Lagos, Nigeria, 1977. Miles de personas huían del embate de los miles de soldados que invadieron Kalakuta, la enorme edificación donde vivía y trabajaba el músico más popular del país, Fela Anikulapo Kuti.
En unos pocos años, Fela Kuti se había vuelto un fenómeno mundial, tanto de ventas como de crítica. También era un indoblegable crítico de la dictadura militar nigeriana.
El caos queda reflejado, ahora en 2008, en una pantalla instalada en un escenario del centro cultural 37 Arts de Nueva York. Allí, Fela Kuti, encarnado por el actor Sahr Ngaujah, recuerda cómo los soldados golpeaban a sus miles de simpatizantes y cómo arrojaron a su propia madre, de 82 años, de un segundo piso a través de una ventana.
¿Cómo es posible que las canciones de un solo músico atemorizaran al dictador Olusegun Obasanjo, un general que intentó destruirlo sin escatimar brutalidad?
"Fela!", que se exhibe hasta el 5 de este mes, cuenta la historia de este multiinstrumentista, cantante, compositor, activista y dirigente político con las radicales letras de canciones del propio creador del afrobeat, género que hunde sus raíces en ritmos africanos, jazz, funk y reggae.
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Al mismo tiempo, echa por tierra cualquier intento de reivindicar décadas de regímenes militares nigerianos.
El guión corresponde a Jim Lewis y Bill T. Jones, quien también dirigió y coreografió la puesta. Buena parte del texto procede de entrevistas al propieo Fela Kuti.
Se trata de un extenso "flashback" de su vida, tal como se supone que él mismo la recuerda en su último concierto en club Afrika Shrine, un mes después del asesinato de su madre. Los soldados se agolpan fuera de la estructura metálica. Las luces estallan. Los bronces y los tambores, también.
Ngaujah, nacido en Estados Unidos de padre sierraleonés, a veces toma un saxofón o una trompeta y toca riffs inquietantes, acompañado por la banda neoyorquina de afrobeat Antibalas y por una asombrosa línea de bailarines y bailarinas con poca ropa.
Todo comienza con música. Fela Kuti recuerda sus lecciones de jazz a comienzos de los años 60. Luego, su descubrimiento de la política en Los Ángeles, Estados Unidos, a través de los escritos y actos públicos de Malcolm X, Martin Luther King, Stokely Carmichael y Angela Davis.
"Debía ir a Estados Unidos para entender lo que mi madre trataba de enseñarme todo el tiempo", dice. Su madre, Funmilayo, era la líder del movimiento feminista nigeriano que combatió por la independencia de la corona británica.
Cuando los hombres con los que compartió la lucha por la libertad tomaron el poder, se dedicaron a la represión y la corrupción. La de Funmilayo fue una de las más importantes voces disidentes de entonces.
Fela canta "Trouble Sleep" ("sueño difícil"), en el que recuerda cómo los nigerianos "marcharon sobre las calles y expulsaron a los británicos". "Ésta es nuestro país ahora. Despierten, despierten. El general vive como un rey mientras no hay trabajo ni qué comer. Nuestros niños se mueren de hambre en las calles", agrega.
Los blancos occidentales son cómplices de los dictadores, en la lírica de Fela Kuti, quien se queja de "los turistas de piel blanca y bebedores de té" que visitan el "hotel África".
"Ya sabes cómo es con las visitas. Al principio es divertido tener alrededor rostros nuevos. Se ven divertidos. Hablan divertido. Pero cuando te quieres acordar, las cosas desaparecen. Los ceniceros. Las toallas. Los robes de baño. ¡El petróleo, los diamantes, la gente!", canta.
En la canción "International Thief Thief", el músico identifica, con el acrónimo de la transnacional telefónica estadounidense ITT, a las firmas que calificaba de "ladrón internacional", entre las que menciona a varias firmas petroleras, mineras, de alimentos y agroquímicas y a instituciones financieras multilaterales.
"Jóvenes graduados no encuentran trabajo, pero necesitan comer. Van a los mercados de madrugada. Roban artículos mecánicos. Al día siguiente, el mecánico no puede trabajar. Al siguiente, todos los taxis se rompen. Dicen que nuestro país no funciona. Robamos como ratas", canta en otra canción, "ITT/Pipeline".
"Tienen mecanismos para ubicar a un presidente. Sólo eligen un africano con poco cerebro. Le dan un millones de nairas (la moneda nigeriana) para comprar las elecciones. Todos los generales logran su soborno. Así, se consiguen su jefe títere", agrega.
"De repente, trae a su amigo el periodista. A su amigo el comisario. A su amigo el secretario permanente, a su amigo el ministro. A su amigo el jefe de Estado. Empieza a robar más dinero. Empieza con más corrupción, empieza con más inflación, empieza con más opresión, empieza con gran confusión, empieza a robar más dinero."
"Podemos enfrentarnos con estos criminales. Tomemos el destino en nuestras manos. Despierta, África, nuestro momento es ahora. Demos vuelta este país de los pies a la cabeza", entonaba.
A medida que ganaba éxito, Fela Kuti comenzó a sufrir cada vez más represión de las autoridades. Lo arrestaron 200 veces. Pero él respondía con más ridiculización y sátira. Se vestía como los generales, con botas y lentes oscuros, pero desnudo debajo de la chaqueta y de pantalón de montar rosado.
En la obra musical, un general le dicen: "Hablas de poder negro. Déjame mostrarte tu verdadero poder. Si luchas contra nosotros, morirás." Lo amenaza con la tortura, con quebrarle los huesos, despedazarle la cara a cuchillazos o con una botella rota.
"Sabemos que estás enojado", agrega el general. "Quieres cambiar el mundo. Pero, Fela, tú eres joven, sin experiencia política, sin experiencia en los horrores del mundo. No tienes cómo saber cuánto empeorarán las cosas."
El general Olusegun Obasanjo ordenó el ataque en 1977. "¿Cómo pueden hacer eso?", se pregunta Kuti. "Hombre, fui a la escuela con Obasanjo. Crecimos juntos. Somos de la misma tribu "
Fela Kuti desafió al régimen al convocar una procesión encabezada por el ataúd de su madre rumbo a la casa de gobierno, para exigir que le rindan honores de Estado. Luego, se exilió en Ghana, pero regresó. En los últimos tramos de la comedia se lo ve anunciando su candidatura a presidente por el Movimiento por el Pueblo.
Pero Obasanjo retira su nombre de la lista de candidatos aceptados.
Finalmente, Fela Kuti trepa una escalera y habla con el espectro de su madre, quien le dice: "La noche acabará. La luz regresará. Aquellos que se resisten y luchan pagan el precio. Abraza su destino y tu nombre. Brilla."
Fela Kuti murió en 1997 a los 58 años. Un millón de personas asistieron al funeral. Sus canciones y, ahora, esta obra musical de teatro político son dos poderosos epitafios.