El verdadero número de muertos en Iraq es mucho más alto de lo declarado en cualquier conteo, aseguran habitantes de este país.
Un estudio elaborado por los médicos de la estadounidense Escuela de Salud Johns Hopkins en coordinación con sus pares de la Universidad Al-Mustanceriya de Bagdad, y publicado por la revista británica The Lancet en octubre de 2006, ubicó el número de víctimas fatales desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 en más de 655.000.
La organización independiente Just Foreign Policy, "dedicada a reformar la política exterior estadounidense", ofreció un cálculo de 1.213.716 de muertes.
Mientras, el 14 de septiembre de 2007, la consultora independiente Opinion Research Business (ORB), con sede en Londres, hizo un conteo de 1.220.580 víctimas fatales.
Estas estimaciones están por encima de cualquiera de los cálculos oficiales, aunque consideraron a estos para su elaboración.
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Los iraquíes creen que las autoridades están ocultando las verdaderas cifras. "Los militares estadounidenses se benefician de ocultar los totales, y el gobierno iraquí es un títere de los estadounidenses. Por eso, las cifras son ridículamente bajas", sostuvo un analista político en Bagdad, que prefirió no dar su nombre.
El informe publicado en The Lancet no tuvo en cuenta las circunstancias de las muertes, dijeron residentes en Baquba, capital de la provincia de Diyala, 40 kilómetros al norte de Bagdad.
"Todos saben que un gran número de cuerpos son arrojados al río Diyala", dijo un poblador.
"Yo fui secuestrado y llevado a la aldea de Huwaider, que es completamente chiita y ubicada sobre el río Diyala. Los sunitas allí son asesinados y lanzados en el río por los milicianos, pero fui liberado por el ejército de Estados Unidos", indicó.
"Los habitantes de todas las aldeas sobre el río se han acostumbrado a ver cadáveres flotando", añadió.
"Yo viví en el distrito de Gatton, el volátil baluarte de las milicas en Baquba", dijo a IPS el camionero Yasir al-Azawi, de 37 años. "Todos los días veo vehículos lanzando cadáveres al río. Todos en mi distrito saben la verdad: que el río contiene un extraordinario número de cuerpos, al punto de que se hace imposible vivir en ese lugar. Dejamos nuestra casa para vivir en el norte", añadió.
Un oficial en la jefatura de policía de Diyala señaló que era imposible calcular exactamente el número de muertos.
"Cuando el nuevo plan de seguridad comenzó en Diyala, algunos de los milicianos arrestados confesaron haber enterrado cadáveres. Algunos nos llevaron a los lugares donde estaban. Encontramos cientos tras cavar en los baluartes de las milicias, y a veces en los jardines donde vivían o en algún lugar cercano", indicó.
Un testigo en la morgue de Baquba habló con IPS a condición de mantener su anonimato.
"Yo estaba buscando a un familiar, que había sido secuestrado y asesinado, y vi (a los médicos de) una ambulancia que movían cadáveres de los asesinados por las milicias", contó.
"Le pregunté al conductor sobre esos cuerpos, y me dijo que el ejército iraquí los había encontrado en casas y en fosas cavadas dentro de esas viviendas. También vi un esqueleto", agregó.
Muchos creen que los estudios subestiman el número de víctimas fatales debido a la falta de acceso a las áreas controladas por las milicias y a que los insurgentes impiden a la policía y el ejército encontrar y recolectar los cuerpos.
"Estos baluartes de las milicias le han impedido el acceso a la policía por más de dos años", dijo a IPS Alí Hussein, un vendedor de hortalizas.
"Docenas y a veces cientos de personas eran secuestradas todos los días y llevadas a los escondites de los milicianos. Las personas no escuchaban nada sobre miles de ellos. Incluso hoy, miles de familias no saben nada de sus seres queridos porque no han sido encontrados en la morgue", señaló.
Un policía contó a IPS, a condición de no revelar su nombre: "Estábamos moviendo los cuerpos de las calles principales de la ciudad con nuestras patrullas. Un cadáver lanzado a la calle era un mensaje a la población. Lo lanzaron a propósito. Pero estos son sólo la minoría. La mayoría de los asesinados nunca aparecen".
"Continuamos recibiendo cadáveres traidos por la policía o la ambulancia", dijo un empleado de la morgue de Baquba.
"Solíamos recibir muchos a diario. La morgue no tiene mucha capacidad, así que (los cadáveres) fueron enterrados luego de ciertos procedimientos como fotografiarlos o esperar a los familiares y pedirles que los retiraran. A veces, cuando había explosiones o accidentes, recibíamos cientos de cadáveres", contó.
Por su parte, un empleado de la oficina del gobernador dijo a IPS: "Cientos de familias vienen todos los días preguntando por sus seres queridos que fueron secuestrados. No saben si están muertos o vivos".
"Con frecuencia, el ejército iraquí sabe de los muertos a través de las confesiones de los militantes. Todas las semanas hay nuevas listas con los nombres de los asesinados por las milicias", añadió.
(*Ahmed, corresponsal en la provincia de Diyala, trabaja en estrecha colaboración con Dahr Jamail, nuestro especialista sobre Iraq radicado en Estados Unidos).