Mientras jefes de Estado y de gobierno están reunidos en la sede neoyorquina de la ONU para evaluar el avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio, tres presidentes llamaron a prestar más atención a la salud materna e infantil.
Los presidentes Michelle Bachelet, de Chile, Tarja Halonen, de Finlandia, y Jakaya Mrisho Kikwete, de Tanzania, aprovecharon la ocasión para reafirmar su compromiso con estos principios, que constituyen uno de los Objetivos.
"En demasiados países de África, la posibilidad de las mujeres de sobrevivir al parto sigue siendo cuestión de suerte", dijo Kikwete el jueves, en una conferencia paralela a las instancias inaugurales de la sesión anual de la Asamblea General.
Mejorar la salud materna e infantil es considerada por expertos "el corazón de los Objetivos del Milenio", pues de éstos dos depende alcanzar los restantes.
El cuarto Objetivo ordena reducir dos tercios la mortalidad de menores de cinco años para 2015 respecto de la tasa de 1990, y el quinto, reducir tres cuartos la mortalidad materna en el mismo plazo, y garantizar el acceso universal a la salud reproductiva.
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Los otros seis incluyen reducir a la mitad la proporción de la población que sufre pobreza extrema y hambre, asegurar la educación primaria universal, promover la equidad de género, combatir la propagación del VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sustentabilidad ambiental y forjar una alianza global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
Bachelet, Halonen y Kikwete pidieron a los jefes de Estado y de gobierno, responsables de agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), altos funcionarios nacionales y representantes de instituciones de la sociedad civil, fundaciones y empresas privadas presentes en la conferencia que renueven sus compromisos con la salud materna e infantil y que presenten iniciativas específicas al respecto.
"No cumpliremos con los Objetivos a menos que invirtamos más en la salud y en los derechos femeninos y que aseguremos el acceso universal a la salud reproductiva", dijo la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), Thoraya Obaid.
Chile, Finlandia y Tanzania anunciaron que fortalecieron su compromiso con los Objetivos cuatro y cinco. El gobierno de Bachelet lanzó en septiembre la Iniciativa Regional por las Madres y los Hijos, de alcance latinoamericano.
Finlandia se unió a la Alianza Internacional de la Salud, para promover un enfoque más coherente de la cooperación en la materia a nivel nacional.
Tanzania ya implementó la gratuidad de la atención médica a las embarazadas.
De todos modos, los Objetivos cuatro o cinco "son los que tienen menos posibilidades de cumplirse en virtualmente todas las regiones del mundo", dijo Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, agregó que el quinto Objetivo era "una meta en la que difícilmente hagamos algún avance", debido a la "ignorancia, descuido y discriminación contra las mujeres".
La ministra de Cooperación para el Desarrollo de Alemania, Heidemarie Weiczorek-Zeul, agregó: "Pensemos qué habría sucedido con los Objetivos cuatro y cinco si los hombres dieran a luz. Los habríamos alcanzado ya."
Los números son dramáticos. Cada año, mueren medio millón por causas relacionadas con el embarazo o el parto. O sea que se trata de entre 10 y 15 millones de muertes prevenibles en una generación.
Después de parir, entre 10 y 15 millones de mujeres sufren enfermedades serias o crónicas, e incluso lesiones, lo cual le cuesta 15.000 millones de dólares a la economía mundial sólo por concepto de pérdida de productividad.
Unos tres millones de bebés mueren cada año en la primera semana de vida, y otros tres millones nacen muertos.
"La mayoría de las muertes maternas e infantiles ocurren en África y en Asia meridional, con una enorme proporción en África subsahariana", según el informe de seguimiento de la muerte materna e infantil presentado en abril en la segunda conferencia Cuenta Regresiva hacia 2015, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
El estudio constató que 68 países en desarrollo concentran 97 por ciento de esas muertes en todo el mundo.
Unos seis millones de esas vidas podrían salvarse cada año si mujeres, recién nacidos, niños y niñas del mundo en desarrollo obtuvieran el acceso a servicios de salud básico, según UNFPA.
Pero a pesar de todos estos hechos desalentadores, Stoltenberg cree que los Objetivos cuatro y cinco podrían alcanzarse para el años 2015 si el mundo "movilizara más recursos financieros, gastara dinero con más eficacia y estuviera más alerta".
Bachelet llamó a los gobiernos, especialmente los del mundo industrializado, "poner en marcha más iniciativas y más financiamiento".
"Necesitamos promover iniciativas globales y regionales", que conviertan "nuevos compromisos en acciones" y que permitan "a los gobiernos a participar y a coordinar acciones de organizaciones internacionales", agregó la presidenta de Chile.
"Se estima que serán necesarios 5.000 millones de dólares anuales para 2010 y 8.000 millones adicionales anuales para 2015", dijo Kikwete. "Es una cuestión de voluntad política. ¿Qué son 5.000 millones de dólares en un mundo con un producto bruto de cientos de billones?" ***** +A erradicar la mortalidad materno-infantil (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=89696)