Con un área de influencia de 520 kilómetros cuadrados, el ciclón Gustav podría causar severos daños a Cuba por la incidencia de sus vientos y rachas huracanadas, intensas lluvias y fuertes marejadas y penetraciones del mar, que afectan ya a varias zonas de la costa sur de esta isla del mar Caribe.
Estamos ante un huracán "muy peligroso para todas las provincias occidentales" de Cuba, afirmó en la mañana de este sábado José Rubiera, jefe del Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba, en una transmisión a todo el país por la televisión estatal.
Al menos 78 personas han muerto en el Caribe a causa de Gustav, la séptima depresión tropical de la actual temporada ciclónica que se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre. De momento, se cuentan 59 víctimas fatales en Haití, 11 en Jamaica y ocho en República Dominicana.
Gustav alcanzó la categoría tres, con vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora, según el reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Los pronósticos cubanos prevén que llegue inclusive a la categoría cuatro de la escala de Saffir-Simpson de cinco niveles, con vientos de hasta 250 kilómetros por hora, con el agravante de tratarse de un huracán "muy grande".
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Tras pasar por esta isla e internarse en el Golfo de México hacia Estados Unidos podría seguir intensificándose y llegar a la categoría la cinco, máxima de ciclón tropical, con vientos superiores a los 250 kilómetros por hora. Gustav podría tocar territorio estadounidense en la sureña Nueva Orleans, una ciudad que aún no se recupera de la catástrofe provocada por Katrina el 29 de agosto de 2005.
"Los vientos con fuerza de huracán se sentirán durante varias horas" en las provincias occidentales de Cuba, habrá lluvias intensas e "inundaciones costeras de importancia" en el sur de estos territorios, aseguró Rubiera y recordó una situación similar provocada por el huracán Charley.
Aquel ciclón atravesó la isla el 13 de agosto de 2004 con vientos máximos sostenidos de 170 kilómetros por hora y provocó daños estimados en más de 1.000 millones de dólares. El huracán, que alcanzó la categoría cuatro después de abandonar territorio cubano, prácticamente barrió con los poblados costeros de Cajío y Guanimar, en el sur de la provincia de La Habana, vecina de la capital.
En aquella ocasión, las autoridades evacuaron a unas 215.000 personas en el occidente, sobre todo las que habitaban viviendas en mal estado o zonas costeras bajas, amenazadas por el mar.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, instruyó a la dirección de la Defensa Civil de Ciudad de La Habana a extremar medidas para evitar pérdidas humanas y reducir al mínimo los daños materiales, teniendo en cuenta una posible "situación inusual", por la formación de una nueva tormenta tropical, Hanna, al este de Cuba.
El Estado Mayor de la Defensa Civil decretó alarma ciclónica para la provincia de Pinar del Río y la Isla de la Juventud y alerta en las provincias de La Habana, Ciudad de La Habana y Matanzas. Otras tres provincias orientales se mantienen en alerta ciclónica y tres más en fase informativa.
"No se puede actuar en la protección y la evacuación de manera mecánica por el solo hecho de que esté en un plan, sino que todo se hará luego de un análisis previo basado en la evaluación de riesgo que tiene cada territorio", afirmó el coronel Ángel Puig, jefe del Departamento de Operaciones del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil.
Según Puig, el plan "se ejecutará de manera escalonada" y de acuerdo a los riesgos.
Los ciclones tropicales han sido identificados como el mayor peligro de origen hidrometeorológico que enfrenta Cuba por los elementos asociados, como avances del mar o marea de tormenta, intensas lluvias y fuertes vientos.
Datos del Estado Mayor de la Defensa Civil de inicios de esta década, calculan que la "población vulnerable en áreas de peligro" está compuesta por 2,15 millones de personas en este país de 11,2 millones de habitantes.
Unas 920.000 personas son vulnerables a la ruptura de embalses artificiales de agua, 650.000 enfrentan el peligro de derrumbe de sus viviendas, 540.000 están amenazadas por inundaciones y 45.000 por deslizamientos de tierra. En Cuba existen 6.834 asentamientos humanos en los que vive 92 por ciento de la población.
Reportes de la prensa cubana desde diferentes territorios del país aseguran que unas 190.000 personas han sido trasladadas sólo en Pinar del Río, a unos 140 kilómetros de La Habana, mientras el poblado pesquero de Cocodrilo, en la sureña Isla de la Juventud, fue totalmente evacuado.
Asimismo, las autoridades pinareñas están recomendando a aquellas familias que viven en edificios de más de cinco pisos de altura, bajar a las segundas y terceras plantas.
Entre las medidas tomadas en el occidente cubano está el traslado a sus hogares de la gente que se encontraba de vacaciones en playas y bases de campismo, y la evacuación de unos 1.200 turistas que se encontraban en Cayo Largo del Sur a Varadero, a 140 kilómetros de La Habana.
Gustav se movía a una velocidad de 22 kilómetros por hora. De mantener esas condiciones, afectaría la Isla de la Juventud y pasaría por el occidente cubano este sábado por la noche y el domingo.