Las agencias de calificación Moodys, Standard and Poors y Fitch son responsables de la crisis financiera, señalaron congresistas de Estados Unidos, por dar notas altas a ciertas compañías y a sus inversiones en créditos hipotecarios de alto riesgo.
"La historia de las firmas calificadores de riesgo son un fracaso descomunal", señaló Henry Waxman, del opositor Partido Demócrata y presidente del Comité de Supervisión de Asuntos de Gobierno de la Cámara de Representantes.
"Millones de inversores confían en sus evaluaciones independientes y objetivas. Las clasificadoras rompieron ese vínculo de confianza y los reguladores federales ignoraron las señales de alerta y no hicieron nada para proteger a la gente", alegó Waxman.
Las firmas dedicadas a calificar el riesgo financiero de empresas y países comenzaron a funcionar a principios del siglo XX y fueron aumentando la variedad de instituciones, compañías, inversionistas individuales e incluso ciudades y hasta economías de estados nacionales a los que calificaban por sus bondades para invertir.
Ya habían sido criticadas antes por su poder superior a los estados que ingresaban al mercado de bonos internacional en busca de efectivo. Toda rebaja de categoría puede desbaratar la búsqueda de fondos de un país.
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"En Estados Unidos, la calificación triple A se convirtió en la marca de aprobación de una inversión segura. Y para los bancos de inversión de Wall Street, esa nota fue la evaluación independiente que convirtió a un montón de préstamos hipotecarios riesgosos en minas financieras", señaló Waxman.
Las propias firmas necesitadas de una valoración pagan a las calificadoras para que la evalúen, un conflicto de intereses evidente que las llevó a inflar la nota de compañías en problemas y con inversiones de riesgo, apuntó el legislador.
El representante demócrata Stephen Lynch describió cómo las empresas necesitadas de una valoración retiran de la calificadora sus negocios con posibilidades de recibir una mala nota. Eso llevó a las agencias a otorgar altas calificaciones por temor a perder clientes, apuntó.
"¿Cómo vamos a confiar en esas calificaciones si bonos basura basados sobre hipotecas reciben la nota triple A? ¿Si no tiene sentido, para qué existe?", preguntó la representante demócrata Diane Watson.
Los ingresos de las calificadoras casi se duplicaron entre 2002 y 2007 ante las desenfrenadas inversiones de riesgo, activos vinculados a los préstamos hipotecarios.
Los ingresos de Standard and Poors pasaron de menos de 3.000 millones de dólares en 2002 a más de 6.000 millones en 2007, indicó Waxman.
Moodys, Standard and Poors y Fitch concentran más de 95 por ciento del negocio de las agencias calificadoras.
Los gerentes generales de estas firmas fueron asediados con preguntas por los legisladores en una sesión del Comité de Supervisión de Asuntos de Gobierno.
"Parece que todo el mundo se pasa la pelota y nadie asume la responsabilidad de este fenomenal fiasco", señaló el representante Elijah Cummings.
El legislador mencionó un correo electrónico del 16 de diciembre de 2006 recibido por Comité en el que un funcionario de Standard and Poors expresaba su preocupación por la alta calificación otorgada a una inversión insegura.
"Esperemos ser ricos y estar jubilados para cuando este castillo de naipes se caiga", decía el empleado.
"En Estados Unidos y en todo el mundo, la gente sabía lo que quería decir triple A. Moodys y Standard and Poors eran creíbles", indicó Lynch.
"Familias de mi distrito vieron desaparecer sus ahorros para su jubilación. Reitrados me pidieron ayuda para encontrar trabajo", apuntó.
"Mucha gente en mi distrito se siente estafada. Piensan que alguien debe ir a la cárcel. Y cuánto más escuchó y leo, más concuerdo", sostuvo Lynch.
"Nuestras calificaciones no se dejan invadir por intereses comerciales", replicó el director general de Moodys, Raymond McDaniel, en defensa de su empresa. "Es un conflicto que debe ser identificado, manejado y controlado".
Hace poco, las calificadoras tuvieron que retroceder. Standard and Poors tuvo que darle menor nota a más de dos tercios de las inversiones que califica y Moodys bajó de categoría a más de 5.000 títulos con respaldo de préstamos hipotecarios, indicó Waxman.
"No previmos el declive del precio de la vivienda", señaló Deven Sharma, presidente de Standard and Poors, acerca de la abultada calificación otorgada por su agencia a las empresas y activos hipotecarios riesgosos.
"Las ganancias controlaban el asunto", explicó Frank Raiter, ex ejecutivo de Standard and Poors. "La gerencia quiso llevar la mayor cantidad posible de ganancias a sus arcas".
Pero este asunto tiene un atencedente nefasto. Standard and Poors le había concedido una buena calificación a la firma Enron días antes de su colapso. "La misma gente que otorgó esa nota sigue al mando del gallinero", dijo Raiter.
Enron era la empresa estadounidense de energía que se disolvió en medio del mayor escándalo financiero de los últimos tiempos en este país.
Los legisladores realizaron esa sesión con representantes de las calificadoras para elaborar una mejor supervisión para las agencias de crédito en 2009.
La Comisión de Valores y Cambios (SEC por sus siglas en inglés), encargada de regular a las agencias de créditos, propuso reformas, pero tendrán que ser implementadas después de que asuma en enero el presidente que se elija el 4 de noviembre.
Las organizaciones que lidian con los lanzamientos ya saben qué cambios quieren que haga la SEC.
La Coalición Nacional de Reinversión Comunitaria, con 600 miembros, pidió formalmente a la SEC reforzar la supervisión sobre las agencias de crédito y pedir varias investigaciones.
"Las calificadoras otorgaron, a sabiendas, valoraciones falsas e infladas para los títulos respaldados por préstamos problemáticos, que luego se convirtieron en una pesadilla financiera para millones de familias que están perdiendo sus viviendas", reza la misiva enviada por la Coalición a la SEC en agosto.
"Deberían hacerse responsable del papel de pivote que desempeñaron en la crisis hipotecaria y deberían dictarse pautas para que ese tipo de abusos no vuelva a ocurrir", añade.