ELECCIONES-ZIMBABWE: El show debe continuar

La violencia y la polémica sobre la legitimidad de la segunda vuelta presidencial de este viernes en Zimbabwe aumentan minuto a minuto, tras el retiro de la principal fuerza opositora, triunfadora en la primera ronda.

Crecen las voces que reclaman la suspensión de la contienda, que podría ser sangrienta, y el inicio de negociaciones para formar un gobierno de unidad nacional. Pero el presidente Robert Mugabe ha dicho que los comicios se celebrarán de todas formas.

El retiro del opositor Movimiento por un Cambio Democrático (MDC por sus siglas en inglés), efectuado el domingo, no sorprendió a muchos en este país africano.

Horas antes del anuncio, una manifestación en Harare, prohibida primero por la policía y luego habilitada por la justicia, fue violentamente interrumpida por grupos de choque juveniles seguidores del gobernante partido Unión Nacional Africana – Frente Patriótico (ZANU-PF).

Tras ganar los comicios presidenciales del 29 de marzo con un margen insuficiente para ser declarado presidente electo, el líder opositor Morgan Tsvangirai era considerado favorito para la segunda vuelta.
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El también candidato Arthur Mutambara, líder de una pequeña facción dentro del MDC, había anunciado su respaldo a Tsvangirai para este viernes.

La difícil situación económica, que ha empujado a muchos zimbabwenses a países vecinos seguramente jugó a favor de Tsvangirai, según numerosos analistas.

El líder opositor insistió en ir a segunda vuelta, una jugada peligrosa e ingenua para algunos sectores que no creen posibles unas elecciones limpias en este contexto dominado por Mugabe y sus socios.

El ex ministro de Finanzas, Simba Makoni, otro postulante en la primera ronda electoral, considera imposible una contienda limpia en estas circunstancias y defiende la formación de un gobierno de unidad nacional, que debería conducir un proceso de restauración de heridas en los próximos dos años y organizar para entonces nuevas elecciones.

El Proyecto de Educación Política Feminista (FePEP, por sus siglas en inglés), dedicado a promover la participación de las mujeres, también abogó por cancelar los comicios con vistas a un acuerdo negociado.

"Las elecciones no resolverán la crisis que atraviesa Zimbabwe. Hemos aprendido de otros países que tuvieron conflictos que los comicios por sí mismos no solucionan crisis de gobernabilidad. Lo que necesita este país es un acuerdo negociado y suspender la segunda vuelta", sostuvo una declaración de FePEP de principios de este mes.

SE PROFUNDIZA LA CRISIS

Cuando se independizó del imperio británico, en 1980, Zimbabwe era una de las economías más fuertes de África austral.

Hoy vive una pobreza creciente. El desempleo golpea a 80 por ciento de la población económicamente activa, la moneda se devalúa y la situación política se deteriora cada vez más.

Para la mayoría de los pobres, cualquier acuerdo sirve. Muchos aplaudieron la decisión de Tsvangirai de retirarse de la contienda.

"Tsvangirai tomó una muy buena decisión bajo las circunstancias actuales porque de haber continuado mucha gente hubiera muerto esta semana", dijo a IPS Alois Chingwe, vendedor callejero de Harare.

"Fue una decisión a favor del pueblo y contra Mugabe. Ahora le corresponde a la comunidad internacional detenerlo", apuntó.

Pero otro residente capitalino, que pidió reserva de su identidad, consideró que el retiro de Tsvangirai atenta contra la gente que se arriesgó a los golpes e incluso a la muerte por votar al MDC en marzo.

"La gente ya sufrió bastante, otros murieron y ya no tienen nada que perder. Ahora Mugabe tendrá una victoria fácil, que no se merece, y el pueblo seguirá sufriendo, será un desastre", añadió.

El líder del MDC, consciente de ese sentimiento, recomendó el lunes recordar a quienes viven en zonas rurales, que han padecido el mayor peso de la violencia.

"Hay quienes desde el confort de sus hogares protestarán por qué nos retiramos. Puedo entenderlo, pero por favor, tomen en cuenta a las poblaciones rurales que viven asediadas y no tienen a nadie que las proteja", declaró.

¿QUÉ DEPARA EL FUTURO?

Un gobierno de unidad nacional es prácticamente inevitable, señaló el director del Instituto de Medios de África Austral (MISA, por sus siglas en inglés), Takura Zhangazha, con sede en Harare.

"Negociar es el resultado más probable de esta crisis. La única cuestión es quién supervisara esa discusión, la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral), encabezada por (el presidente de Sudáfrica, Thabo) Mbeki, por la Unión Africana o por las Naciones Unidas", señaló.

"El MDC indicó que está dispuesto a compartir el poder, pero no estoy seguro de que acepte dejar al ZANU-PF encabezando una alianza gobernante. Pero lo más probable es que la comunidad regional e internacional busque una salida negociada", añadió.

El ZANU-PF seguirá adelante con las elecciones de este viernes y sólo entonces tratará de negociar con el líder del MDC, porque esa es la única forma que le queda para sobrevivir, opinó.

"En el mejor de los casos, Mugabe tendrá más presión para formar un gobierno de unidad nacional", concordó el especialista en derecho constitucional y presidente de la Asamblea Nacional Constitucional, Lovemore Madhuku.

"Pero si va haber algún tipo de acuerdo político, llevará un tiempo alcanzarlo", apuntó.

"El retiro del MDC aumentará el aislamiento internacional de Mugabe. Varias figuras ya desestimaron su legitimidad como próximo presidente", añadió Madhuku.

Numerosos líderes africanos criticaron a Mugabe por avergonzar al continente con su conducta, entre ellos el primer ministro de Kenia, Raila Odinga, el mandatario de Zambia, Levy Mwanawasa, y el presidente del gobernante Congreso Nacional Africano, de Sudáfrica, Jacob Zuma.

"El retiro del MDC es una vergüenza para Mugabe, y ahora el ZANU-PF tiene dos opciones: declararlo electo porque no tener oponente o seguir adelante con los comicios de este viernes. Pero aun así tendrá que negociar con Tsvangirai, pues de lo contrario no será reconocido por la comunidad internacional", explicó Madhuku.

Una resolución no vinculante emitida el lunes por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó "la campaña de violencia contra la oposición política, que mató a una veintena de partidarios de la oposición y a otros civiles, y causó miles de personas golpeadas y desplazadas, entre ellas muchas mujeres, niños y niñas".

Un aspecto importante de las negociaciones será la responsabilidad penal de la violencia desatada desde las elecciones del 29 de marzo.

"No hay garantías de que la violencia cese con la salida del MDC", arguyó Zhangazha.

"Si hay negociaciones en serio, habrá un intento de proteger a los responsables de los actos violentos, en especial a los de ZANU-PF, con una amnistía o un pacto de reconciliación. Eso no augura nada bueno en materia de derechos humanos ya que no hay muchas razones para creer que serán llevados ante la justicia", dijo a IPS Zhangazha.

Si la decisión del MDC contribuye o no a una rápida solución de los problemas de este país sigue siendo discutible. Lo seguro es que la supervivencia de la oposición depende de lo que hagan los organismos regionales e internacionales en los próximos días.

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