Tras superar graves dificultades iniciales, la primera Trienal de Artes Visuales de Chile, el proyecto artístico más importante del gobierno de Michelle Bachelet, será inaugurada en octubre de 2009 en el marco de la celebración del bicentenario del país.
Esta trienal es uno de los grandes proyectos con que este país sudamericano pretende conmemorar en 2010 sus 200 años de vida republicana.
Aunque la emancipación definitiva de España se concretó en 1818, tradicionalmente Chile recuerda como hito independentista la primera Junta Nacional de Gobierno, instalada el 18 de septiembre de 1810.
Inserta en el programa de gobierno de Bachelet, quien asumió el cargo el 11 de marzo de 2006, la Trienal busca dinamizar la escena artística local e insertar a Chile en el circuito internacional del arte.
Para gestionar el proyecto se creó especialmente una fundación con integrantes del mundo público y privado.
Sin embargo, la emblemática iniciativa del gobierno ha debido sortear más de un inconveniente hasta ahora.
Cuando se suponía que el proyecto avanzaba sin contratiempos, todo el trabajo realizado entre 2006 y mitad de este año quedó en la nada tras la renuncia en junio de la afamada curadora puertorriqueña Mari Carmen Ramírez, elegida para diseñar la primera versión.
Las razones de su salida son confusas. Según el gobierno, hubo un quiebre entre el equipo curatorial y la dirección ejecutiva del proyecto, encabezada por la artista visual Rosa Velasco, quien no habría sabido responder a la compleja y ambiciosa propuesta de Ramírez.
No obstante, Velasco, quien fue destituida de su cargo, aseguró que esa fue la excusa esgrimida por Ramírez para quedar bien con el gobierno chileno, con quien tiene otros proyectos en desarrollo.
Velasco acusó a la ministra de Cultura, Paulina Urrutia, de no incluir los gastos de la Trienal en el presupuesto nacional 2008. Según su relato, este "olvido" significó que la dirección ejecutiva no tuviera recursos para operar, dificultando la relación con la curadora.
Al ver esta precariedad, Ramírez habría decidido renunciar, sostuvo Velasco.
Todos estos problemas fueron superados "absolutamente", aseguró a IPS la gestora cultural María José Fontecilla, actual secretaria ejecutiva del encuentro, bajándole el perfil al conflicto.
A su juicio, la Trienal de Chile está por sobre los curadores y encargados circunstanciales y cuenta con todo el apoyo político necesario, aunque no quiso precisar cuánto costará su realización.
"Lo único que te puedo decir es que 50 por ciento lo pone el Estado chileno y el resto lo estamos gestionando a través de las empresas privadas. Es un proyecto que tiene como sujetarse, no es demasiado ambicioso en términos de dinero, es más bien austero, pero podemos sacarlo adelante, estamos trabajando para que así sea", dijo.
"Se cambió el concepto, se cambió el curador, se cambió el equipo, se cambió todo. Hubo un primer intento que no fructificó simplemente", explicó Fontecilla.
La reingeniería fue tan profunda, que de Trienal de "Santiago" pasó a ser de "Chile".
El curador elegido para reemplazar a Mari Carmen Ramírez fue el crítico de arte y promotor cultural paraguayo, Ticio Escobar, ahora ministro de Cultura del gobierno de su país, encabezado por el presidente centroizquierdista Fernando Lugo.
"Ticio nos va a llevar a un concepto curatorial más relacionado con el concierto latinoamericano", apuntó Fontecilla.
Escobar convocó a la crítica de arte argentina, que reside en Paraguay, Adriana Almada, para desempeñarse como coordinadora curatorial y al teórico chileno, Justo Pastor Mellado, para ejercer la edición general. El artista visual paraguayo Osvaldo Salerno será el editor de espacios.
Otros cuatro curadores extranjeros fueron invitados a hacerse cargo de las diversas exposiciones que conformarán esta gran muestra a realizarse cada tres años en el país.
Entre ellos figura el español Fernando Castro, el peruano Gustavo Buntinx, el uruguayo Gabriel Peluffo y la española Mónica Garballas. Cierran la lista las chilenas Andrea Josh e Isabel García.
En concreto, la primera versión de la Trienal tendrá tres grandes bloques de acción: intervenciones en algunas ciudades, exposiciones y coloquios.
El país se dividió en zona norte, centro y sur, de acuerdo a los diferentes desarrollos de las artes visuales logrados en cada una de ellas. Las acciones de intervención definidas hasta ahora son talleres, seminarios y exhibiciones de arte local, las que serán conducidas por los llamados "editores de campo" y "artistas movilizadores".
El norte chileno, que en la Trienal estará representado por las ciudades de Iquique y Antofagasta, carece de enseñanza superior del arte, de espacios de exhibición de artes visuales y de centros de arte contemporáneo, según el diagnostico efectuado.
También hay una débil articulación entre instituciones académicas, políticas y comunicacionales y predominan las manifestaciones de arte popular e indígena.
En el sur se intervendrán las ciudades de Concepción, Temuco y Valdivia. Aunque la situación es opuesta a la que se vive en el norte, la actividad de esta zona está aún lejos de la que posee la capital y la ciudad puerto de Valparaíso, en el centro del país.
En Santiago habrán por lo menos cuatro grandes exposiciones. Se destaca una sobre la escena chilena y otra sobre archivos y documentos de arte contemporáneo del país.
El curador peruano Gustavo Buntinx montará la obra "Lo impuro y lo contaminado", basada en su experiencia de Micromuseo en Lima.
También está proyectada la exhibición de "La maldición de Nemur: el Complejo Museo del Barro del Paraguay", una articulación de arte popular, indígena y contemporáneo.
En Valparaíso habrá una exposición de arte latinoamericano contemporáneo y en Temuco una muestra de fotografía mapuche, la etnia más numerosa del país.
Asimismo, hay programados tres coloquios organizados por la reconocida intelectual chilena Nelly Richard: uno nacional, internacional y otro latinoamericano.
Cada versión de la Trienal tendrá un artista invitado, de significación emblemática para la escena chilena, que tendrá una muestra especial. El primer elegido es el artista visual Eugenio Dittborn.