EL SALVADOR: Impunes crímenes contra minorías sexuales

Karla Stefany, de 29 años, es travesti en El Salvador. Cuando tenía 20, un hombre con el que había tenido relaciones sexuales en un vehículo la golpeó y le descerrajó nueve disparos. Creyéndola muerta, la dejó tirada en la calle.

En 2002, fue herida nuevamente a manos de pandilleros por negarse a ser extorsionada. En esos tiempos era trabajadora sexual en las calles de San Salvador.

Hasta ahora, ninguno de los agresores ha sido condenado.

Karla, quien hoy trabaja en programas de apoyo a homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgéneros, prefiere mantener su identidad real en reserva por temor a represalias. Es una verdadera sobreviviente: a fines de la década del 90 se registraron al menos 20 asesinatos de miembros de esa comunidad.

Pero la situación ha empeorado. La ola de crímenes de odio a manos de personas intolerantes hacia la diversidad sexual incluyó "al menos 35 asesinatos" en lo que va de 2008, según Alexander Sánchez, presidente de la organización no gubernamental Gays sin Fronteras.
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"En este país, si eres travesti te asesinan, y si eres gay tienes que mantenerte oculto, casado y con hijos para sobrevivir. De lo contrario, la sociedad te rechaza", aseguró Sánchez a IPS durante la celebración del Día internacional del Orgullo Gay y Lésbico, en el centro de San Salvador.

Gays sin Fronteras ha documentado y presentado denuncias por esos asesinatos a la Policía Nacional Civil (PNC) y la Fiscalía Genera de la República (FGR). Pero sus miembros han sufrido en muchas ocasiones vejaciones y discriminación al hacerlo.

Los 400 participantes de la manifestación del sábado 28 de junio demandaban "respeto a su opción sexual", ante la mirada de cientos de capitalinos que se apostaron sobre las aceras.

El desfile, encabezado por una inmensa carroza decorada con la bandera del arco iris, incluía decenas de homosexuales y travestis vestidos de porristas, con minifalda, pelucas y calzado extravagante que bailaban música tropical.

La bandera de seis coloridas franjas es el símbolo mundial del orgullo gay y lésbico desde finales de la década del 70, inicialmente en Estados Unidos.

Hace unos años, este desfile hubiese sido objeto de "agresiones", pero, si bien "la sociedad es todavía bastante intolerante, poco a poco nos están aceptando", manifestó Bárbara Romero, de 26 años, que se arropaba con la bandera multicolor. Un vehículo mostraba un letrero que rezaba "ser lesbiana no es un virus".

William Hernández, director de la Asociación Entre Amigos, afirmó que en el último año fueron víctimas de asesinatos por odio seis personas en el oriental departamento de San Miguel. Uno de ellos, colaborador de su organización, murió hace dos semanas al recibir 19 puñaladas.

Otras cuatro personas de la comunidad murieron en los últimos tres meses en San Salvador, agregó.

Hernández señaló que, si bien la sociedad comienza a ser más tolerante, entre "las autoridades del Estado aún existe homofobia".

Además, advirtió, la FGR ha mostrado ineficacia en la investigación de la mayoría de asesinatos en general, y se muestra "mucho más incapaz" en aquellos en que la víctima pertenece a minorías sexuales: aún no ha resuelto ni uno.

IPS intentó en varias ocasiones contactar a fuentes de la FGR, pero dijeron no estar disponibles para la consulta.

En marzo de 2007, el músico británico Elton John repudió los ataques contra homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero de este país centroamericano, y citó a Hernández como ejemplo de los activistas de esta comunidad.

La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó por unanimidad en junio, en Colombia, una resolución de defensa de las minorías sexuales y de condena a quienes violen sus derechos humanos.

En mayo de 2007, el Consejo Municipal de San Salvador reconoció los "derechos de personas con identidades sexuales diversas" y su aporte "al desarrollo económico, político, social y cultural de la ciudad".

Guadalupe de Castaneda, residente de San Salvador de de 50 años, expresó mientras presenciaba el desfile, que cree en la "diversidad sexual, que todos tenemos derecho a expresarnos y a vivir como queramos".

Mientras, Melissa Gutiérrez, de 22 años, opinó que los homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgéneros "tienen derecho como cualquier otra persona", y consideró que el tiempo vuelve más tolerantes a las sociedades.

El reverendo Luis Guzmán, de la Iglesia Luterana Salvadoreña, se unió al desfile y lamentó "la impunidad" de los crímenes por homofobia.

"A la comunidad gay siempre se la ha estigmatizado y rechazada. Sin embargo, Jesucristo les abre los brazos de la misericordia. Son almas y ciudadanos con todo sus derechos", afirmó el líder religioso.

"Nosotros no les preguntamos a los heterosexuales si los aceptamos o no por su opción sexual. Es por eso que pedimos respeto, que es la base de todo", concluyó Sánchez.

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