A cinco semanas de las elecciones presidenciales del 4 de noviembre en Estados Unidos, la ventaja del senador Barack Obama, candidato del opositor Partido Demócrata, sobre el aspirante oficialista, el republicano John McCain, parece difícil de ser revertida.
A causa de la grave crisis financiera y un desempeño mejor que lo esperado en el primer debate del viernes con McCain, Obama tiene una intención de voto de 50 por ciento, ocho puntos más que su rival, según una encuesta de Gallup.
Es el margen más amplio registrado por esa consultora en sondeos de opinión realizados diariamente en los últimos cinco meses.
Otras encuestas confirman que la ventaja del candidato demócrata se está ampliando. Ha borrado los avances realizados por McCain tras su nominación formal a principios de este mes por la Convención Nacional Republicana y a causa del entusiasmo que despertó en los votantes de la derecha cristiana la elección de Sarah Palin como su compañera de fórmula.
Incluso dos importantes sitios de apuestas en Internet dan testimonio del buen momento que atraviesa la campaña de Obama.
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Luego del debate del viernes, uno de los más prestigiosos y más visitados sitios de análisis de encuestas electorales en Internet, 538, le asignó al candidato demócrata 80 por ciento de posibilidades de triunfar en los comicios de noviembre.
El director de 538, Nate Silver, pronosticó que el 4 de noviembre Obama superará a McCain en el voto popular por 3,3 puntos porcentuales. "Aunque no parece gran cosa, es significativo. Ya hemos atravesado las dos convenciones partidarias y un debate. Su posición en el Colegio Electoral es muy sólida", agregó.
Las elecciones presidenciales estadounidenses no son directas. Los votantes optan por delegados de su partido al Colegio Electoral, cuyo número no está en relación directa con la cantidad de sufragios.
Una ventaja no muy apreciable en las urnas puede volverse abrumadora en cuanto a número de delegados, si un candidato se impone en los estados que mayor número aportan.
Las últimas encuestas también revelan importantes avances de los candidatos demócratas al Senado, y podrían llegar a contar tras los comicios con 60 de sus 100 bancas, cifra clave para evitar maniobras dilatorias en el tratamiento de proyectos de ley, contempladas en los procedimientos legislativos, que sólo pueden eludirse si se tiene como mínimo ese número de escaños.
Los sondeos de opinión parecen confirmar que McCain no logró sostener sus avances luego de su nominación formal como candidato republicano. En las encuestas diarias realizadas por Gallup estuvo al frente desde el 6 hasta el 15 de septiembre.
Un elemento fundamental para el cambio de tendencia ha sido la grave crisis financiera del país, que el gobierno de George W. Bush intentó superar con un paquete de rescate de bancos y fondos de inversión por 700.000 millones de dólares, rechazado el lunes por la Cámara de Representantes (diputados), en gran parte a causa del voto negativo de los legisladores oficialistas.
En este momento, la mayoría de la opinión pública cree que los demócratas ofrecen más garantías de un manejo de la economía que permita superar la crisis.
Meses atrás, McCain admitió que "realmente" no "entendía de economía". Su principal asesor en la materia fue durante mucho tiempo el senador Phil Gramm, promotor de la desregulación financiera impulsada en los años 90 que llevó a la debacle de los últimos meses.
Gramm fue separado de la campaña luego de haber afirmado que Estados Unidos se había convertido en "una nación de llorones".
Las reacciones de McCain frente a la crisis empeoraron las cosas. Al día siguiente de la quiebra del banco Lehman Brothers declaró que las "bases" de la economía eran "sólidas", para afirmar apenas horas después que se encontraban en "grave riesgo".
El desempeño de su compañera de fórmula también es otro factor que socavó las posibilidades de McCain, a medida que el público pierde confianza en su capacidad para ocupar la vicepresidencia.
Mucho tuvo que ver su participación en una entrevista televisiva, en la que Palin, gobernadora de Alaska, dijo que la cercanía de su estado con Rusia le otorgaba una valiosa experiencia en materia de política exterior.
El debate con McCain del viernes también favoreció a Obama. Aunque muchos analistas y expertos señalaron que había sido un "empate" o que había arrojado una ligera ventaja para el candidato republicano, una serie de encuestas en los días posteriores mostraron una creciente preferencia del público hacia Obama, particularmente entre mujeres y votantes independientes, dos sectores clave.
El candidato demócrata también registró tras el debate importantes avances en áreas en las que McCain tenía ventaja con anterioridad, como política exterior, la "guerra contra el terrorismo" y seguridad nacional, según las encuestas.
Una de ellas mostró, incluso, que una mayoría de los consultados encontraban que Obama apareció "mucho más presidenciable" que su rival.