Cuando la estadounidense Michelle May volvió de sus vacaciones en Irán, los funcionarios aduaneros del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York la sometieron a un intenso interrogatorio y registraron minuciosamente su equipaje.
May preguntó la causa del control tan inusual. Uno de los funcionarios le respondió, aludiendo a los iraníes: "Son los que nos atacaron."
"Me dio vergüenza como estadounidense pensar que hay gente en mi país que sigue confundida sobre quiénes fueron responsables de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington", dijo May a IPS.
Menos de 1.000 estadounidenses visitan Irán cada año.
Durante su viaje de 10 semanas, en junio y julio, May colocó en Facebook, la red social de Internet, fotos suyas con iraníes comunes y corrientes. Muchos internautas dejaron comentarios.
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Los estadounidenses no pueden viajar a Irán sin la compañía constante de un guía aprobado por el gobierno en Washington. Esta turista eludió la norma porque utilizó su pasaporte irlandés.
May, de 35 años, visitó 48 países en los últimos 10. En su último periplo recorrió diversas regiones iraníes, como la costa septentrional sobre el mar Caspio, la frontera con Turkmenistán, el Kurdistán y Baluchistán.
IPS: — ¿Cómo fue recibida en el aeropuerto internacional de Teherán, en tanto que estadounidense, y en el de Nueva York?
MICHELLE MAY: — En Teherán pasé rápido por el mostrador de migraciones y por la aduana. Iba con compañeros de viaje que me ayudaban a cargar mi equipaje. Las funcionarias con velo sonrieron amables.
En cambio, en el aeropuerto de Nueva York me trataron como si fuera sospechosa. Un funcionario llegó a preguntarme si el gobierno de Estados Unidos me había dado "permiso" para ir a Irán.
De hecho, no necesito ningún "permiso" del gobierno para visitar Irán. Pasé por más de 100 aduanas en mi vida y nunca fui registrada hasta ahora. Eso me hace pensar que me trataron así solo porque fui a Irán.
— ¿Que opinan los iraníes de Estados Unidos y de los estadounidenses?
— Varias veces, iraníes con distintos estilos de vida me dijeron que "aman" a los estadounidenses y que ansían tener buenas relaciones con ellos. Nunca dejé de sentirme bienvenida ni segura. De hecho, la mayoría de la gente con la que estuve parecían "orgullosas" de mi compañía, a falta de una palabra mejor. A muchos les gustaría que hubiera más turistas estadounidenses.
— ¿Qué piensan de las relaciones entre Estados Unidos e Irán?
— Muchos me dijeron que independientemente de que concuerden, o no, con el gobierno Estados Unidos, su opinión al respecto no incide en su forma de percibir al pueblo estadounidense.
Varios me dijeron que lamentaban no poder tener más vínculos con los estadounidenses por las restricciones para el visado en ambos países, que impiden en buena medida el turismo.
— Por ser mujer debió cubrirse con un pañuelo. ¿Cómo se sintió por eso? ¿Cómo lo viven las mujeres de distintas regiones de Irán?
— Al cabo de dos meses, me acostumbré y le encontré beneficios, al igual que muchas musulmanas. Sirve para disuadir a hombres indeseados, es una protección contra el sol intenso y, por último, te ahorra el molesto trabajo cotidiano de pensar qué te vas a poner.
El uso del pañuelo cambia según la zona. En algunas partes del Kurdistán y de Sistán-Baluchistán, la prenda es mucho más colorida y casual. En cambio, en las ciudades, la mayoría son negras, aunque muchas veces utilizan más bien mantillas muy ajustadas.
Además, usan mucho maquillaje y suele verse un mechón aclarado que escapa al velo. El pañuelo iraní queda sujeto a la interpretación personal, a diferencia de otros países de la región.
— Usted viajó a Sistán-Baluchistán, donde organizaciones militantes como la sunita Yundalá han realizado numerosos secuestros. ¿No tuvo miedo?
— Todo el mundo me decía que había razones para temer, pero además que, si la solicitaba, tendría custodia policial cada vez que saliera de mi alojamiento y también si decidía trasladarme de una ciudad a otra. Fui y resultó cierto. La policía se aseguró de que no me pasara nada.
— ¿Qué piensan en Irán de esas organizaciones?
— Aquéllos con los que hablé tenían miedo. Nadie viaja a esa zona a causa de esos grupos. Algunos piensan que Estados Unidos los financia.
— ¿Los iraníes siguen la campaña electoral de Estados Unidos?
— Sí. Muchos sienten que (el virtual candidato presidencial del opositor Partido Demócrata Barack) Obama es un hombre de paz y, por lo tanto, la persona adecuada, pero otros prefieren al (del gobernante Partido Republicano John) McCain por su "mano dura".
Me sorprendió encontrar gente a favor de las intervenciones estadounidenses en Afganistán e Iraq, aunque muchos se lamentaron por ellas. Saben que el resultado de las elecciones estadounidenses de noviembre los va a afectar.
— ¿Qué piensa el público del gobierno iraní y, en particular, del presidente Mahmoud Ahmadineyad?
— Muchos me dijeron que no se sentían representados por Ahmadineyad y que desde que llegó al poder, el país retrocede y no están bien económicamente. Pero no sólo lo culpan a él. La mayoría responsabilizó a los mulá (clérigos chiitas), porque creen que son quienes realmente tienen el poder.
—¿Cuán religiosa es la gente común en las diferentes ciudades?
— La mayoría de la gente con la que estuve no se consideraba "muy religiosa". Aman al Islam y al Corán, aunque no vayan a la mezquita todos los días. Entre los más jóvenes, ni siquiera encontré muchos que rezaran a diario.
La "gente muy religiosa" con la que me reuní fue muy amable y abierta conmigo. Parecían muy tolerantes.
— ¿Cuáles son las grandes diferencias que encontró entre Irán y los países vecinos?
— Según lo que me dijeron, los chiitas son más modernos en su forma de vestir y más flexibles en su interpretación de la religión que los sunitas.
Las mujeres cumplen un papel más activo en las sociedades chiitas y, al parecer, componen una mayor parte de la población activa en comparación con la de otros países de la región que visité.
De noche hay mucho movimiento. Los parques están llenos de familias que salen a comer y a escuchar música. Las mujeres salen hasta tarde, se ríen y se divierten. Incluso fuman narguile.