Israel ha vuelto a romper sus compromisos internacionales con la inminente construcción de 1.761 viviendas ilegales para colonos judíos en territorio palestino, informó la organización nacional de derechos humanos Paz Ahora.
Los planes de expansión de nuevos asentamientos, en especial en Jerusalén oriental, ignoran las promesas de congelarlos realizadas por el gobierno israelí el año pasado en la cumbre de Annapolis, Estados Unidos, que relanzó el proceso de paz en Medio Oriente.
"Una vez más, este gobierno ha mostrado que sus compromisos carecen de significado y que no tiene intenciones de cumplirlos", señaló Paz Ahora.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, advirtió en repetidas ocasiones que la construcción o expansión de asentamientos judíos en Cisjordania viola el derecho internacional y los compromisos de Israel en el marco de la llamada "hoja de ruta" hacia la paz.
Esa "hoja de ruta" consiste de una serie de medidas propuestas en 2002 por el presidente estadounidense, George W. Bush, luego desarrolladas por el "cuarteto" integrado por Estados Unidos, la ONU, Rusia y la Unión Europea.
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Ban volvió a urgir a Israel a congelar la expansión de los asentamientos y desmantelar los construidos desde marzo de 2001.
La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, expresó su preocupación al respecto esta semana, en su más reciente visita a Israel.
"Es importante contar con un clima de confianza", declaró Rice el martes, luego de reunirse con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, en la ciudad cisjordana de Ramalá.
"Estados Unidos cree que los asentamientos y anuncios que se están realizando tienen un efecto negativo en la atmósfera de las negociaciones", afirmó.
No se debe permitir que las nuevas construcciones den forma a la futura frontera entre Israel y los territorios palestinos, que todavía se encuentra en discusión, advirtió Rice.
"Estados Unidos no permitirá que estas actividades tengan ningún efecto en la etapa final de las negociaciones, incluidas las relativas a la frontera definitiva", aseguró.
Las Convenciones de Ginebra, adoptadas en 1949, prohíben a texto expreso la transferencia de población civil a los territorios ocupados.
La autoridad de tierras israelí publicó a comienzos de este mes el llamado a licitación para la construcción de 130 nuevas unidades de vivienda en Har Homa, en el área de Jerusalén oriental, zona ocupada por Israel durante la Guerra de los Seis Días de 1967.
En ese barrio ya existen 500 viviendas en construcción actualmente y otras 240 en Maaleh Adumin.
En forma simultánea, las autoridades israelíes publicaron un llamado a licitación para construir más de 300 departamentos en el asentamiento de Beitar Illit en Cisjordania, cerca de la ciudad de Belén.
Esto se suma a la aprobación a principios de año de la construcción de 750 casas en Givat Zeev, al noroeste de Jerusalén, y otras 100 en el asentamiento Ariel, en Cisjordania, donde viven alrededor de 430.000 colonos judíos.
Según el grupo B'Tselem, el Estado judío estableció 135 asentamientos en Cisjordania, que han sido reconocidos por el Ministerio del Interior. Se habían establecido 16 en la franja de Gaza, pero fueron desmantelados en 2005 cuando Israel se retiró de ese territorio.
La expropiación de tierras a los palestinos ha generado actos de desobediencia civil, en un intento por retener las parcelas que aún no han sido confiscadas.
Los habitantes de las aldeas de Bil'in y Ni'ilin, cerca de Ramalá, junto con activistas internacionales y ciudadanos israelíes, han realizado protestas semanales en las que hubo algunos muertos, heridos y arrestos.
El 7 de julio, un soldado israelí disparó en el pie a el activista palestino Ashraf Abu Rama, conocido como el Che Guevara cisjordano, mientras estaba atado y vendado.
Las expropiaciones de tierras redujeron la superficie de Ni'ilin de las 5.700 hectáreas que tenía en 1948 a aproximadamente 1.000 hectáreas en la actualidad.
Bahjat Mesleh, un agricultor de Ni'ilin, perdió alrededor de 7,5 hectáreas de tierra para hacer lugar a la construcción del muro de separación entre Israel y Cisjordania.
"Esto me ha costado unos 25.000 dólares. Pero soy más afortunado que otros agricultores, ya que pude continuar manteniendo a mi familia trabajando como maestro. No todos han logrado encontrar otro medio de vida", dijo a IPS.
Según la organización B'Tselem, "Israel ha robado miles de hectáreas a los palestinos, a quienes prohíbe usar esas tierras e incluso ingresar a ellas. Emplea los asentamientos para justificar numerosas violaciones a los derechos de los palestinos, entre ellos el derechos a la vivienda, a ganarse la vida y a la libertad de movimiento".