Las ambulancias siguen sin entrar a la central aldea cisjordana de Ni'ilin, cerca de Ramalá, para evacuar enfermos y heridos. Los suministros y medicinas son escasos, mientras continúan los enfrentamientos entre jóvenes y el ejército israelí.
Los soldados israelíes rodearon la aldea y ordenaron a los habitantes a permanecer en sus casas. También se impidió el ingreso de la prensa, dijo la portavoz del Comité Ni'ilin para Resistir la Barrera de Separación, Salah Al Khawaja.
Sin embargo, tras la intensa cobertura de los medios y una reunión entre el Comité de la Aldea de Ni'ilin y las Fuerzas de Defensa Israelíes, un toque de queda fue levantado este martes por la mañana, después de cuatro días. Pero los jóvenes manifestantes se negaron a abandonar la resistencia.
El bloqueo fue ordenado por el ejército luego de los fuertes enfrentamientos el viernes entre soldados y cientos de palestinos, activistas internacionales e israelíes solidarizados con los aldeanos, que protestaban por la continua expropiación de sus tierras. Cuatro israelíes se encontraban entre los arrestados.
"El viernes, más de 20 manifestantes resultaron heridos por golpes, balas de goma y gases lacrimógenos", dijo a IPS en conversación telefónica Hindi Mesleh, uno de los organizadores de las protestas.
"Anoche, el ejército entró a la aldea a las 2.00 de la madrugada y comenzó a disparar bombas de sonido (destinadas a crear pánico) en frente de todas las casas", añadió.
Una portavoz del ejército israelí dijo que la aldea había sido puesta bajo un toque de queda indefinida debido a la "creciente violencia de los manifestantes".
El viernes, añadió, manifestantes lanzaron piedras e hicieron rodar neumáticos encendidos en fuego contra los guardias policiales fronterizos de Israel en la barrera de separación, hiriendo a una persona y dañando un jeep.
Los manifestantes, sin embargo, acusan a los soldados de brutalidad y de disparar sin necesidad. Varios jóvenes sufrieron heridas graves, como fracturas de cráneo.
Los aldeanos de Ni'ilin pelean contra lo que consideran una apropiación de tierras por parte de Israel. La localidad redujo su territorio de 5.700 hectáreas en 1948 a 3.300 en 1967, y ahora tiene apenas 1.000 hectáreas.
El ejército prevé establecer una base militar israelí en la tierra expropiada, así como continuar construyendo la barrera, pero ésta se está alejando de la llamada Línea Verde, reconocida internacionalmente, que separa a Israel de Cisjordania, y alejando a los granjeros de sus propios cultivos, a pesar de que un fallo de la Corte Suprema Israelí el año pasado ordenó al ejército a cambiar el derrotero de la muralla.
Según el derecho internacional y las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas, la continua construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos es ilegal. Hay aproximadamente 430.000 colonias judías en Cisjordania.
"Esto es tanto una violación al derecho internacional como a los derechos humanos", dijo a IPS Sarit Michaeli, portavoz de la organización humanitaria B'Tselem.
Este grupo y la organización israelí Yesh Din presentó una petición ante la Corte Suprema Israelí el mes pasado que permitió detener temporalmente el avance de la colonia judía de Ofra, cerca de Ramalá, y quitarle tierras a la aldea palestina de Ein Yabrud.
"El gobierno reconoció parcialmente la ilegalidad de las construcciones, lo que motivó el fallo temporal de la Corte. Estamos esperando un fallo final para la semana próxima", dijo Michaeli.
Organizaciones de derechos humanos han criticado particularmente a determinados colonos.
El rabino Avi Gisser incluso aceleró la construcción de asentamientos violando la ley judía, al ordenar que las obras continuaran siete días a la semana, incluso en el Sabbath (día de reposo), para que la conexión al agua y a la electricidad estuviera completa y los colonos pudieran ocupar las instalaciones antes de la intervención de la Corte.
Israel también fue duramente criticado por la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, durante su última visita.
"Creo que las acciones y los anuncios que se están realizando tienen un efecto negativo en la atmósfera para las negociaciones", dijo en conferencia de prensa.
Rice también expresó su frustración por el anunció del Ministerio de Vivienda israelí, mientras estaba en Jerusalén, de construir 1.300 casas más en Ramat Shlomo, un asentamiento en la tierra palestina de Jerusalén oriental.
Pero la canciller israelí Tzipi Livni dijo en respuesta a las críticas de Rice que su país no tenía una "agenda oculta" sobre los asentamientos en Cisjordania. Además, señaló que "las colonias no suponen un obstáculo para la implementación de la hoja de ruta para la paz".
Poco antes del viaje de Rice, el primer ministro israelí Ehud Omert aprobó un plan para construir 750 nuevas casas en el asentamiento de Givat Zeev, y otras 100 en la colonia de Ariel, en el norte de Cisjordania. Actualmente, 500 viviendas se están construyendo en Har Homa, y 240 en Maaleh Adumin, en Jerusalén oriental.
