ENERGÍA-BRASIL: Biodiésel iluminará comunidades amazónicas

El aceite de palmeras nativas como el tucumán, el ouricurí y el murumurú permitirá a poblados aislados en el interior profundo de la Amazonia brasileña disponer de electricidad, inaccesible por medios convencionales.

Un equipo de investigadores se apresta a poner en funcionamiento este año una planta de producción de biodiésel en Carauarí, municipio de 25.000 habitantes al que sólo se accede por vía fluvial o aérea, surcando 1.600 kilómetros de ríos o viajando 2,5 horas por avión desde Manaos, capital del estado de Amazonas, en el noroeste del país.

"Hay unas 10 especies prometedoras", es decir con "plantaciones naturales densas" y que ofrecen buena cantidad de aceite, pero se avanzó mas con el tucumán por su abundancia y por su cadena productiva parcialmente desarrollada, informó a IPS Roberto Figliuolo, especialista del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (INPA).

La población amazónica consume mucho la fruta del tucumán, pero aprovecha solo la pulpa, que se come cruda o frita en variadas formas, y bota el carozo que lleva adentro una almendra, la parte "más valiosa", con 40 por ciento de aceite, explicó.

Toneladas de la fruta en estado natural llegan a diario a Manaos, el principal mercado del producto, con 1,7 millones de habitantes. No es racional, porque 80 por ciento del peso, que corresponde al carozo, se transporta inútilmente desde lejos.
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Alterar esa cadena, instalando plantas para sacar y envasar la pulpa en el origen, abarataría el transporte y crearía más empleos e ingresos en las comunidades extractoras de tucumán, con un producto "más higiénico" y de mejor precio, señaló Figliuolo, coordinador del proyecto del biodiésel amazónico iniciado hace cinco años.

De esa forma, la fuente del aceite quedaría en las comunidades. "Es difícil convencer a los alcaldes y autoridades locales" de impulsar esa alternativa, única forma de llevar electricidad a las pequeñas comunidades remotas, donde "no es viable tender líneas de transmisión", reconoció.

En el estado de Amazonas, el más extenso en territorio y en bosques preservados de Brasil, hay 4.600 comunidades aisladas y solo 32 con electricidad, destacó Banny Barbosa, estudiante de química de la Universidad Federal de Amazonas.

Barbosa presentó su estudio sobre biodiésel de tucumán en la reunión anual de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia, que se celebró del día 13 al 18 de este mes.

En Carauarí son "más de cien" los poblados rurales de pocas familias, dijo a IPS Nelson Lacerda, secretario municipal de Medio Ambiente. Algunos un poco mayores, como Roque y Nova Esperanza, donde se desarrolla el proyecto de biodiésel, con cerca de cien familias cada una, solo disponen de luz eléctrica cinco horas en la noche.

Con el biodiésel sustituyendo al diésel o gasóleo mineral, esas comunidades podrán disponer de electricidad todo el tiempo.

El tucumán y el ouricurí ofrecen un aceite adecuado para la elaboración de biodiésel por su baja acidez, lo cual facilita la conversión, explicó Lacerda, químico que dejó el grupo investigador en Manaos y el curso de maestría para cuidar la ejecución de estas ideas en la alcaldía.

La principal dificultad, según él, es romper el "coco" (el carozo de forma redondeada) del tucumán.

La planta piloto está instalada, pero producir biodiésel exige un conjunto de medidas. El etanol para la catálisis de conversión del aceite ya se empezó a producir a partir de la caña de azúcar sembrada en "tierras ya deforestadas" de Carauarí.

Fue difícil conseguir equipos para la pequeña producción tanto de etanol como de biodiésel, transportados en partes desde São Paulo para su ensamblaje en la localidad, sin los técnicos especializados, recordó Figliuolo.

Y ahora faltan condiciones para producir el aceite suficiente para abastecer la central termoeléctrica.

Son escasos los recursos financieros y los técnicos para hacer biodiésel en la Amazonia. Pero es necesario, porque el diésel mineral, fuente de luz en las comunidades dispersas, implica grandes gastos en subsidios, encarece junto con el petróleo y el transporte, y su suministro puede cortarse algún día, argumentó el investigador.

"Cuando se compruebe la viabilidad técnica, económica y ambiental" de esas pequeñas plantas locales, la experiencia de Carauari se diseminará por la Amazonia, aprovechando la abundancia de frutos oleaginosos, confía Figliuolo.

El gobierno brasileño promueve hace algunos años el programa "Luz para todos", con el objetivo de llevar electricidad a millones de brasileños aún privados de sus beneficios. En las áreas más pobladas, la solución fue extender líneas de transmisión.

Pero para la Amazonia, con sus cinco millones de kilómetros cuadrados y su baja densidad demográfica, se buscan alternativas que exigen la producción local de energía, como la solar y la eólica o la termoeléctrica en base a residuos de madera y aceites de especies nativas.

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