SIDA: Seropositivos al frente de la lucha por la vida

Anuar Luna supo que había contraído el virus del sida hace 17 años. «Tuve que superar la culpa, el miedo y la vergüenza para convertirme en un dirigente de las personas que viven con VIH», relató este jueves en la inauguración de la Cumbre de Liderazgo Positivo «Viviendo 2008».

Luna es hoy uno de los principales activistas por los derechos de las personas con VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y de la lucha contra el sida en México.

A pesar de la influencia ganada desde mediados de la década pasada, las personas que viven con VIH (PVV) aún soportan estigma, segregación y criminalización por el contagio del virus del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

"Aunque se han alcanzado éxitos en acceso a medicamentos y tratamiento, el estigma y la discriminación opacan esos resultados", destacó el belga Peter Piot, director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), en la ceremonia de apertura.

El encuentro de dos días reúne a unos 350 delegados de entidades de PVV de todo el mundo y es auspiciado por organizaciones no gubernamentales, fundaciones, donantes y organismos internacionales.
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Las organizaciones de PVV se caracterizan por su elevada participación política.

Sus antecedentes se remiten a 1983 cuando, en una conferencia de salud en la ciudad estadounidense de Denver, un grupo de personas con VIH presentó una serie de principios en respuesta a su exclusión de reuniones nacionales y para lograr incidir en el diseño de políticas.

Este paso adquirió una dimensión internacional cuando 42 países suscribieron en París un documento que sirvió de base para la Declaración de Compromiso en la Lucha contra el VIH/Sida, adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 2001.

Luna, cofundador de la Red Mexicana de Personas que Viven con VIH-Sida, señaló que "un sentimiento de supervivencia nos ha llevado a las manifestaciones y a la lucha por nuestros derechos".

"En Paraguay tenemos una ley que permite prácticas discriminatorias", explicó a IPS María Ferreira, secretaria general de la Fundación Vencer, respecto de una norma específica sobre el sida.

"Queremos modificarla para que las personas con VIH no pierdan su trabajo por la enfermedad ni sean excluidas de las escuelas", dijo. La Fundación Vencer reúne a personas con VIH y es pionera de la lucha contra el sida en Paraguay.

La Cumbre de Liderazgo Positivo abordará el acceso universal a tratamiento, el apoyo a personas con VIH, las formas de prevenir la transmisión, los derechos sexuales y reproductivos y la criminalización del contagio.

Se trata de una de las muchas actividades previas a la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida que se llevará a cabo desde el 3 hasta el 8 de agosto en esta capital, con unos 25.000 científicos, delegados de organismos internacionales y de gobiernos de 150 naciones.

El informe mundial de Onusida correspondiente a 2007, presentado el martes, reveló que hay 33 millones de personas con VIH, que se contagian unas 7.500 por día y que mueren casi 5.000 a diario.

En América Latina 1,7 millones de personas tienen VIH y 63.000 fallecieron el año pasado. Además, 390.000 pacientes reciben terapia antirretroviral, pero otros 630.000 no tienen acceso a esos medicamentos que prolongan la vida.

"Una efectiva respuesta a la epidemia no será posible sin la activa participación de los enfermos", recalcó Piot.

En Uganda, con hay 1,2 millones de personas infectadas y sólo 600.000 bajo tratamiento antirretroviral, el problema más serio es la criminalización del contagio de VIH en el grupo de hombres que tienen sexo con otros hombres.

"Hay dos casos que aún no han terminado, si (los acusados) son encontrados culpables, pueden ser condenados a dos años de prisión", explicó a IPS Sam Mugisha, miembro de la Cruz Roja de Uganda.

"Es necesaria la presión internacional para cambiar las leyes, y eso no está sucediendo", declaró Mugisha, en cuya nación funcionan nueve organizaciones de lucha contra el sida.

Estudios presentados durante la primera jornada de la Cumbre de Liderazgo Positivo señalan un aumento de la persecución mediante leyes sobre sida y otras legislaciones.

La criminalización es contraproducente para la salud pública y no es una solución para contrarrestar la epidemia, afirman esos reportes. En Gran Bretaña, la judicialización de 250 casos derivó en la alteración completa de la vida de los afectados.

Para enfrentar esas reacciones, las organizaciones de PVV han recurrido a la formación de líderes.

Un estudio de opinión difundido en la cumbre asevera que 96 por ciento de los encuestados consideraron importante el ejercicio del liderazgo, 86 por ciento dijeron sentirse preparados para participar en actividades públicas y 71 por ciento contestaron que las redes de personas con VIH promueven la aparición de dirigentes.

La encuesta, efectuada en las primeras dos semanas de julio, se llevó a cabo en tres idiomas e incluyó 10 preguntas. Setenta por ciento de los consultados dijeron pertenecer a redes y 94 por ciento consideraron importante la voz de las PVV.

Esa cumbre sigue a las celebradas en Polonia, en 1999, en Trinidad y Tobago, en 2001 y en Uganda, en 2003. Las conclusiones serán presentadas a la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida.

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