La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) urgió este jueves al presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh, a crear una comisión independiente que investigue arrestos arbitrarios y desapariciones y a llevar a los responsables ante la justicia.
En un informe titulado "Disappearances and Arbitrary Arrests in the Armed Conflict with Huthi Rebels in Yemen" ("Desapariciones y arrestos arbitrarios en el conflicto armado con los rebeldes huthis en Yemen"), HRW investigó 62 casos.
Los huthis son un grupo chiita religioso que integran la secta zaidi, seguida por 45 por ciento de la población de Yemen.
Se estima que los zaidis Al-Huthi, que toman su nombre de su líder Hussein Badraddin Al-Huthi, constituyen alrededor de 30 por ciento de la población del país, según Hassan Zaid, secretario general del partido opositor Al-Haq.
Una segunda subdivisión de los zaidis —un grupo hachemita— es también el presunto blanco de arrestos arbitrarios.
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Los rebeldes huthis comenzaron en los años 90 como la Juventud Creyente, un movimiento de chiitas zaidis que buscaban revivir la religión, bajo el liderazgo de Al-Huthi.
La rebelión huthi contra el gobierno estalló en 2004, en la septentrional localidad de Sa'da, cuando el gobierno clausuró escuelas religiosas de esa comunidad.
Desde el inicio del conflicto armado entre los insurgentes huthis y el gobierno, varias agencias de seguridad del país —Seguridad Política, Seguridad Nacional y departamentos de investigación penal— han retenido a cientos de personas sin mediar orden judicial ni acusarlas de delito alguno.
Organizaciones yemeníes de derechos humanos documentaron cientos de casos de arrestos arbitrarios relacionados con la rebelión.
El gobierno presuntamente arrestó a familiares de huthis requeridos a fin de presionarlos para que se entregaran a las autoridades. Human Rights Watch recibió 11 denuncias de toma de rehenes por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno, en el contexto del conflicto.
Otros fueron encarcelados por publicar artículos en revistas o sitios web en los que exponían los abusos del gobierno durante el conflicto.
"Decenas de personas que no cometieron ningún delito todavía languidecen en prisiones yemeníes, meses después de que el presidente prometió tratar sus casos. Algunos familiares todavía no saben si sus seres queridos 'desaparecidos' están muertos o vivos", dijo Joe Stork, subdirector para Medio Oriente de HRW.
Saleh, que está en el poder en Yemen del Norte desde 1978 y es el presidente de la República Unida de Yemen desde 1990, declaró el fin de los combates en Sa'da el 17 de julio de este año.
En agosto y septiembre, Saleh ordenó que algunos prisioneros fueran liberados, pero decenas siguen detenidos sin que haya acusación ni juicio, y algunos todavía están desaparecidos. En agosto, el gobierno admitió retener a más de 1.200 presos políticos..
En casi todos los casos, los oficiales que llevaban a cabo los arrestos no se identificaban ni informaban al detenido o a su familia por qué se lo estaba arrestando y a dónde se lo estaba llevando.
Khalid al-Sharif, un ciudadano estadounidense de origen hachemita, figuraba entre los desaparecidos por la fuerza. Había regresado a Yemen en abril de este año para visitar a su familia en San'a.
En junio, 16 miembros de las fuerzas de seguridad lo arrestaron en un mercado. Sus padres fueron notificados por teléfono de que lo habían detenido, y no se reveló más información sobre su paradero.
Su madre lo buscó desesperadamente y sólo reapareció el 13 de agosto en la sede del Departamento de Seguridad Política de Yemen.
Al-Sharif permaneció detenido hasta fines de septiembre.
En otro incidente documentado, funcionarios del Ministerio del Interior arrestaron a Shaikh Salih Ali Al-Wajman, mediador en el conflicto entre los huthis y el gobierno, el 15 de febrero de 2007.
Al-Wajman fue presuntamente arrestado por escribir un artículo en que criticaba al gobierno. Una semana después, el ministro lo volvió a llamar.
En el Ministerio, Al-Wajman fue enviado donde Mujahid al-Ashmuri, un funcionario de detenciones, que lo arrestó.
Luego de tres meses, a Al-Wajman le dijeron que estaba en prisión por su propia seguridad.
"Lo arrestamos para protegerlo. Tememos que los terroristas lo lastimen", le dijo el Ministerio a Al-Wajman, según declaraciones de su hijo Abdullah a HRW.
El informe de HRW no aborda las acusaciones de torturas que hicieron las organizaciones yemeníes de derechos humanos en relación a algunos de los casos investigados.
"No recibimos información de primera mano relativa a torturas", señala el informe de HRW.
"Pero las desapariciones implementadas acentúan mucho el riesgo de tortura, y las denuncias de dolores físicos o mentales que los detenidos sufrieron a manos de los captores, carceleros o interrogadores deberían formar parte integral de cualquier investigación sobre 'desapariciones' y arrestos arbitrarios", agrega.
El gobierno de Yemen no respondió a una carta enviada el 16 de septiembre por HRW al ministro de Relaciones Exteriores Abu Bakr al-Qurbi, que procuraba obtener información sobre el destino de 29 individuos identificados.
Sin embargo, el embajador de Yemen en Estados Unidos, Abdulwahhab Al-Hajjri, dijo el 16 de octubre a HRW que buscaría información sobre esos 29 casos.
En los otros 33 casos que investigó la organización, los involucrados prefirieron permanecer en el anonimato.
HRW presentó su estudio como una oportunidad para que las autoridades yemeníes corrijan algunos de los errores de los últimos cuatro años.
"Meses después que las armas se silenciaron en Sa'da, todavía hay yemeníes en prisión sin haber sido acusados de ningún delito", dijo Stork.
"El presidente Saleh debería aprovechar esta oportunidad para remediar las injusticias cometidas por sus fuerzas de seguridad y dar pasos inmediatos para asegurar que estos abusos no se repitan", agregó.
HRW recomienda que el gobierno yemení cree una comisión independiente con plena autoridad para investigar todos los casos de desapariciones forzadas de los que se sospecha desde el estallido del conflicto armado con los rebeldes huthis en 2004.
También reclama la liberación inmediata de todos los rehenes tomados con el fin de obtener la rendición o la docilidad de familiares requeridos.