Los deportistas de Australia esperan tener un buen desempeño en los Juegos Olímpicos de Beijing, que comenzarán este viernes. Pero no les saldrá gratis.
"Siempre dijimos que queríamos estar entre los cinco primeros del medallero en Beijing", declaró Fiona de Jong, directora del Comité Olímpico Australiano.
Esa aspiración es ahora la norma del equipo olímpico de este país, con exitosos antecedentes en el gran torneo mundial: ocupó el cuarto lugar del medallero en los últimos dos Juegos Olímpicos, con 17 medallas de oro en Atenas 2004 y 16 en Sydney 2000.
Su tradición olímpica se remonta a los primeros Juegos de la era moderna, los celebrados en Atenas en 1896. En aquella oportunidad, con dos medallas de oro y dos de bronce, terminó octavo en el medallero.
Pero el éxito no fue constante.
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Australia estuvo en los 10 primeros lugares del medallero de los Juegos Olímpicos de 1952 a 1972, pero por debajo en los de Montreal, Canadá, de 1976.
Su mejor rendimiento fue en los Juegos de Melbourne, en 1956, en los que obtuvo 13 medallas de oro, y el peor en México, en 1968, de donde regresó con cinco oros.
En 1976, los atletas australianos no obtuvieron ni un triunfo. Volvieron a casa con una medalla de plata y cuatro de bronce. El fracaso australiano en Montreal propició un análisis de cómo se percibe y se gestiona el deporte.
Hasta los años 70, Australia basó sus éxitos sobre los deportistas aficionados, recordó el director del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Tecnología de Sydney, Richard Cashman.
Eso implicaba la "confianza en el crecimiento del talento natural. Pero el mundo se volvió más profesional, comercial", mientras equipos como la hoy disuelta República Democrática Alemana "introdujeron muchas drogas y fármacos. Australia sencillamente no pudo mantener el ritmo", explicó.
Los años 70 fueron testigos de la "muerte del amateurismo, que pereció sin llanto", apuntó Cashman. "También el surgimiento del tenis profesional y la competencia World Series Críquet, creada por Kerry Packer", un magnate australiano.
Tras la desilusión de Montreal, se creó en 1981 el Instituto de Deporte Australiano, "una de las razones más importantes de la mejora en el rendimiento australiano hasta la fecha", sostuvo Cashman.
Antes de 1976 ya se habían implementado medidas para mejorar el rendimiento deportivo australiano.
Un informe elaborado en 1973 recomendó al gobierno crear un instituto similar a los existentes en Europa. Otro estudio, redactado en 1975, volvió a recomendar su creación.
El pésimo rendimiento de Montreal fue el catalizador para conseguir el apoyo popular que permitió crear el Instituto de Deporte Australiano.
Los dos partidos políticos mayoritarios respaldaron la creación del instituto, así como el público, que contribuiría a su financiación con sus impuestos.
"La gente se dio cuenta de que los atletas australianos directamente no podían competir sin mejor preparación, entrenamiento y viajes y votaron que parte de sus fondos se destinaran a los deportistas de elite", indicó.
En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984, Australia mejoró mucho, pues obtuvo cuatro medallas de oro entre las 24 que disputaba. El gobierno reconoció el logro y lo reflejó en el presupuesto federal de 1985-1986, que incluyó un aumento de 60 por ciento en los fondos destinados al Instituto de Deporte Australiano.
El patrón se mantuvo desde entonces.
La Comisión Deportiva Australiana es la agencia federal responsable de la gestión y la financiación del Instituto de Deporte.
De los más de 247 millones de dólares asignados a la Comisión Deportiva en 2008-2009, más de 140 millones iban dirigidos al entrenamiento de atletas de elite.
Australia tiene suficiente dinero como para impulsar el deporte y lo que gasta es vital para el éxito de sus atletas de mayor nivel, arguyó Cashman.
"Antes que nada, hay que tener dinero para invertir en deporte", señaló.
La inversión deportiva también fue el elemento clave de la mejora en el rendimiento de los atletas chinos.
En todos los Juegos Olímpicos desde 1992, China se ubicó entre los cuatro primeros puestos del medallero y es el único país del área Asia-Pacífico que en las últimas competencias ganó más medallas que Australia.
La importancia del factor económico fue puesta de relieve por el presidente del Comité Olímpico Australiano, John Coates, cuando a principios de este año advirtió que este país puede dejar de estar entre los cinco mejores del medallero, de no reforzarse la financiación.
"Tendrán que buscar más dinero si quieren que estemos" entre los cinco primeros del medallero, declaró Coates en mayo.
Hubo otros factores que desempeñaron un papel importante en el buen rendimiento deportivo.
"Una razón clave es la larga trayectoria de éxitos" y el hecho de participar en todas las competencias olímpicas, según Cashman.
La federación de varias ex colonias británicas en la Mancomunidad de Australia en 1901 coincidió con el creciente interés por los deportes olímpicos.
Deportes olímpicos como natación y atletismo, en los que Australia obtuvo grandes triunfos, le dieron la oportunidad a este país de "pavonearse ante el mundo", señaló Cashman.
Eso se corresponde con un tipo de atracción diferente a la ofrecida por otros deportes como el críquet y el fútbol australiano, apuntó en referencia a esas disciplinas típicas de este país.
Esos son "deportes identificados con la nación australiana", dijo a IPS.
La cultura deportiva de este país también es fuerte.
Aquí, y en especial en Melbourne, todos los recintos deportivos están "ubicados en el centro de la ciudad y tienen una gran presencia", subrayó Cashman.