CÓMIC-CHILE: Dos siglos de historia

Más de 300 originales de 56 autores componen la muestra titulada «¡Exijo una explicación! 200 años de narración gráfica en Chile», que permanecerá hasta el 11 de enero en el capitalino Museo Nacional de Bellas Artes.

Al igual que casi en todo el mundo, en Chile la narración gráfica, entendida como historietas, ilustraciones y animaciones, está subvalorada dentro del mundo de las artes visuales, señaló a IPS Marco Esperidión, uno de los dos curadores de la retrospectiva.

Que el principal espacio de las artes visuales del país albergue esta muestra es precisamente un intento por legitimar al cómic como género, explicó este dibujante, guionista e investigador chileno.

Por lo mismo, el trabajo del equipo curatorial fue complejo. En el mundo no existen "manuales de operaciones" para montar exposiciones de este tipo en museos, menos aún nacionales, aseguró Esperidión.

En Chile hay una enorme producción de cómics, de altísima calidad, que es necesario preservar como patrimonio del país, recalcó.

Los orígenes de la narración gráfica en este país sudamericano de 15,6 millones de habitantes se remontan a la formación de la República, en la primera mitad del siglo XIX, y al surgimiento de la prensa escrita.

Esperidión, junto a la artista visual Angélica Pérez, la otra curadora, organizaron las obras de acuerdo a cuatro líneas temáticas: narración como herramienta política, como comedia humana, como aventura y como autonomía.

Algunos de los autores seleccionados son Pepo (René Ríos Boettiger), Coke (Jorge Délano), Lukas (Renzo Pecchenino), Temo (Themistocles Lobos), Percy (Percy Eaglehurst), Jimmy Scott (Santiago Scott Reyes), Hervi (Hernán Vial) y Guillo (Guillermo Bastías). Pepo es el creador del mítico personaje humorístico Condorito, un cóndor con forma humana que fue concebido como un campesino pícaro, ingenioso y bromista en un época de migración del campo a la ciudad. De hecho, "Exijo una explicación" es una conocida frase suya.

También se destaca Coke (1895-1980), fundador de la célebre revista de humor Topaze (1931-1970), que se autodenominaba "el barómetro de la política chilena". El artista también fue director de Norte y Sur (1934), la primera cinta sonora filmada en Chile.

Guillo, en tanto, publicó este año el libro "Pinochet Ilustrado", una recopilación de caricaturas del hoy fallecido jefe de la dictadura que imperó en Chile de 1973 a 1990, el general Augusto Pinochet.

La "narración como autonomía", desarrollada después del golpe de Estado de 1973, "se caracteriza por tener un marcado acento autoral", explican los curadores.

Entre los exponentes de esta generación se destacan Ricardo Fuentealba, Juan Carlos Alegría, Claudio Galleguillos (Clamton), Juan Vásquez , Marcelo Parra (Lautaro), Christian Gutiérrez (Christiano), Rodrigo Salinas, Pedro Peirano y el propio Esperidión.

Además de los dibujos originales, acomodados en dos salas del museo, la exposición presenta documentos, fotografías, publicaciones, objetos y archivos audiovisuales.

Los principales antecedentes de esta retrospectiva son dos exposiciones que se presentaron en 2005 y 2006 en tres salas para tal fin que el Museo de Bellas Artes abrió en 2002 en centros comerciales de la cadena Mall Plaza.

Se trata de "El cómics en Chile 1919-2005" y "El cómics en la Argentina de 1928 a 2006". En estos momentos, Esperidión y Pérez trabajan en las dos últimas partes de ¡Exijo una explicación!

La primera es una muestra con los trabajos de las nuevas generaciones de dibujantes chilenos, que será inaugurada en diciembre en las salas de arte de los centros comerciales Plaza. Ya hay 48 autores preseleccionados.

"Las nuevas generaciones no pueden publicar en los diarios porque a éstos ya no les interesa. Los medios sólo quieren consolidar su papel dentro del statu quo. ¿Dónde publica esta gente? En Internet. Tienen sus páginas, sus blogs", contó Esperidión.

"Hay gente que dibuja en papel y que luego escanea y digitaliza. Hay otros que directamente trabajan con técnicas digitales. En general, lo que más pesa es el humor. Básicamente son diseñadores y publicistas", apuntó.

"En Internet, la fragmentación (de los dibujantes) es absoluta. No hay maestros, no se sienten pertenecientes a ningún colectivo. Cuando se cambia el papel por el píxel hay un cambio de mentalidad tremendo, por eso incluimos la animación", explicó el curador. El segundo gran proyecto en desarrollo, que verá la luz en marzo de 2009, es una publicación sobre la muestra, que tendrá ensayos de investigadores, testimonios de autores y una señera revisión bibliográfica sobre los cómics en Chile, adelanta Esperidión.

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