ALIMENTACIÓN: Crisis agravada por comida desaprovechada

La crisis alimentaria mundial, que fue motivo de disturbios y manifestaciones en más de 30 países en desarrollo a comienzos de este año, se agrava por el excesivo consumo y la comida desaprovechada.

"La obesidad es un problema mucho mayor que la desnutrición", sostuvo Jan Lundqvist, del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI).

El académico indicó que hay 850 millones de personas en todo el mundo que sufren de hambre e inanición, contra más de 1.200 millones que son obesas o tienen sobrepeso, lo que puede causar una gran variedad de problemas de salud, como diabetes y enfermedades cardiacas.

En el marco de la Conferencia Internacional del Agua que se realiza hasta este viernes en la capital sueca, Lundqvist dijo a periodistas que "mejorar la productividad del agua y reducir la cantidad de comida desaprovechada puede darle una mejor dieta a los pobres y suficientes alimentos a las crecientes poblaciones".

Un estudio titulado "Ahorrando agua", divulgado en Estocolmo, señala que mientras el riesgo de desnutrición se reduce con un mayor suministro de alimentos, y garantizando el acceso, el riesgo de sobrealimentación y de desperdicio de comida aumenta cuando la comida se vuelve más abundante en algunas sociedades.
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En Estados Unidos, cerca de 30 por ciento de los alimentos, por un total de 48.300 millones de dólares, son tirados a la basura todos los años solamente en los hogares.

"Es como dejar el grifo abierto y verter 40 billones de litros de agua en el tacho de basura, suficiente para satisfacer las necesidades domésticas de 500 millones de personas", señala el estudio elaborado en forma conjunta por el SIWI, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Instituto Internacional de Administración de Agua (IWMI).

El trabajo señala que la comida desaprovechada es igual a agua desaprovechada, debido a la gran cantidad del líquido usada en los cultivos y el procesamiento de los alimentos.

John Anthony Allan, del King’s College de Londres, es autor del concepto "agua virtual", referido al líquido consumido por las personas no solamente cuando beben o se bañan, sino también cuando adquieren alimentos.

El concepto busca medir el agua usada en la producción y en el comercio de alimentos, desde el campo de cultivo hasta la mesa de un hogar.

Una tasa de café, por ejemplo, representa 140 litros de agua usados para cultivar, producir, empacar y transportar los granos.

Una sola hamburguesa requiere unos 2.400 litros de agua, un kilo de carne vacuna consume 15.000 litros, una rebanada de pan blanco 40 litros y un kilo de queso unos 5.000 litros.

"Me sorprendí mucho con estos números. Llaman la atención de todos", dijo Allan a IPS. Las cifras son el resultado de una investigación científica realizada por expertos en Holanda.

Charlotte de Fraiture, investigadora del IWMI, señaló que la mitad del agua usada para producir alimentos en el mundo se pierde o desaprovecha.

"Frenando esas pérdidas y mejorando la productividad ganan todos: los granjeros, los empresarios, los ecosistemas y el problema del hambre mundial", añadió.

Una efectiva estrategia de ahorro de agua necesita que se ubique en la agenda política el problema del desperdicio de alimentos, añadió.

El SIWI señala que una reducción de 50 por ciento de las pérdidas y del desaprovechamiento en la cadena de producción y consumo es una meta necesaria y alcanzable.

Mientras, un informe divulgado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señala que mientras en Gran Bretaña cada persona utiliza 150 litros de agua por día, consume unas 30 veces más en "agua virtual" en alimentos, ropas y otros artículos, equivalentes a 58 bañeras llenas todos los días.

El estudio, titulado "La huella del agua en Gran Bretaña: el impacto del consumo británico de alimentos y fibras en los recursos de agua mundiales", indica que ese país europeo es el sexto mayor importador de agua.

"Sólo 38 por ciento del uso total de agua en Gran Bretaña procede de sus propios ríos, lagos y reservas subterráneas", señaló el experto Stuart Orr, del WWF.

Orr indicó que el WWF estimula a algunas de las principales compañías en Gran Bretaña a evaluar sus huellas de agua.

Según esa organización, un simple tomate de Marruecos requiere de 13 litros de agua para ser cultivado, mientras que una camisa de algodón de Pakistán o Uzbekistán necesita más de 2.700 litros de agua. El experto indicó que la mayoría de los consumidores no están al tanto de esta situación

"Por tanto, es esencial que los empresarios y el gobierno identifiquen las áreas que podrían potencialmente sufrir crisis de agua y desarrollar soluciones para que no haya una sobreexplotación", añadió.

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