Tras otra ronda de diálogo entre Israel y grupos de la resistencia palestina, con la mediación de Egipto, la posibilidad de acordar una tregua parece tan esquiva como siempre.
De hecho, se teme el estallido de un enfrentamiento abierto si no se llega a algún acuerdo en el corto plazo.
"Ambas partes parecen dirigirse a una escalada militar y no a un cese del fuego", advirtió Abdelaziz Shadi, profesor de ciencias políticas y coordinador del programa de estudios israelíes de la Universidad de El Cairo.
El jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Omar Suleiman, viajó en mayo a Tel Aviv con el propósito de persuadir a líderes israelíes de que apoyaran una propuesta de El Cairo hacia un cese o aplacamiento de las hostilidades.
Suleiman había logrado en abril convencer al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y a una docena de otras organizaciones palestinas, pero de menor porte, de sumarse al plan.
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La iniciativa egipcia planteaba que Israel detuviera sus incursiones militares en la Franja de Gaza, a cambio de una suspensión de los ataques con cohetes lanzados por los combatientes palestinos desde ese territorio.
También contempla la reapertura de los pasos fronterizos, incluido el de Rafah, en el límite entre Egipto y Gaza, el único que no está bajo control directo de Israel.
Desde que Hamas tomó el control de Gaza por las armas hace casi un año, tras haber ganado en 2006 las elecciones parlamentarias palestinas, prácticamente todas las vías de entrada y salida al territorio se encuentran bloqueadas por las fuerzas israelíes.
Según la propuesta egipcia, el cese del fuego tendría vigencia, inicialmente, sólo en la Franja de Gaza. Si la tregua se mantiene, se extendería a Cisjordania, gobernada por el partido Fatah, moderado y secular, del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Abú Mazen, quien cuenta con apoyo de Occidente.
Pero la oferta egipcia recibió una tibia respuesta de parte de Israel, que insistió en imponer sus condiciones: le informaron a Suleiman que cualquier acuerdo debía incluir la liberación del soldado israelí Gilad Shalit, capturado por facciones de resistencia palestinas en 2006.
El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, señaló que la libertad de Shalit representaba "un componente clave en la normalización de la situación de seguridad en Gaza".
Por ahora no dieron frutos los esfuerzos de Egipto desde la captura de Shalit hacia un intercambio de prisioneros. Hamas señaló que liberaría al soldado a cambio de palestinos presos en Israel, que, sin embargo, rechazó la lista propuesta por el partido islamista.
El gobierno israelí también condicionó un cese del fuego al control del supuesto contrabando de armas de Egipto a Gaza, y rechazó la demanda palestina de reabrir la frontera al tránsito de personas y mercaderías.
En reuniones con Suleiman, dirigentes de Hamas rechazaron esas condiciones y acusaron a Israel de intentar llegar a un cese del fuego manteniendo su dominio sobre Gaza.
"Hemos enfatizado que un cese de hostilidades debe garantizar el levantamiento del bloqueo y la reapertura de todos los cruces fronterizos, especialmente el de Rafah", dijo el portavoz de Hamas, Ismail Radwan.
Amos Gilad, del Ministerio de Defensa israelí, visitó El Cairo el 25 de mayo, y allí fue oficialmente informado de la respuesta de Hamas.
Se prevé que Gilad regrese a la capital egipcia la semana próxima, para continuar las negociaciones. Pero varios funcionarios israelíes ya sugirieron que podrían buscar una solución militar si no logran un acuerdo de cese del fuego bajo sus propios términos.
"Israel quiere seguridad completa. Si no la logra a través de la mediación egipcia, la alcanzará por otros medios", señaló el primer ministro Ehud Olmert.
Según Shadi, "Israel parece listo a lanzar una gran operación militar en Gaza si fracasa la mediación de Egipto".
También Hamas advirtió sobre acciones unilaterales de su parte si no se levanta el bloqueo al territorio, permitiendo el tránsito de personas y bienes.
El jefe del buró político del grupo, Khaled Meshaal, señaló que "si la comunidad internacional no toma medidas para lograr ese objetivo, romperemos el bloqueo nosotros mismos".
Diplomáticos egipcios, sin embargo, dijeron que todavía existen esperanzas de lograr una salida negociada.
"Los comentarios sobre el fracaso de la mediación carecen de fundamento. Debemos esperar una respuesta definitiva de los israelíes antes de formular un juicio definitivo", declaró a IPS el senador egipcio Mohammad Bassyouni, ex embajador en Israel.
Bassyouni, presidente de la Comisión de Asuntos Árabes del Senado, admitió la posibilidad de una inminente invasión israelí a Gaza, pero afirmó que "los esfuerzos mediadores buscan evitar ese desenlace".
Analistas independientes, sin embargo, son menos optimistas.
"Lograr un cese de hostilidades es muy complicado bajo estas circunstancias, especialmente porque las políticas israelíes han estado caracterizadas por la agresión y la escalada", dijo Shadi.
Ninguna de las dos partes, agregó, parece tener el deseo sincero de acordar un cese del fuego.
"Olmert es prisionero de sus problemas internos y Hamas está presionado por Irán, que lo apoya para alcanzar sus propios objetivos estratégicos. Por estas razones, lo más probable es que la mediación egipcia termine en el fracaso", concluyó Shadi.