Axe es una palabra de origen africano usada inicialmente en el candomblé y que significa «fuerza o energía positiva». Y lo es para cientos de niños y jóvenes de proyectos sociales que rescatan los ritmos de una ciudad donde más de 90 por ciento de sus habitantes son afrodescendientes.
Los adolescentes y jóvenes que integran el grupo Axe, una organización no gubernamental que actúa en Salvador de Bahia, están en la hora de la música. Con el coordinador artístico de música del proyecto, Fernando Cerqueira, ensayan los ritmos de su "Banda nova Axe", que integra todos los estilos de esta música bahiana surgida durante el carnaval.
La "Axe music" mezcla ritmos africanos y europeos o descendientes, como el frevo, forro, maracatu, y hasta reggae, que adquiere un golpe de percusión diferente, al "estilo bahiano".
"Es difícil hablar de música bahiana, porque ella por sí sola es fuente de muchas influencias para otros pueblos de Brasil", explica Cerqueira a IPS.
"La música bahiana, como heredera de muchas raíces, esta basada en la cultura de varios pueblos, especialmente afrodescendientes que llegaron a Brasil en la época de la colonia y que junto a la música europea¬ traída por los portugueses y otros pueblos¬ se entrelazaron aquí creando un estilo que es sólo de esta ciudad", define.
Un estilo que la organización Axe intenta revalorizar a través de sus proyectos sociales, con jóvenes en situación de riesgo, muchos ex niños en situación de la calle. Las bandas musicales formadas se presentan profesionalmente y dan una posibilidad de vida a estos jóvenes.
"Nuestros educandos son en su mayoría afrodescendientes y el proyecto Axe busca precisamente revalorizar su cultura a partir de toda esta creatividad musical", precisa Cerqueira.
Alumnos como Luis Silva Santana, hoy instructor de percusión de la Banda Axe. "Creo que Bahia valoriza mucho el ritmo samba reggae, pero siempre estamos buscando innovar", explicó a IPS.
Es que "ser bahiano", según otro ex beneficiario del proyecto y hoy instructor de percusión del Nucleo Tec, como Lindomar Pereira, es "ser múltiple, es tener varios lenguajes, el de la cultura europea y las raíces africanas", analiza.
Y las influencias no paran por ahí. "Los turistas vienen al Pelourinho,¬ el centro histórico de Salvador,¬ para conocer nuestra cultura y terminan trayendo sus propias influencias también", sostiene.
Esa es justamente la idea de Nucleo Tec, que tiene como base la música electrónica, pero con "una fuerte batida de¬ percusión¬ bahiana".
"Se dice que somos un grupo de hip hop más por la cuestión del gueto, como se les llama a los barrios pobres de Salvador, que es donde más se escucha, pero también incorporamos rock y música axe bahiaza, aunque no la música funk de Estados Unidos ni de Río de Janeiro", aclara.
Es lo que el sociólogo Caubi Nova, educador popular del proyecto Axe de Bahia define como una "cara cultural diferente", originada en el fuerte mestizaje que dio origen a Bahia, en el pasado uno de los principales puertos junto a Río de Janeiro de entrada de esclavos provenientes de África.
"La gran cuestión de Salvador es el mestizaje. Eso es lo que nos posibilita la imaginación, el proceso de inventiva", puntualizó Nova.
Una reivindicación de los orígenes, y por lo tanto una afirmación cultural que resurge ahora con fuerza en Bahia junto a otras manifestaciones artísticas, como la capoeira, una lucha danza de origen africano,¬ y otras religiosas, como el candomblé.
De los batuques (tambores) del candomblé, justamente, surgieron muchos de estos ritmos.
Pero no fue siempre así. Antonio Carlos Vovo, presidente del primer grupo afro del famoso carnaval bahiano, "Ile Aiye", recuerda que antes de 1974 los negros eran relegados a funciones como "cargar alegorías y disfraces" o apenas hacer percusión.
Pero Ile Aiye, que nació en Liberdade, "el mayor barrio negro de America latina" hoy con 600.000 habitantes, nació para "combatir el racismo a partir del carnaval".
La banda, que sólo acepta negros en sus filas, "revolucionó" el carnaval bahiano, según Vovo.
Lo que antes era música más nordestina ¬indígena y europea, ¬volcada al frevo y al maracatu pernambucano, ahora se mezcla con "la batida del samba, y de la percusión africana".
"Cambiamos la musicalidad y el color del carnaval bahiano, que es más cadenciado, menos agitado, una música que hizo una revolución cultural y ayudó a democratizar el carnaval", concluye Vovo.