CHINA: Capitalismo con sello propio

Como una de las físicas nucleares del Proyecto Manhattan, Joan Hinton inspira respeto. En 1948 se mudó a China y participó en la Revolución Comunista. Hoy, a los 86 años, trabaja en una granja lechera cerca de Beijing, con su sentido del humor intacto pese a la apoplejía que sufrió hace 10 años.

"Proyecto Manhattan" fue el nombre en clave de la investigación que Estados Unidos acometió durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) para fabricar la bomba atómica.

IPS dialogó con Hinton en Japón, donde actualmente está de visita, y que es el único país en haber sido atacado con bombas nucleares. Característicamente irreverente, la científica dijo que la situación de derechos humanos en China ahora es peor que bajo la presidencia de Mao Zedong (1949-1976), y se declaró "contenta de estar lejos de Beijing durante los Juegos Olímpicos".

IPS: — ¿Por qué se mudó a China?

JOAN HINTON: — Decidí que tenía que abandonar Estados Unidos, porque mi gobierno tomó la decisión de tirar la bomba nuclear sobre Japón. También quise averiguar cómo los comunistas chinos derrotaron a Japón y a los nacionalistas chinos —que eran apoyados por Estados Unidos— cuando todo lo que tenían era mijo y rifles. Pasé el resto de mi vida allí trabajando en maquinaria agrícola para ayudar a las personas a tener una vida mejor. La gente mira para otro lado cuando digo que trabajo en agricultura, pero es tan difícil como lo que hacía antes, cuando trabajaba con muchos físicos.
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— ¿China todavía es un país comunista?

— No, es capitalista con características chinas. Desde la muerte de Mao todo cambió. No es comunista en absoluto. El pueblo no apoya al Partido Comunista como antes. Ahora la gente sólo quiere hacerse rica. Comenzó a volverse capitalista con las reformas económicas de Deng Xiaoping (1978-1997). Él traicionó la causa socialista. Habría sido tremendo si Mao lo hubiera vivido.

Hay una diferencia cada vez mayor entre los pobres y los ricos. Los campesinos chinos se están defendiendo y hay mucho descontento. Uno no oye sobre eso porque no está en los periódicos. Es triste, así que se necesita tener un sentido de la historia y del humor.

— Mao falleció en 1976. ¿Todavía quedan maoístas en China?

— Sí, pero la mayoría de ellos están en las áreas rurales. Tienen imágenes de Mao en sus hogares.

— ¿Usted se ve a sí misma como maoísta?

— Yo todavía soy maoísta… y lo fui 100 por ciento tras la Revolución Cultural.

— ¿Cree usted que China se ha desarrollado más rápidamente a causa de las reformas?

— No, habría crecido más rápidamente bajo el gobierno de Mao porque él tenía la capacidad de movilizar a la gente para trabajar.

— ¿Le parece que Occidente retrata a Mao de una manera justa?

— No, es propaganda. Mao fue una persona estupenda, liberó a todo el pueblo y no es un monstruo en absoluto. Tengo mucho respeto por él.

— Como parte del Proyecto Manhattan, ¿usted presenció la primera explosión nuclear que ocurrió en la historia?

— Sí, vi explotar la primera bomba de prueba en 1945, en Nuevo México, en el desierto de Jornada del Muerto. Primero sentí el calor, luego sentí como si estuviéramos en un mar de luz, y luego estuvo este horrible resplandor púrpura que subía y subía. Vaporizó las nubes. Se veía tan hermoso. Entonces, de repente, el sonido nos alcanzó y fue un estruendo que retumbó una y otra vez.

Fue justo después de que Alemania se rindió y Estados Unidos dijo que había decidido usar la bomba para salvar vidas estadounidenses, pero en realidad fue para evitar que la Unión Soviética ingresara a Japón.

— ¿Sabía usted que la bomba iba a ser arrojada sobre Hiroshima y Nagasaki?

— No, no sabíamos que se usaría sobre personas, pensábamos que se iba a usar en una isla para asustar a la gente. Dos semanas después vimos una película sobre lo que pasó en Japón.

— ¿Qué hizo usted luego de abandonar el Proyecto Manhattan?

— Luego de eso fui a Washington, a las embajadas y lugares que luchaban por salvar al mundo. Ellos censuraron toda mi correspondencia y todo lo demás. En ese momento me di cuenta de que no existía la física pura. Era como construir una bicicleta: cualquiera puede montarla, pero tiene que saber hacia dónde está yendo. Yo aprendí a partir de la experiencia.

— ¿Qué le parece que China tenga armas nucleares?

— Primero estuve feliz. Inicialmente, Estados Unidos era el único país que las tenía. China tuvo que obtenerlas para usarlas como disuasor. Pero ahora muchos países las tienen y las usarán. Israel nunca admitió tenerlas. Sin embargo, el recalentamiento planetario es aún peor, y puede destruirnos antes que las armas nucleares.

— ¿Qué opina sobre los derechos humanos en China?

— Están muy mal. La gente podía hablar más libremente cuando estaba Mao.

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