El asesor en materia de cambio climático del gobierno de Australia, Ross Garnaut, recomendó una reducción de emisiones de gases invernadero considerada totalmente insuficiente por ambientalistas y científicos.
"Aceptar ese tipo de daño al planeta es totalmente inmoral", sostuvo Steve Campbell, jefe de campaña de Greenpeace Australia Pacífico, al comentar las propuestas contenidas en el último informe presentado por el economista Garnaut.
"Objetivos y Trayectorias" es el informe complementario elaborado por Garnaut y divulgado el 5 de este mes, en el cual recomienda a Australia hacer todo lo posible por garantizar un acuerdo internacional en materia de reducción de gases de efecto invernadero.
Gases como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso son responsables del recalentamiento planetario, según los científicos.
El informe complementario es el penúltimo elaborado por el economista. El documento final deberá ser presentado a fines de este mes.
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Garnaut fue designado por los gobiernos federal, estadual y de las subdivisiones territoriales, en 2007, para analizar las consecuencias del cambio climático sobre la economía australiana y recomendar estrategias para mantener la prosperidad.
Arguyó que un acuerdo integral debe basarse en una asignación global de derechos de emisiones por habitante, según él, es el esquema más justo.
"Asignaciones por habitante es la única forma posible de llegar a un acuerdo internacional que abarque a las naciones en desarrollo", arguyó.
Países como China e India son los mayores emisores de dióxido de carbono en términos generales, pero relativamente menores si el cálculo se hace por habitante.
Campbell dijo a IPS que un acuerdo en base a derechos de emisión por habitante "podría ser una buena idea", pero él tiene reservas sobre la propuesta de Garnaut.
"Esa no es la arquitectura actual del esquema internacional y es una nueva idea que tendría que integrarse al proceso de Kyoto. Podrían pasar años para que las 200 naciones se pongan de acuerdo", arguyó.
Un acuerdo global por medio del cual se limiten las emisiones de dióxido de carbono a una concentración de 450 partes por millón (ppm) sería lo más conveniente para Australia, dijo Garnaut, pero es más viable un límite de 550 ppm "dado que las emisiones de dióxido de carbono están ahora en 455 ppm y aumentan rápido por el rápido crecimiento de la economía mundial".
Ese debe ser un punto de partida, arguyó, y el mundo debe apuntar a fijar una concentración de 450 ppm o inferior en cuanto sea practicable.
Si se fija una concentración de 550 ppm, Australia necesitaría reducir sus emisiones de dióxido de carbono en 10 por ciento para 2020, respecto de las cifras registradas en 2000. Eso equivale a 30 por ciento por habitante, indicó Garnaut.
Para 2050, el país tendría que reducir sus emisiones en 80 o 90 por ciento si se calcula por habitante.
El gobierno australiano se fijó el objetivo de reducir las emisiones en 60 por ciento para 2050, respecto de las cifras de 2000, y está a la espera del informe final de Garnaut para anunciar su compromiso de mediano plazo.
"No tiene sentido una acción mundial que no se oriente a evitar las consecuencias sustanciales del cambio climático", sostiene en su informe. Pero igual sus recomendaciones fueron muy cuestionadas por quienes sostienen que el resultado serán consecuencias devastadores.
Campbell arguyó que sería un desastre si los gobiernos adoptaran la recomendación de Garnaut de limitar las emisiones a una concentración de 550 ppm.
"Todos los científicos nos dicen que eso basta para empujar al mundo hacia un cambio climático catastrófico", señaló.
La comunidad científica cuestionó las recomendaciones. Tres especialistas australianos atacaron el objetivo de reducir en 10 por ciento las emisiones de gases invernadero para 2020. La reducción debería situarse entre 25 y 40 por ciento para ese año.
Bill Hare, los profesores David Karoly y Amanda Lynch pertenecen al Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), premio Nobel de la Paz.
El administrador del programa de cambio climático de la Fundación para la Conservación Australiana, Tony Mohr, concordó con ellos.
Una reducción de 25 por ciento para 2020 "es realmente lo mínimo, en nuestra opinión, que Australia puede hacer para contribuir a evitar los peligros del cambio climático", dijo Mohr a IPS.
Seguir la recomendación de Garnaut llevaría a duplicar las muertes vinculadas a las temperaturas en Australia y a un gran aumento en lo que se conoce como "clima de incendios forestales", según la Fundación.
La Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife del mundo ubicado frente a la costa del nororiental estado de Queensland, desaparecerá, según la organización.
Con una concentración de 550 ppm, la Gran Barrera de Coral y otros arrecifes desaparecerán, según el informe de Garnaut. De ocho a 39 por ciento de las especies del mundo estarán en peligro de extinción.
Una concentración de 450 ppm sería menos perjudicial para la fauna y la flora, pero seguiría siendo peligrosa. El economista prevé que los arrecifes se verán perjudicados y que entre cinco y 23 por ciento de las especies desaparecerán.
Pero también sostiene que Australia debe apuntar a reducir sus emisiones en cinco por ciento para 2020 ante la falta de un acuerdo internacional entre las naciones desarrolladas y, en especial, China.
Garnaut reconoce que sus conclusiones no plantean el mejor escenario, pero "son las más factibles por ahora".
El director general del independiente Instituto Climático, John Connor, también cuestionó las propuestas del asesor del gobierno.
"Aceptar la propuesta de reducir las emisiones entre cinco y 10 por ciento para 2020 restará credibilidad a Australia en las conversaciones internacionales en materia de cambio climático y, si los grandes contaminantes la adoptan, quedaríamos confinados a un mundo muy peligroso", arguyó.
El gobierno debe fijarse el objetivo de reducir en al menos 25 por ciento las emisiones, de acuerdo a las cifras registradas en 1990, según Connor.
Los objetivos de Garnaut "pasan por alto el hecho de que Australia puede ejercer gran influencia en las negociaciones internacionales", apuntó.
Campbell también quiere que Australia asuma un papel de liderazgo. Este país "tiene mucho para perder si se acentúa el cambio climático", señaló.
Australia debe proponerse objetivos más ambiciosos que los de las recomendaciones del informe complementario, dijo Campbell a IPS.