La inesperada mejora en la actividad de la industria manufacturera del último mes en Estados Unidos hizo poco por disipar la niebla que envuelve a la economía nacional.
El Instituto para la Administración de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés), que reúne a gerentes de compras de todo el país, contradijo el martes las expectativas de la mayoría de los economistas, pues constató que el sector manufacturero creció el mes pasado.
El índice de producción manufacturera del ISM se elevó de 49,6 a 50,2 puntos en junio. Economistas habían pronosticado una caída a 48,6. Más de 50 puntos indica crecimiento, y menos, contracción.
"El sector manufacturero mostró una leve mejora en junio" luego de "cuatro meses de caída", dijo Norbert Ore, presidente del comité de investigaciones manufactureras del ISM.
El estudio indica, además, que las exportaciones manufactureras continuaron creciendo, siguiendo una racha de expansión de cinco años.
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Estos avances no fueron suficientes para reducir la preocupación por otras tendencias macroeconómicas.
El índice de importaciones cayó de 49,5 a 46 puntos en junio. Eso encaja con las expectativas de cierta corriente de opinión nacionalista, pero la mayoría de los economistas temen que refleje una contracción de la demanda interna, dado que los consumidores estadounidenses compran mercancías de todo el mundo.
Esto es, por lo tanto, un problema serio en un país donde dos tercios del crecimiento económico dependen del consumo.
El ISM también constató que las nuevas órdenes de bienes manufacturados, otro indicador clave de la demanda, cayó en junio por séptimo mes consecutivo.
Además, el instituto indicó que aumentan los costos de producción por el encarecimiento del combustible y todas las materias primas excepto el cobre. El índice de costos de materiales para la manufactura ascendió a su máximo nivel desde julio de 1979.
"Los industriales manufactureros experimentan precios mayores para sus insumos, al mismo tiempo que se endentece la demanda de sus productos", explicó Ore.
En otras palabras, las ganancias se escurren, y eso es una mala noticia para los trabajadores. El empleo en el sector manufacturero se contrajo en junio octavo mes consecutivo.
Al mismo tiempo, los principales fabricantes de automóviles constataron una caída de dos dígitos en sus ventas, que llegaron al nivel más bajo en 15 años. Los altos precios del petróleo, según este sector, obligaron a los propietarios a dejar sus vehículos de alto consumo de combustible en el garaje.
Los potenciales compradores, además, se vieron desalentados por la crisis en el crédito. Pero los ejecutivos de la industria automovilística incluyen entre los factores de la caída la inseguridad económica y el desaliento de los consumidores.
Las ventas de las marcas Ford, Lincoln, Mercury y Volvo descendieron 28,1 por ciento en los 12 meses concluidos el 30 de junio, informó la compañía Ford Motors. Las mayores caídas correspondieron a las camionetas (37,8 por ciento) y los vehículos deportivos (55 por ciento) de alto consumo.
General Motors, por su parte, indicó que sus ventas cayeron 18,5 por ciento en el mismo periodo.
"La economía estadounidense ingresa en el segundo semestre de 2008 con una notable falta de impulso y un alto grado de incertidumbre", dijo el vicepresidente de Ford Motors, James Farley.
El gobierno de George W. Bush intenta denodadamente de demostrar que su paquete de estímulo económico, aprobado en febrero por el Congreso legislativo y con apoyo opositor, alentó el consumo. Su estrategia consistió, fundamentalmente, en rebajas de impuestos.
Algunos datos económicos constatan esa afirmación, pero analistas, tanto del sector privado como del gobierno, advirtieron que tal efecto podría ser de corto plazo y, a la larga, contraproducente.
Estas advertencias, sumadas a la presión propia de un año electoral, llevaron a los principales legisladores a promover otro paquete de emergencia.
Los detalles del inminente proyecto de ley son desconocidos, pero las propuestas filtradas hasta hora incluyen miles de millones de dólares en inversión pública en carreteras, puentes y otras obras de infraestructura.
Entre las prioridades mencionadas la semana pasada por el líder del grupo en la Cámara de Representantes (baja) del opositor Partido Demócrata, Harry Reid, figuran más fondos para el alivio de desastres y la policía y subsidios para calefacción y refrigeración de los hogares de menores ingresos.