AMBIENTE: Débil paso de la UE contra tala ilegal

La Unión Europea (UE) alcanzó un nuevo acuerdo para evitar la importación de madera talada ilegalmente en África, pero ambientalistas creen que se necesitan medidas más firmes para revertir la deforestación.

La UE acordó el miércoles con Ghana establecer controles fronterizos para prevenir el ingreso del producto a los países del bloque, y prometió ayudar a esa nación africana a desarrollar un mejor sistema para supervisar el comercio de madera, que llega a los 400 millones de dólares por año.

Más de la mitad de las exportaciones de madera de Ghana se dirigen a Europa.

El convenio tuvo una tibia bienvenida entre los grupos ambientalistas. El activista Kyeretwie Opuku, de Forest Watch, destacó que permitiría combatir la corrupción y ayudar a un manejo sustentable de los recursos naturales del país.

Sin embargo, expresó preocupación porque no se contempla una coordinación con otras medidas contra la deforestación, como las financiadas por el Banco Mundial. Opuku afirmó que se deben establecer enlaces apropiados entre los diferentes programas.
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Ghana es uno de varios países que están negociando este tipo de acuerdos con la UE. Los otros incluyen a Camerún, Congo, Indonesia y Malasia.

China y Rusia aún no se han sumado a las conversaciones, aunque se los considera dos de los mayores proveedores de la madera talada ilegalmente que ingresa en los países del bloque europeo, que según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) alcanzó 31 millones de metros cúbicos en 2006.

Esa cifra equivale a 20 por ciento de las importaciones totales de madera de la UE. Las exportaciones ilegales de Rusia y China han sido estimadas en 10,4 y 3,7 millones de metros cúbicos, respectivamente.

La deforestación, como resultado de la tala y la conversión de bosques en tierras de cultivo, contribuye a 20 por ciento de las emisiones anuales de gases invernadero, en parte responsables por el recalentamiento global, cifra superior a la correspondiente al sector del transporte.

Europa es el principal mercado de exportación para la madera rusa, africana y de la cuenca del Amazonas. Se cree que 80 por ciento de la que proviene de esta última es de árboles talados sin autorización.

En 2003, la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque regional, adoptó un plan de acción para evaluar qué leyes eran necesarias para complementar los acuerdos voluntarios con los países productores de madera.

Tendría que haber formulado su propuesta en julio pero postergó el anuncio para algún momento de septiembre. La portavoz de la Comisión para temas ambientales, Barbara Helfferich, dijo que la demora se produjo por "problemas de agenda" y que no hubo "mayores discrepancias políticas" entre los funcionarios sobre el contenido y alcances de la legislación.

Sebastien Risso, un activista de Greenpeace, dijo que los acuerdos voluntarios pueden ser un "instrumento útil" para ayudar a los países a manejar mejor sus recursos forestales, pero que "parecen ser insuficientes", lo que hace necesaria la legislación.

Greenpeace reclama que las leyes coloquen la carga de la prueba sobre las compañías involucradas en el comercio de la madera, para que demuestren que no proviene de la tala ilegal, y que deben establecerse sanciones para las que no cumplan las disposiciones.

También busca que se aplique un sistema estandarizado para controlar productos y verificar que emplean madera cortada legalmente. Se aplicaría al papel, los envases y a la madera destinada a la construcción y fabricación de muebles.

Iola Riesco, del grupo ambientalista Fern, señaló que hubo avances en los últimos años en Ghana, donde se dio a los activistas mayor participación en el control de cómo se manejan los bosques.

Sin embargo, advirtió que "es demasiado pronto" para decir si el acuerdo entre ese país africano y la UE llevará a que ingrese al bloque regional menos madera talada ilegalmente.

Ralph Ridder, del Instituto Forestal Europeo, dijo que "Europa ha hablado por años de salvar los bosques del mundo, pero ha demandado cada vez más cantidad de madera barata, ofreciendo un mercado lucrativo para las exportaciones ilegales de países muy pobres".

Ahora, sin embargo, "los consumidores están preocupados por la deforestación, por lo que la UE buscó estos acuerdos voluntarios con las naciones productoras", afirmó.

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