En Ush Ghrab, al oriente de la ciudad cisjordana de Beit Sahour, un pequeño y abandonado puesto militar está siendo transformado lentamente en un oasis para los niños, niñas y familias palestinas de la región, así como para los turistas
Lo que fue la torre de vigilancia tiene ahora brillantes flores pintadas en su techo y la adusta oficina administrativa se volvió azul y rosa, con un cartel sobre su entrada en el que se lee, en letras rojas, "Café del Nido".
La revitalización de esta remota área es importante, aseguran activistas locales. No sólo para recuperar tierra que se usó en el pasado para controlar e intimidar a los habitantes de Beit Sahour, afirman, sino para prevenir su ocupación por parte de colonos israelíes.
Ciudadanos palestinos han ido al lugar con activistas internacionales, llevando pinceles y herramientas de mano, para poner en práctica una nueva clase de movimiento de protesta contra la expansión de los asentamientos judíos ilegales, basada en la comunidad y la creatividad antes que en la confrontación violenta.
Ush Ghrab (Nido del Cuervo, en árabe) ha cambiado de manos frecuentemente durante la última centuria. Por su ubicación, entre Belén y Jerusalén, con una vista panorámica de varias aldeas palestinas, sirvió como puesto militar primero bajo control del Imperio Otomano, luego de los británicos y más tarde de los jordanos.
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Durante cuatro décadas, hasta abril de 2006, fue una base militar de Israel. El ejército de ese país la abandonó unilateralmente en esa fecha, pero mantuvo el área cerrada para los civiles. Hace poco, la alcaldía de Beit Sahour logró que se permita usar el área para desarrollo comunitario.
El activista y educador Ala'a Hilu, de Belén, relató a IPS que, desde mayo, colonos judíos fundamentalistas han acampado en las viejas barracas de Ush Ghrab y pintaron leyendas racistas antiárabes en las paredes, decididos a establecer un nuevo asentamiento en la cima de esa colina.
"La primera vez que vinieron se quedaron durante tres días", agregó. Estaban acompañados por tropas del Ejército israelí, que declaró que el área era una zona militar cerrada. Los palestinos que protestaron fueron arrestados.
"Más tarde volvimos aquí y pintamos sobre las leyendas que ellos habían dejado, con espíritu de paz. No empleamos consignas políticas, ni términos racistas, sólo imágenes de jardines para los niños. Incluso pintamos caras sonrientes sobre los mensajes insultantes de los colonos", dijo Hilu.
Luego de esta creativa protesta, la comunidad local comenzó a organizar en Ush Ghrab reuniones públicas, picnics, juegos de bingo y trabajos de pintura regulares, con activistas internacionales. Prácticamente todos los viernes, señaló Hilu a IPS, los colonos judíos se presentan apoyados por el ejército para intimidarlos, amenazándolos con recurrir a la violencia.
Hace varias semanas, en lugar de responder a la provocación, "los invitamos a compartir nuestras sandías y narguile (pipa de agua). Les dijimos que eran bienvenidos. Pero no se unieron a nosotros y se los veía confundidos. Eso fue para mostrarles que esta tierra es palestina, pero que es un lugar para que vengan todos a disfrutar este espacio abierto", relató Hilu.
Según activistas comunitarios, existe la idea de crear un espacio de usos múltiples en Ush Ghrab. Cuentan con el apoyo de la alcaldía de Beit Sahour, propietaria de la tierra, y han comenzado a recibir algunos fondos de organizaciones internacionales de ayuda.
Hilu señaló que el proyecto, en su estado actual, contempla un hospital para niños, una biblioteca, un café, un hotel y una galería de arte. Ya existe un lugar de juegos infantiles, con nuevos columpios y un tobogán, construido con la esperanza de que las familias se sientan atraídas por la revitalización de Ush Ghrab.
En vísperas de la visita de la secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Condoleezza Rice, este mes, el Ministerio de Vivienda de Israel aprobó planes para la construcción de 40.000 nuevas casas en asentamientos en toda Cisjordania. La legislación internacional los considera ilegales y violan la "hoja de ruta" hacia la paz en Medio Oriente apoyada por Washington.
Pero la construcción continúa, al igual que los ataques de los colonos contra palestinos.
A mediados de mes colonos incendiaron olivares de palestinos cerca de Nablus, destruyendo docenas de hectáreas. Varios civiles fueron heridos de gravedad en el ataque a una familia en el que los israelíes emplearon bates de béisbol y rifles.
El arquitecto estadounidense Jesee Long se trasladó a Ush Ghrab para registrar en vídeo el proyecto en marcha. Trabaja con colegas locales y planificadores urbanos para reinventar los espacios públicos de Palestina, en el marco de un proyecto bautizado apropiadamente Arquitectura Descolonizadora.
Long dijo a IPS que el renacimiento del área puede dar sustento a una recuperación de las tierras una vez que sean desmantelados los asentamientos israelíes, de acuerdo con lo dispuesto por la legislación internacional.
"Estamos trabajando con el precedente de lo que ocurrió en la Franja de Gaza luego de la retirada de los colonos en 2005. Los asentamientos fueron destruidos y ahora la tierra es inutilizable. Se ha convertido en un baldío", afirmó.
"Nuestra esperanza es desarrollar algo que permita a los palestinos reutilizar estos espacios. Ush Ghrab es para nosotros una suerte de laboratorio", agregó.
"Si logramos impedir que los colonos israelíes se instalen en la cima de la colina, tenemos la esperanza de crear un centro de investigación que nos ayude a entender mejor cómo asistir a la gente para reutilizar otros lugares que sean evacuados", concluyó Long.