En los últimos tres decenios, el dengue ha afectado a cada vez más países de Asia Pacífico. Pero las autoridades, en general, le prestan atención a la enfermedad cuando surgen epidemias y ya es demasiado tarde.
Entre 1991 y 2004, las epidemias de dengue detectadas en la región del Pacífico occidental por la Organización Mundial de la Salud (OMS) afectaron severamente a 10 países: Camboya, China, Fiji, Filipinas, Laos, Malasia, Nueva Caledonia, Polinesia francesa, Singapur y Vietnam.
Desde 2007 hubo una cantidad inusualmente alta de casos de dengue en Camboya, Filipinas, Singapur y Kiribati. La enfermedad está tan difundida hoy en la región que, según la OMS, 1.800 millones de personas corren el riesgo de contraerla.
En los últimos tres meses, Nueva Delhi reportó 600 casos de dengue, dos de los cuales resultaron fatales.
Pero el dengue es una "enfermedad desatendida" que concita la atención pública y el compromiso de gobiernos sólo durante las epidemias, advirtió la OMS. Para entonces, habitualmente, es demasiado tarde para adoptar una acción efectiva.
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La organización internacional informó que la mortalidad más elevada se registra al comienzo de una epidemia, y que los niños corren un riesgo muy alto de morir como resultado de complicaciones y falta de acceso a un tratamiento inmediato.
Incluso durante los brotes, los programas para afrontar el dengue suelen enfrentar escasez de recursos humanos y financieros, señala la OMS.
El dengue fue una de las principales preocupaciones de los ministros de Salud y representantes del Pacífico occidental durante una reunión de la OMS celebrada del 22 al 26 de septiembre en Manila.
Los delegados coincidieron en que es preciso hallar soluciones a largo plazo para este problema y revertir la tendencia al alza de la enfermedad.
Los participantes observaron que aunque algunos países tuvieron cierto éxito en el control de la propagación del dengue, en otros se daba la situación opuesta.
El médico Nguyen Huy Nga, del Ministerio de Salud de Vietnam, dijo que su país detectó los primeros casos de esta enfermedad en 1959, y que ahora sufría 50.000 casos anuales promedio.
El Ministerio localizó las principales áreas de reproducción del Aedes aegypti, mosquito transmisor de la enfermedad, en contenedores utilizados por residentes para almacenar agua en el delta del Mekong, agregó.
En estos momentos, Fiji sufre un importante brote de dengue, con alrededor de 1.000 casos reportados. "No hay señales de que la situación se esté aplacando", dijo el representante del país en la conferencia.
En Brunei, los casos de dengue eran mínimos antes de 2002. Pero en 2006 el país experimentó brotes de la enfermedad, que desde entonces se volvió endémica.
El aumento de los viajes internacionales y el comercio contribuyó con la propagación del dengue en países antes no eran afectados por este flagelo. Es por esto que la aparición de dengue en un país plantea una amenaza para otros, según la OMS.
En Hong Kong no se produjeron casos de dengue adquirido localmente desde 2003, ni infecciones originadas en personas que habían viajado a Asia sudoriental y vuelto a casa, aseguró el médico Lawrence Wong Yu-shing, del Departamento de Salud.
La OMS sostiene que el dengue no puede controlarse si los esfuerzos se limitan a unos pocos territorios. Y considera que debe haber una colaboración regional para ayudar a los países a tomar medidas.
Esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) atribuye la propagación del dengue en la región al "desarrollo urbano no planificado", a las migraciones humanas y a la alta densidad de población. Cuanto más hacinada es un área, más oportunidades hay para la transmisión del virus.
También son responsables prácticas humanas como la inadecuada eliminación de neumáticos usados, contenedores de plástico y latas de metal. El Aedes aegypti se reproduce en el agua estancada que se acumula en estos objetos.
Aunque durante décadas se supo que algunas intervenciones eran efectivas contra el dengue, su implementación sigue siendo un gran desafío para muchos países a causa de la falta de recursos destinados a los programas de control de esta enfermedad, señaló la OMS.
La mayor parte de los escasos recursos que se gastan en el dengue se destinan a insecticidas en aerosol y larvicidas químicos que tienen poco impacto sobre las epidemias.
En contraste, las medidas más efectivas para prevenir el dengue incluyen controlar el Aedes aegypti reduciendo sus áreas de reproducción y garantizando un entorno limpio.
Se cree que el cambio climático también es responsable de la alta incidencia de la enfermedad. La OMS dice que las enfermedades transmitidas por insectos, como el dengue y la malaria, las originadas en el agua y los alimentos, y las respiratorias, son apenas algunos de los actuales y potenciales riesgos para la salud relacionados con el cambio climático.
Los países "no deberían esperar a que toda la evidencia" sobre los efectos del cambio climático en la salud "esté disponible, y deben actuar ahora para minimizar las potenciales consecuencias con el conocimiento existente y las tecnologías que tenemos disponibles", dijo el director regional de la OMS para el Pacífico occidental, Shigeru Omi.
En la reunión regional, los participantes aprobaron un Plan Estratégico contra el Dengue para la región Asia-Pacífico que ayudará a los países a potenciar su preparación ante los brotes y a responder y limitar la epidemia mediante la prevención y el control.
El plan incluye medidas para reducir fatalidades, mejorar el control y el reporte de datos a las autoridades, brindar orientación sobre el manejo ambiental del desarrollo urbano y controlar la propagación del Aedes aegypti, además de educar a la población para reconocer el dengue y la necesidad de una pronta atención médica.
Algunos estudios muestran que las fatalidades pueden reducirse a uno por ciento o menos si los casos de dengue son diagnosticados tempranamente y tratados de modo adecuado.
El plan estratégico reconoce la necesidad del desarrollo de vacunas, un mejor diagnóstico y otras innovaciones para el tratamiento.