En vísperas de su salida del cargo, el primer ministro israelí Ehud Olmert se refirió a algo que todos sabían, pero pocos se atrevían a decir: las concesiones que sus sucesores tendrán que hacer para lograr una paz duradera con sus vecinos.
Olmert reconoció al periódico Yedioth Ahronoth que Israel tendrá que poner fin a la ocupación que mantiene desde hace 41 años en Cisjordania y ceder gran parte de Jerusalén oriental a los 270.000 residentes palestinos.
El gobernante renunció hace poco más de una semana, a raíz de una investigación por corrupción de la que es objeto. La ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, fue elegida como su sucesora al frente del centro derechista partido Kadima.
Mientras Livni negocia la formación de una nueva coalición de gobierno, Olmert sigue al frente de forma interina.
Los comentarios del primer ministro llamaron la atención, en especial por sus recomendaciones en torno de los acuerdos de paz con Palestina y Siria, con quienes Israel comenzó a negociar, con apoyo de Turquía, a principios de este año.
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Muchos de esas recomendaciones chocan con las formuladas usualmente por Estados Unidos, que lanzó varios proyectos de negociación de paz.
Pero numerosos analistas no creen que haya cambios significativos en la postura estadounidense, en especial tras el fracaso de la cumbre de Annapolis impulsada por el presidente saliente George W. Bush y su tibio respaldo a mantener conversaciones con Siria.
Bush auspició conversaciones de paz entre Olmert y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, en noviembre de 2007 en la estadounidense ciudad de Annapolis, Maryland, donde ambas partes se comprometieron a alcanzar un acuerdo para fines de este año.
Olmert, al parecer, también abandonó a algunas de las posturas que sostuvo durante los últimos 35 años.
"Durante gran parte de ese tiempo, no estuve dispuesto a mirar la realidad en su total dimensión", reconoció.
En un pequeño cuestionamiento a su predecesor, Olmert señaló que Ariel Sharon "mencionó un alto costo a pagar y se negó a abundar en detalles".
"Al final tendremos que retirarnos de gran parte de los territorios" ocupados, reconoció concretamente. "Esto que estoy diciendo no lo había dicho jamás ningún líder israelí. Pero llegó el momento de hablar de estas cosas y de ponerlas sobre la mesa".
Las declaraciones de Olmert marcan el último de sus virajes políticos, desde posiciones de línea dura características del derechista partido Likud a dar todo su apoyo a las negociaciones con los palestinos como parte del proceso de paz.
Pero las declaraciones del impopular y hoy casi irrelevante Olmert coinciden con su partida.
Sus intentos por alcanzar un acuerdo de paz formal con los líderes palestinos antes del plazo de diciembre ya no parece factible. Es poco probable que esas fuertes declaraciones vayan a quedar consagradas en algún tipo de política duradera.
"¡Oh! ¡Qué revelación! Para estar en paz con los árabes tenemos que darles tierras. ¿Cómo nos se nos ocurrió antes?", ironizó el periodista Aluf Benn en su columna "La revelación de Olmert llega demasiado tarde", publicada por el periódico Haaretz.
"Lo más lamentable es que se dio cuenta demasiado tarde como para tener alguna influencia", señaló Benn.
El analista también criticó a Olmert por su actitud demasiado blanda hacia los colonos que crearon asentamientos ilegales en los territorios palestinos.
"La actitud de Olmert hacia los colonos deja dudas acerca de su honradez", apuntó.
Aunque, la semana pasada, el primer ministro arremetió contra la violencia de los colonos hacia los palestinos musulmanes y la calificó de "pogromos", masacre organizada de una multitud enfurecida usual contra los judíos en la Rusia zarista.
"Este fenómeno de la justicia por mano propia y de ataques violentos y brutales es intolerable", señaló Olmert en una reunión de gabinete realizada el fin de semana tras el ataque perpetrado por más de 100 colonos contra una aldea palestina. "No habrá pogromos contra residentes no judíos".
El profesor y activista político de izquierda Zeev Sternhell fue víctima de un atentado con bomba fuera de su casa el viernes. La detonación también se atribuyó a colonos.
Algunos analistas sostienen que, al igual que con las negociaciones con Siria y el proceso de paz con los palestinos, Estados Unidos no condena de forma contundente ni definitiva la construcción de asentamientos israelíes.
"Es de destacar el aporte privado de la derecha estadounidense, incluida la organización Cristianos Unidos por Israel, del pastor John Hagee, que directamente financia las construcciones" de asentamientos, escribió el ex negociador israelí de paz Daniel Levy en su blog prospectsforpeace.com.
El llamado Cuarteto, integrado por Estados Unidos, Rusia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) y cuyo objetivo es promover la paz, también estuvo omiso a la hora de impedir a la ampliación y multiplicación de los asentamientos israelíes, según organizaciones humanitarias internacionales.
La respuesta a los comentarios de Olmert de la prensa de izquierda desborda de sarcasmo pese a su postura que podría considerarse afín, pero llega "demasiado tarde".
Algunos analistas a favor de la paz hicieron un comentario medido acerca de la postura de Olmert, pese a que es poco probable que propicie algún tipo de cambio.
"Es extremadamente significativo que el líder de Israel, una persona de derecha, a favor del Gran Israel, y que como alcalde de Jerusalén se opuso a dividir la ciudad, ahora diga que ésa no fue la forma correcta de proceder", dijo a IPS Ori Nir, portavoz de American for Peace Now.
Nir subrayó que es "significativo" que un primer ministro israelí, por más irrelevante que sea su rol en este caso, exprese públicamente su postura de compartir Jerusalén y retirarse de Cisjordania mediante un acuerdo.
"El hecho de que haya planteado esa posibilidad como la única solución viable es muy importante", remarcó.
Por su parte, la derecha israelí no se abstuvo de atacar a su antiguo aliado y su nueva visión de los hechos.
"El país tiene mucha suerte de que su mandato se termine", declaró el legislador del Partido Nacional Religioso Zevulum Orlev a la Radio del Ejército israelí, según el conservador sitio de noticias de Internet Newsmax.
Silvan Shalom, del Likud, calificó a Olmert de "ingenuo", según la agencia de noticias Associated Press.