La mayoría de los votantes árabe-estadounidenses se aprestan a sufragar el 4 de noviembre al candidato del opositor Partido Demócrata Barack Obama, según una encuesta.
El sondeo encomendado a la firma de opinión pública Zogby International por el Instituto Árabe Estadounidense (AAI, por sus siglas en inglés) concluye que Obama supera por unos 20 puntos porcentuales (54 a 33 por ciento) a su rival oficialista, John McCain, entre los votantes de origen árabe entrevistados.
Obama supera por unos 20 puntos porcentuales (54 a 33 por ciento) a su rival oficialista, John McCain, entre los votantes de origen árabe entrevistados por la firma de opinión pública Zogby International por encargo del Instituto Árabe Estadounidense (AAI, por sus siglas en inglés).
Pero las preferencias por el candidato demócrata caen a 46 por ciento de los entrevistados y las del republicano a 32 al incluirse entre las opciones al candidato independiente Ralph Nader, de origen cristiano libanés, y al del Partido Libertario, Bob Barr.
Nader recibió gran apoyo de la comunidad árabe en los comicios presidenciales de 2000 y 2004. Seis por ciento de los entrevistados para el actual estudio de AAI dijeron preferirlo.
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Los alrededor de 3,5 millones de árabe-estadounidenses representan poco más de uno por ciento de la población de este país.
Su participación electoral suele ser superior a la de otras comunidades. Se prevé que cerca de dos millones de de árabe-estadounideses concurran a las urnas en los comicios de noviembre, alrededor de 1,5 por ciento del total de sufragios.
Históricamente, los miembro de esa comunidad han votado al Partido Demócrata, más que al Republicano, pero hubo variaciones considerables a la interna del grupo.
El mayor respaldo recibido por el Partido Republicano fue en las elecciones de 2000. Un estudio realizado entonces por AAI concluyó que 38 por ciento de los árabe-estadounidenses encuestados se consideraban republicanos y votantes del hoy presidente George W. Bush, frente a 40 por ciento que se decían demócratas.
En ocho años, más de siete de los cuales estuvieron dominados por la "guerra contra el terrorismo", lanzada por el presidente George W. Bush, y la invasión de Iraq, la balanza se inclinó hacia los demócratas, según el resultado de la última encuesta.
Ahora, cuarenta y seis por ciento de los entrevistados se consideran demócratas y sólo 20 por ciento republicanos.
"Los republicanos disminuyeron a la mitad respecto de los que eran en 2000", señaló James Zogby, presidente de larga data de AAI y hermano del director general de Zogby International, John Zogby.
Los árabe-estadounidenses están dispersos por todo el país, pero en su mayoría viven en áreas metropolitanas de unos 12 estados. La mayor cantidad, alrededor de 715.000, se encuentran en California, Michigan, con 490.000, Nueva York, 405.000, Florida, 255.000, Nueva Jersey, 240.000, Illinois, 220.000, y Texas, 210.000, según AAI.
Obama tiene grandes posibilidades de ganar en California, Nueva York, Nueva Jersey y en su estado, Illinois, y McCain con seguridad arrase en Texas, pero no porque el voto de los árabe-estadounidenses vaya a incidir en el resultado.
Michigan y Florida son considerados estados "swing" (oscilantes), en los que no hay una mayoría histórica clara de republicanos o demócratas, por lo que, ahí sí, su voto podría resultar decisivo.
De hecho, en Michigan los árabes-estadounidenses constituyen un nada despreciable cinco por ciento de votantes.
Otros tres estados oscilantes que podrían ser decisivos en las elecciones de noviembre y con una cantidad significativa de árabe-estadounidenses son Ohio con 185.000, Pennsylvania, 160.000, y Virginia, 135.000, que representan alrededor de 1,5 a 2,0 por ciento del electorado.
El presidente de Estados Unidos se elige por voto indirecto, en un colegio electoral. El candidato que tenga más sufragios en cada estado recibe todos los votos asignados a ese estado en el colegio, sin importar su margen.
"El voto árabe-estadounidense puede ser importante en algunos estados disputados y en alguna contienda clave" por un escaño legislativo a dirimir también el 4 de noviembre, señaló Zogby.
Obama supera a McCain en las intenciones de voto, pero Zogby sostuvo que el candidato demócrata no parece tener gran respaldo en algunos grupos de la comunidad árabe, en especial entre los católicos, la mayoría de origen libanés, y entre los que se definen como independientes.
Por ejemplo, seis meses antes de los comicios de 2004, el entonces candidato demócrata senador John Kerry tenía más apoyo que Bush en ambos grupos. Entre los árabe-estadounidenses católicos, Kerry lo superaba por 55 a 34 por ciento en las intenciones de voto, según las encuestas de entonces.
En cambio, en la contienda actual, McCain está a la cabeza con 53 a 31 por ciento.
Obama tiene una ligera ventaja entre los árabe-estadounidenses ortodoxos y arrasa con 84 a cuatro por ciento entre los musulmanes. En ambos grupos, el candidato demócrata recibe más apoyo de las mujeres y de los más jóvenes.
Para el estudio se entrevistaron a 501 árabe-estadounidenses elegidos al azar en todo el país. La encuesta se hizo por teléfono la segunda semana de este mes. Dado el pequeño tamaño de la muestra, el margen de error es de más menos 4,5 por ciento.
Dos de cada tres encuestados eran católicos u ortodoxos y uno de cada cuatro musulmán y el resto, protestantes.
En 2004, los árabe-estadounidenses consideraron que la política exterior, en especial la guerra de Iraq, era prioritaria a la hora de decidir su voto. Pero esta vez parece desempeñar un papel bastante menos importante, según el estudio actual.
A la pregunta de cuáles eran los asuntos más importantes para definir su voto, 63 por ciento de los encuestados dijo que empleo y economía y 37 por ciento mencionó a Iraq y asuntos de política exterior en general.
Para los encuestados que consideran decisiva la economía, 52 por ciento dijeron preferir a Obama y 34 por ciento a McCain.
Y entre los que consideraron importante la política exterior, Obama fue el preferido, pero por un estrecho margen de 48 a 39 por ciento.
Los árabes-estadounidenses encuestados también manifestaron su fuerte rechazo al gobierno de Bush.
Tres de cada cuatro entrevistados dijeron que Bush había sido negativo, y 23 por ciento dijeron tener una buena impresión.
En lo que a su política económica respecta, el resultado fue peor, 79 por ciento de los encuestados dijo desaprobar su gestión, frente a 19 por ciento que dijo aprobarla.
En materia de política exterior, le fue un poco mejor. Dos de cada tres entrevistados dijeron desaprobar su gestión, en tanto 31 por ciento dijeron aprobarla.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington y, en especial, las medidas de seguridad adoptadas por su gobierno, así como la invasión a Iraq 18 meses después, puso a los árabe-estadounidenses contra Bush.