TELEVISIÓN-BRASIL: Mujeres hechas en serie

La imagen de mujer que fabrica la televisión comercial brasileña superó todos los límites, convirtiéndose en ética y moralmente indefendible, con el agravante de que, con la exportación de seriales, el fenómeno adquiere dimensiones planetarias.

Quienes sostienen esta postura ante la consulta de IPS en Lisboa son las brasileñas Mercedes Lima, de "Rede da Ariculação Mulher&Mídia", y Terezinha Vicente Ferreira, del "Observatório da Mulher", que el fin de semana pasado participaron en el Congreso Feminista de Portugal.

Después de participar del congreso de tres días que finalizó el sábado, ambas dirigentes de esas organizaciones no gubernamentales decidieron quedarse unos días en Portugal para visitar un poco el interior de "este país, que tanto tiene que ver con Brasil".

Ferreira lanza algunos números del espectro cultural brasileño: 9,6 por ciento de analfabetos totales, 23,6 por ciento de iletrados funcionales, 38 por ciento de personas que no leen revistas, 48 por ciento que no leen diarios y solo 15 por ciento con acceso a Internet.

En un país con tal número de analfabetos, con el tamaño que la televisión tiene en la creación y mantención de valores de la sociedad, "se puede imaginar y hasta es posible calcular la influencia que ejerce sobre la política y el peso que tiene en el sistema de representación democrática", subraya.

En medio de "este desolador panorama", la televisión "entró en las casas, es la ‘niñera electrónica’ a quien se confían los hijos, es la competidora o auxiliar de los maestros de escuela, algo que podría se la ventana hacia el mundo", explica la activista.

Lima refuerza el concepto al señalar que, cuando trata la imagen de la mujer, "la perspectiva de la televisión brasileña es conservadora", utiliza el prisma de "la cultura occidental y judeo-cristiana, con la idea del paraíso perdido, de la culpa, del perdón y de la represión".

"El mundo contemporáneo habla de pluralidad y diversidad, pero la belleza en la televisión tiene un patrón único, con las gordas y gordos excluidos, en una clamorosa contradicción con el aumento de los obsesos en todo el mundo, divulgando un ideal de belleza física cuyo requisito básico es la delgadez", apunta Lima.

"Los medios de comunicación, especialmente la TV, refuerzan la discriminación cuando divulgan en su menú de programación una imagen de mujer estereotipada, llena de preconceptos, bastante distanciada de la realidad nacional", acotó.

Esta activista ofrece como ejemplo no sólo la dramaturgia, sino también los noticieros y los programas de humor, en los cuales "se ubica la mujer en papeles sociales seculares, como la maternidad, la sexualidad vigilada y reprimida, el compromiso obligatorio con el matrimonio y no su visibilidad profesional".

Los medios informativos brasileños contribuyen y refuerzan la discriminación de que la mujer desde siempre ha sido víctima "en los diversos campos del conocimiento, filosófico, artístico, científico e histórico", mostrando "la subordinación de la mujer en relaciones de poder con los hombres", acusa la dirigente.

Esta situación se registra en un país como Brasil, donde "las radios y la televisión abiertas operan en concesiones estatales, es decir en la misma categoría que los servicios de energía eléctrica, transportes ferroviario y rodoviario y aviación, entre otras", refuerza Ferreira.

A pesar de ser concesiones públicas, "los empresarios actúan como si fuesen ellos los propietarios de los canales, resultando un sistema de comunicaciones concentrado, que impide las manifestaciones de diversidad y pluralismo existentes en la sociedad brasileña", precisó.

Ferreira arrojó datos "más que preocupantes": las seis redes privadas nacionales de televisión, que cuenta con 138 grupos regionales afiliados y controlan 668 medios, entre televisiones, radios, discográficas y productoras de cine, "dirigidas por grupos familiares y una gran iglesia evangélica".

Denuncia en duros términos la promiscuidad con la política : "53 diputados y 27 senadores poseen directamente medios de comunicación, 40 estaciones de televisión afiliadas y 705 retransmisoras de la Red Globo, así como 128 estaciones de televisión y 1.765 repetidoras de otro origen, están en manos de políticos".

Según un estudio último de la Agencia Reportero Social, citado por las activistas la llamada "bancada de la comunicación" en el Congreso Nacional legislativo, representa 10 por ciento del hemiciclo de Brasilia "y un temible 33,3 por ciento en el Senado".

Este es el contexto donde se presenta la imagen de la mujer brasileña, de las seriales que dan vuelta al mundo, mostrándolas "sumisas, con buen comportamiento, lo cual es premiado al final de la historia que se narra con un buen casamiento", subraya Lima.

"Ahora las villanas, esas que tienen buena convivencia con su sexualidad, tienen un destino inevitable: mueren al final de la teleserie y, si es infiel, sea ella heroína o malvada, le serán encontradas formas de castigarla", acota.

"Ahora las villanas, esas que tienen buena convivencia con su sexualidad, tienen un destino inevitable: mueren al final de la teleserie y, si es infiel sea ella heroína o malvada, serán encontradas formas de castigarla", acota.

Otro aspecto resaltado por Lima es el de clase y etnia.

"Si es negra y pobre, frecuentemente es presentada como promiscua, mientras para las jóvenes blancas, lo mínimo que se les vislumbra como futuro es una promisoria carrera de modelo".

A este respecto, Ferreira comenta la apreciación de Lima recordando que "nuestra televisión tiene más rubias que la TV francesa".

La dirigente asegura que "la ausencia de la imagen y voz de un Brasil plural, multiétnico y multicultural hace que la mayoría del pueblo y sobretodo la mayor parte de las mujeres no se reconozca en los programas de televisión".

"Nosotras, que somos 52 por ciento de la población de Brasil, conformamos la holgada mayoría de la teleaudiencia, somos responsables nada menos que por 80 por ciento de las decisiones de consumo y estamos avanzando en los campos de educación y trabajo", indicó.

Sin embargo, "no vemos esto en la televisión, sino, en cambio, las mujeres ven cada día su autoestima rebajada por ese modelo irreal de fémina que la pequeña pantalla proyecta hacia el subconsciente", explicó Ferreira.

Trabajadoras, militantes políticas, activistas de organizaciones de la sociedad civil, "con autonomía sobre su cuerpo y situación profesional, con físicos y bellezas estéticamente diferenciadas, son muy escasas y, cuando mucho, tenemos mujeres en la cúspide de la carrera profesional, porque ‘pisotearon’ personas", deplora a su vez Lima.

Las mujeres de éxito de la dramaturgia televisiva brasileña lo han conseguido "porque el marido les ayudó en su actividad inicial o bien porque se casaron con millonarios", un retrato cargado de "preconceptos, bastante alejado de la realidad del cotidiano de la mujer brasileña", concluyó Mercedes Lima.

A su vez, la conclusión de Ferreira apunta que, pese a que la televisión "no inventa comportamientos y tendencias, decide a cuales dar visibilidad, legitimidad e importancia".

A partir de ahí, la televisión "impulsa estilos de vida y, a través de esos valores, vende productos, modelos de belleza y promesas de felicidad".

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe