René Villarreal, micrófono en mano, despertó de su siesta a 200 campesinos y técnicos agropecuarios en una conferencia sobre desarrollo agrícola que delibera en República Dominicana, caminando de un taburete a otro.
Los participantes habían absorbido 10 horas de exposiciones en la jornada previa, con gráficos e imágenes expuestas en dos pantallas que pendían sobre sus cabezas.
Villareal, director del Centro de Capital Intelectual y Competitividad, con sede en México, empleó sus mejores herramientas de mercadeo para animar a los somnolientos asistentes. "Deben dejar de pensar que son granjeros. Son empresarios agrícolas", aseguró.
Proyectando imágenes de diapositiva, Villareal aclaró a la audiencia la diferencia entre el modelo de negocios asiático, que describió como uno de "competencia cooperativa" frente al tradicional, o de "competencia darwiniana", en el que supuestamente triunfa el más apto.
"Vivimos en una economía globalizada, que incluye a los mercados y la información. También tenemos una fábrica global", argumentó.
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Villareal es optimista sobre el futuro del sector agrícola dominicano.
"Tiene más oportunidades de exportación que México, más potencial para el desarrollo. En México no existe un sólido apoyo estatal para el sector agrícola, aunque ahora está creciendo. Pero los dominicanos tienen mejor acceso a los mercados del Caribe y la costa atlántica de Estados Unidos", afirmó.
Manuel González Tejera, asesor técnico de la Secretaría de Agricultura, ofreció un panorama sobre el sector en República Dominicana, que a su juicio es mucho más robusto que en muchos otros Estados caribeños que deben soportar una pesada carga de erogaciones en importaciones.
"Prácticamente producimos todo lo que se come en este país, alrededor de 85 por ciento, pero necesitamos algunos productos que complementen nuestra dieta. Importamos trigo para hacer harina, así como maíz y soja para alimentar a nuestros cerdos y pollos. Actualmente, nuestra producción de leche no abastece la demanda interna", dijo González Tejera.
Ahora, agregó, se paga un incentivo a los productores lácteos locales y la producción de leche pasó en el último año de 350 a 650 millones de litros.
"Nuestro principal problema es financiero. El volumen de préstamos del Banco Central para el sector financiero se redujo, año tras año. Necesitamos que los préstamos vayan al campo", reclamó
Gonzáles Tejere también rechazó de plano la idea de utilizar tierras de cultivo para producir biocombustibles en lugar de alimentos.
El Instituto Interamericano para la Cooperación en la Agricultura ayuda al gobierno dominicano y a los campesinos en cuestiones técnicas.
La organización colaboró con las autoridades en la reforma del sector agrícola para asistir a los campesinos con programas profesionales e iniciativas de agronegocios.
"Necesitamos que nos ayuden a colocar nuestras cosechas en el mercado. Producimos más de lo que podemos vender, no hay suficiente demanda. Los hoteles no compran la totalidad de nuestra producción. Los turistas que vienen en los cruceros no compran", agregó Tejere.
Andres Reys, presidente de una organización que congrega a 22 plantas industriales, advirtió los granjeros locales no pueden competir con el arroz estadounidense fuertemente subsidiado
Señaló que de las 22 fábricas que posee el grupo 15 fueron cerradas por falta de capitales. Aún peor, "las maquinarias de nuestras fábricas tienen 50 años de antigüedad", advirtió..
