firmó el Protocolo de Kyoto, aunque es responsable por la cuarte parta de las emisiones de gases invernadero del planeta, que según los científicos son la causa principal del recalentamiento global.
"Esta asimetría en las prioridades atormentará a Estados Unidos y el resto de los países del Norte en el largo plazo. No sólo tienen la obligación de solucionar el desastre que provocaron, también es algo que responde a sus intereses", dijo Sarah Anderson, coautora de la investigación.