AMBIENTE: Más que colaborar, las empresas deben comprometerse

Ashok Khosla, flamante presidente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), es reconocido en todo el mundo como constructor de puentes entre la conservación y el desarrollo, la teoría y la práctica, lo tradicional y lo nuevo, el Norte y el Sur.

Khosla también preside el Grupo de Alternativas para el Desarrollo, organización sin fines de lucro con sede en India creada en 1983 «para crear medios de vida sustentables a gran escala». Además, preside el Club de Roma, una organización mundial de expertos.

Entrevistado por IPS/Terraviva, Khosla dijo que en su gestión subrayará los problemas que vinculan a la pobreza con la degradación masiva del ambiente.

Éstos, al igual que el cambio climático, son resultados de «modelos económicos inadecuados», dice. Las víctimas forman parte de la población del «Sur global», sectores marginados de la población tanto en los países en desarrollo como en los industrializados.

IPS: ¿Qué significa para usted que lo hayan elegido presidente de la UICN, mayor red ambientalista mundial más grande y la más antigua?

ASHOK KHOSLA: Es una oportunidad maravillosa. La UICN ha estado en marcha durante 60 años y ha involucrado a algunos de las mayores figuras de la conservación. El próximo paso será, básicamente, colocarla en la mente del público, de los medios de comunicación y, sobre todo, de quienes toman decisiones, de modo tal que empiecen a tratar estos temas de una manera real.
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Llevará un poco de tiempo, pero creo que, junto con el cambio climático, la pérdida de especies y de hábitat en todo el mundo es la mayor amenaza para la supervivencia de la civilización humana. Así que realmente tenemos la oportunidad de marcar una gran diferencia ahora.

IPS: ¿Su agenda como presidente de la organización se concentrará, entonces, en asuntos que van más allá del cambio climático, como la biodiversidad, la conservación y la erradicación de la pobreza, parte de la cual tiene su origen en la desertificación?

AK: Sí, exactamente. Todos estos problemas están relacionados. No es que vayan más allá, sino que se suman. Tendremos, básicamente, que comprender que los problemas que tenemos en este mundo, como la pobreza y la degradación masiva del ambiente, el cambio climático y la enorme polución, con consecuencia de modelos económicos muy, muy inadecuados, y que debemos cambiarlos.

Una vez que lleguemos a las raíces, muchos problemas podrán solucionarse de un golpe.

IPS: En la presentación de su candidatura presidencial, usted propuso la creación de una comisión mundial para examinar las implicaciones del «carbono verde». ¿Cómo sería exactamente esa comisión?

AK: Bueno, sería bastante similar a la Comisión Mundial sobre Represas. Uniría a gente de diferentes actividades, de diferentes puntos de vista, que puedan pensar en acciones significativas sobre cambio climático y biodiversidad.

Hemos pasado por varios años de debate internacional sobre biocombustibles, secuestro y reducción de emisiones de carbono a través de la forestación, etcétera. Todo esto debe ser analizado desapasionadamente, en términos no sólo de retorno económico inmediato sino también de consecuencias de largo plazo para la salud del ambiente y de la economía.

IPS: La colaboración con empresas privadas fue muy controversial en el Congreso de la UICN. ¿Qué piensa usted al respecto?

AK: Creo que la palabra «colaboración» es problemática. No se trata de colaboración, sino de compromiso. No tenemos otra opción más que reconocer que las corporaciones y los gobiernos son grandes jugadores en la degradación de los valores ambientales, y que deberán cambiar la manera en que actúan.

¿Quién cambiará eso? Obviamente, movimientos como el conservacionista. Organizaciones como la UICN tienen la responsabilidad de trabajar con ellos, si bien no estoy seguro de si la palabra «colaboración» describe ese trabajo.

Las corporaciones no sólo destruyen el ambiente, sino que también producen bienes y servicios que la gente necesita. Por otra parte, cuando hablamos de empresas, solemos hablar de multinacionales, grandes compañías, etcétera. Y con frecuencia son las firmas muy pequeñas o de mediano porte las que causan buena parte de los daños.

IPS: Eso significa comprometer a las empresas sin que el movimiento conservacionista venda su alma.

AK: Vender el alma ocurre, básicamente, de dos maneras. Una es el llamado «baño verde»: la adhesión de una organización ambientalista permite a una compañía seguir haciendo lo que está haciendo, y la otra es aceptar dinero para que esa organización haga con él lo que quiera, pero quedando en una posición que le impide actuar con objetividad ante el donante.

Ni una actitud ni la otra es aceptable. La UICN no está en ese negocio, sino en el de trabajar con todos los actores, sean gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación o instituciones académicas.

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