La cobertura universal de salud se ha vuelto un punto central de la campaña electoral de Barack Obama, candidato a la presidencia de Estados Unidos por el opositor Partido Demócrata y favorito en las encuestas hacia los comicios del 4 de noviembre.
En el segundo debate televisivo con su rival del oficialista Partido Republicano, John McCain, Obama aseguró que el Estado debía garantizar el derecho a la cobertura de salud para todos los ciudadanos. Según diversas estimaciones, unos 47 millones de personas carecen de ella.
McCain, en cambio, sostuvo que la responsabilidad debe recaer en los individuos y los empleadores.
Cincuenta y siete por ciento de los consultados para una encuesta realizada por la cadena televisiva de noticias CNN dijeron creer que Obama aplicaría mejores políticas de salud, frente a 37 por ciento que declaró confiar en McCain.
"No veo la hora de que Obama sea presidente, porque no sólo su plan de salud es bueno sino por el hecho de que rebajará los pagos por persona en 2.500 dólares, una suma enorme para alguien como yo, que trabaja en forma independiente", dijo Ann Marie Stephens.
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"Estoy esperando que implemente su plan de salud para que la cobertura sea más accesible. El mercado inmobiliario nacional está en crisis y aquí en California tenemos que afrontar el desafío de una fuerte depresión en la actividad del sector", agregó esta agente inmobiliaria de ese estado occidental, tradicional bastión demócrata.
La mayoría de los ciudadanos están insatisfechos con la actual situación de la salud. Una encuesta de la cadena de noticias CBS y el diario The New York Times indicó que 50 por ciento de los entrevistados opinaba en septiembre que el sistema requería "cambios fundamentales", 35 por ciento reclamaba que fuera "totalmente reformado" y apenas 14 por ciento elegía la opción de "cambios menores".
Obama afirmó que el costo de su plan de cobertura universal de salud es de alrededor de 65.000 millones de dólares y que será financiando con la eliminación de las rebajas impositivas que el presidente George W. Bush otorgó a los segmentos de mayores ingresos de la población.
El diabético Alonzo Harris trabajó entre 1996 y 2006 para el Departamento de Alumbrado Público de la ciudad de Detroit. Debió abandonar su empleo cuando recrudeció su enfermedad. Ahora carece de cobertura de salud.
Harris explicó que mientras estaba empleado pagaba 250 dólares por mes para tener la cobertura de la empresa de medicina prepaga Blue Care Network. Podría haber reducido ese costo si optaba por el plan de salud pública de la ciudad de Detroit, pero no otorgaba a los empleados la opción de elegir a los médicos que ellos deseaban.
"Cuando dejé mi empleo y me convertí en contador especializado en impuestos tuve una cobertura parcial del plan público, pero mi cuota mensual pasó de 250 a 400 dólares por mes. La ciudad iba a mantener mi seguro médico por 18 meses, siempre y cuando pagara las cuotas en fecha", señaló Harris.
Pero, sin una fuente segura y estable de ingresos, no pudo hacer frente a ese costo y perdió la cobertura de salud.
"Descubrí que me costaría entre 600 y 700 dólares por mes tener mi propio seguro de salud, pero con los ingresos de mi actividad no podía darme ese lujo. Tengo 56 años y espero que no me suceda nada catastrófico", agregó.
Según el plan de salud de McCain, los empleados recibirán un crédito fiscal de 5.000 dólares, pero las aseguradoras de salud no estarán obligadas a cubrir enfermedades preexistentes, a diferencia de la propuesta de Obama, que sí contempla esa situación.
McCain argumentó que es mejor que los individuos decidan qué plan de salud quieren tener, en lugar del esquema garantizado por el Estado que su rival propone.
Harris consideró que la propuesta del candidato republicano "es un auxilio para que la industria del seguro de salud tenga un sostenido flujo de dinero".
En referencia al plan de McCain señaló que "si el costo del seguro de salud supera los 5.000 dólares del crédito fiscal que ofrece, no sólo habrá que pagar la diferencia sino además impuestos sobre ella".
Harris agregó que "la gente será gravada por dinero que no recibe y que disminuirá su paga neta cada dos semanas, por lo que quedará con un menor poder de compra. Cualquier beneficio médico se convierte en un ingreso sujeto a impuestos".
En su opinión, se trata de "una típica estratagema de los republicanos. Muy raramente ayudan a las personas de bajos ingresos". El plan de Obama ayudará a muchos que trabajan en forma independiente.
La experta en políticas de salud Shanita Eze aseguró que se debe enfatizar la prevención, un punto que el candidato demócrata remarcó en su campaña.
"Debemos abandonar el enfoque del bombero en material de salud. Si esperamos a que la gente llegue a una situación crítica la atención se vuelve muy costosa", advirtió.
Obama declaró a la prensa que ofrecería incentivos para asegurar que se cubra el aspecto preventivo.
"Es uno de los mayores problemas de nuestro sistema de salud. La gente concurre a las salas de emergencias por enfermedades tratables, o postergan su visita al médico si no tienen un plan de salud porque no pueden hacer frente a los pagos", agregó.
El candidato demócrata dijo que quería hacer que fuera "gratis visitar a su médico para que le realice un examen".
Eze consideró que ya es tiempo de tener un plan de cobertura universal. "'¿Quieren rescatar a los bancos en riesgo de quiebra pero no a las personas enfermas? No tiene sentido", afirmó.
Mencionó a los "sin techo", quienes no tienen cobertura de salud porque, sin una domicilio físico, no pueden inscribirse en el programa estatal Medicaid. "Esto demuestra que muchas personas están cayendo a través de las grietas del sistema", aseguró.
Stephens, la agente inmobiliaria de California, también desestimó el plan de McCain, que a su juicio impide lograr el objetivo que anuncia perseguir.
"¿Me dan un crédito fiscal sobre el cual tendré que pagar impuestos? Lo que necesito es que mis cuotas se reduzcan. ¿Cuál es el punto de tener un seguro médico? Ellos quieren el dinero de la gente, no darles cobertura de salud", agregó.