El gobierno de Honduras declaró el estado de emergencia en casi todo el país debido a las intensas lluvias caídas en los últimos días y las consecuentes inundaciones, que ya costó la vida de por los menos 11 personas y severos daños a viviendas y caminería en 17 de los 18 departamentos.
El temporal ha ocasionado la crecida de los principales cursos de agua del territorio nacional y en la zona sur, cerca de la frontera con El Salvador, la comunidad de la Costa de los Amates se encuentra incomunicada al partirse la carretera por los derrumbes y desbordamiento de los ríos, detalló el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en un mensaje al país.
"Estamos ante una situación de emergencia y monitoreamos con suma preocupación la crecida del río Ulúa (en el norte), porque todo apunta a que podríamos estar ante el mayor desbordamiento registrado por este río en la última década", añadió en la transmisión de la noche del domingo.
Zelaya informó que se dispuso la evacuación de personas y se procedió a "declarar el alerta roja para esa zona". Las autoridades indicaron que unas 120.000 personas han sido afectadas por las lluvias e inundaciones, que abarcan con mayor fuerza el sur, centro, norte y occidente de Honduras.
Marcos Burgos, del Comité Permanente de Contingencias (Copeco), dijo a IPS que en la región norte las ciudades más afectadas son El Progreso, Pimienta, Villanueva, San Manuel, Potrerillos y La Lima, que ocupan el área atravesada por el río Ulúa y en la que están ubicadas varias maquilas (zona franca industrial para exportación) y algunos de los principales cultivos de banano.
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En el sur, las inundaciones se centraron en las comunidades de la Costa de los Amates, Aramecina y Alianza, en el departamento de Valle, mientras que los mayores estragos en Choluteca se reportan en Marcovia. Hasta ahora, han sido evacuadas más de 15.000 personas y la red vial se encuentra dañada en 70 por ciento, explicó Burgos.
El Copeco indicó que los mayores daños en la región central son sufridos por la ciudad de Comayagua, donde cientos de lugareños fueron evacuadas y los derrumbes siguen, mientras que por el occidente los mayores problemas los tienen los departamentos de Santa Bárbara y Copán, con epicentro en Corquín, donde un deslizamiento de tierra destruyó dos comunidades aunque sin víctimas humanas.
En su último reporte, el Copeco informó que unas 6.000 de las 120.000 personas afectadas por las lluvias e inundaciones han sido llevadas a albergues, mientras que los daños en la infraestructura vial a nivel de carreteras, puentes y vados en los ríos ha afectado a 17 de los 18 departamentos en que se divide Honduras.
César Salgado, del Fondo Vial, señaló a IPS que en las últimas horas han logrado habilitar algunos tramos carreteros en la región central, pero "nos encontramos con algunas fallas geológicas que ocasionaron este fin de semana al menos 17 accidentes".
Por ello el funcionario pide a la población "que se desplace a una velocidad menor por las carreteras, porque prácticamente todo el país está dañado y estamos haciendo lo posible por habilitar algunos pasos".
El gobierno ordenó a las Fuerzas Armadas la movilización de su flota de vehículos y el apoyo logístico para atender la emergencia, y pidió la asistencia de las fuerzas militares de Estados Unidos estacionadas en la base Palmerola, en el central valle de Comayagua.
A su vez, la Secretaría de Educación decretó la suspensión parcial de las clases en las escuelas de las zonas afectadas por los aguaceros.
El Centro de Huracanes de Miami alertó en la víspera que seguirán las lluvias sobre Honduras durante las próximas 48 horas, como parte de una depresión tropical que afectará también a Guatemala, Belice y la mexicana península de Yucatán.
Los primeros videos presentados por la televisión local muestran los estragos provocados en los diversos puntos del país, donde familias enteras se tuvieron que subir a la copa de los árboles para no se arrastradas por las aguas embravecidas de los ríos desbordados.
La emergencia que afronta hoy el país se asemeja a la suscitada hace 10 años con el paso del huracán y posterior tormenta tropical Mitch, que causó la muerte de unas 20.000 personas al cruzar el territorio hondureño con movimientos erráticos y destruir toda la caminería del país, entre otros desastres.
Los daños causados sólo en materia vial por el huracán Mitch, según cifras oficiales, hizo retroceder al país en 50 años, al tiempo que dejó una fragilidad ambiental que no le permite soportar más de tres días de lluvias continuas. A ello se suma la vulnerabilidad causada, entre otros factores, por la deforestación.
El presidente Zelaya, antes de sobrevolar las zonas afectadas, confirmó este aspecto al indicar que el país está "ante una tragedia producto de una alta vulnerabilidad que nos dejara la tragedia del Mitch, por lo que esperamos la cooperación de todos los sectores".